Relato suicida
Al presunto suicida no le hab¨ªa temblado el belfo oyendo llamarle ladr¨®n a los mismos ancianos que entraban a su banco a actualizar la cartilla y sal¨ªan con una inversi¨®n ruinosa
Hay una ¨¦poca en la que los cr¨ªos vuelven locos a los padres fri¨¦ndoles a preguntas. ?Por qu¨¦ es de d¨ªa? ?Por qu¨¦ cerr¨¢is el cuarto con pestillo? ?Por d¨®nde salen los beb¨¦s de la tripa? Luego, la curiosidad no remite, o s¨ª, pero el pudor, el respeto y la prudencia empiezan a hacer su trabajo y a obligarnos primero a mordernos la lengua y despu¨¦s a ni siquiera plantearnos ciertas preguntas por temor a la respuesta, aunque nos muramos de la intriga. Por ejemplo, las razones de un suicida.
Ayer, un tipo al que la vida le hab¨ªa puesto todo a tiro, desde la presidencia de un banco hasta la cabeza de animales bell¨ªsimos, se descerraj¨® el pecho en un coto de caza al verse apremiado por la justicia para pagar sus abusos al pr¨®jimo. La cuadratura del c¨ªrculo de la coherencia. El triunfador de la testa alta y la soberbia de macho alfa de la manada ¡ªay, ese aire de ?us ofendidos que se les pone a algunos cr¨¢neos privilegiados para su personal beneficio, y no miro a nadie, Correa y B¨¢rcenas¡ª se quita de en medio antes de soportar la infamia de su vuelta al banquillo y al trullo. Caso cerrado.
Lo curioso es que al presunto suicida no le tembl¨® el belfo oyendo llamarle ladr¨®n a los mismos ancianos que fueron a su banco a actualizar la cartilla y salieron con una inversi¨®n ruinosa. Choca que el difunto tomara la decisi¨®n justo ahora, cuando llevaba meses condenado y le quedaban a?os para volver a chirona. Cuando, pese al desprecio de sus pares y el embargo de sus bienes, tampoco estaba en la indigencia social y econ¨®mica. ?Por qu¨¦, pap¨¢?, preguntar¨ªa un mocoso. ?Cu¨¢l fue el detonante de Blesa? ?Un disgusto amoroso, unas pruebas aciagas, un ataque de honor, un ah¨ª te quedas, mundo amargo, y los dem¨¢s que arreen? Qu¨¦ sabe nadie qu¨¦ piensa uno en el instante supremo en el que decide sobre su vida, aunque sea quit¨¢rsela y dejarles el muerto a los suyos. Ante eso solo cabe el respeto. Ah¨ª va el m¨ªo.
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