El silencio de B¨¢rcenas y la sordera de Naseiro
La utilidad de las comisiones parlamentarias de investigaci¨®n es limitada pero estas ofrecen espect¨¢culos a ratos bochornosos
A veces las cosas no son lo que parecen. Los espa?oles asistimos recientemente en directo (v¨ªa televisi¨®n) a la comparecencia del extesorero del PP Luis B¨¢rcenas en el Congreso de los Diputados. El presunto delincuente se sent¨® junto a la presidencia de una de las salas, por encima (en altura) del resto de los diputados, y miraba y respond¨ªa cuando quer¨ªa con displicencia a los que le preguntaban. De modo que cab¨ªa preguntarse si este exsenador del PP que lleg¨® a acumular 48,2 millones de euros en Suiza, comparec¨ªa como investigado o era el director del evento.
La comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la presunta financiaci¨®n ilegal del Partido Popular ha registrado situaciones similares. Personajes de dudosa reputaci¨®n se sientan en el estrado y o bien guardan un silencio insolente o bien toman a sus se?or¨ªas por idiotas, como ha hecho esta semana otro extesorero del partido de Rajoy, Rosendo Naseiro, haci¨¦ndose el sordo cuando le conven¨ªa y el desmemoriado cuando le ven¨ªa en gana.
En el Senado se ha creado otra comisi¨®n sobre la financiaci¨®n de los partidos. El resto de los grupos dicen que es la respuesta del PP para diluir la del Congreso. De hecho, se han negado a colaborar. Y as¨ª las cosas, teniendo en cuenta que la justicia y la prensa ya ha investigado profusamente la presunta financiaci¨®n irregular de ese partido, entonces, ?para qu¨¦ sirven estas comisiones?
Los llamados a declarar est¨¢n obligados por el C¨®digo Penal a comparecer y a decir la verdad, pero no a responder. Las Administraciones est¨¢n obligadas a entregar los documentos que se les requiera, pero a veces estos llegan a cuentagotas, como denunci¨® Mikel Legarde (PNV), presidente de la comisi¨®n sobre los presuntos manejos partidistas del Ministerio del Interior. Los parlamentarios pueden hacer indagaciones con ayuda de t¨¦cnicos del Parlamento, pero las conclusiones de la investigaci¨®n no son vinculantes. Lo m¨¢s que puede hacer el Congreso o el Senado es llevarlas a la Fiscal¨ªa (l¨®gico, si se detectara un nuevo delito no investigado), pero las comisiones no son un tribunal de justicia con potestad para castigar.
Se equivoc¨® Antonio Hernando (PSOE) cuando dijo que con la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la financiaci¨®n del PP se iba a acabar la ley del silencio que quiso imponer ese partido. Sus diputados, por cierto, ni siquiera preguntan a los comparecientes; seguramente para no remover el lodo. ¡°Los silencios de B¨¢rcenas y la sordera de Naseiro son estruendosos. Hacen mucho da?o al PP¡±, afirma Toni Cant¨® (Ciudadanos) en defensa de este tipo de comisiones.
Los parlamentarios dicen que estas solo buscan responsabilidades pol¨ªticas, pero ya sabemos que en Espa?a, donde hay poca costumbre de dimitir, tal concepto suele estar vac¨ªo de contenido. Si esas comisiones no desembocan en una mejor legislaci¨®n para evitar fallos del sistema pol¨ªtico, entonces el Parlamento (y los ciudadanos) deber¨¢n contentarse con los silencios, las broncas, las sorderas y los desplantes. Un espect¨¢culo poco edificante.
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