Consuma supermanzanas
Barcelona ensaya la agrupaci¨®n de distintas zonas para combatir el tr¨¢fico y recuperar el verde urbano
El verano mundial 2017 se presenta con la incontestable evidencia del cambio clim¨¢tico y el impresionante consumo de ansiol¨ªticos y estimulantes en los pa¨ªses del primer mundo, con Espa?a a la cabeza del ranking europeo. Contaminaci¨®n y velocidad se conjugan en las grandes ciudades capitalistas de un modo tan abrumador que se extiende una especie de resignaci¨®n global a su imperio. Salvador Rueda forma parte de la ¡°resistencia¡±.
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Rueda es el ideador del concepto supermanzana, una propuesta para reducir el tr¨¢fico y mejorar la calidad de vida en centros urbanos que ya ha seducido a pol¨ªticos, a urbanistas eminentes, a editores de The New York Times, The Guardian, The Washington Post o la BBC; ha servido para reunir en Buenos Aires a unos 1.800 alcaldes argentinos; o para movilizar a artistas que asocian las supermanzanas al esp¨ªritu del naturalista Alexander von Humboldt, el primero en alertar sobre un cambio clim¨¢tico planetario motivado por la descontrolada acci¨®n humana.
El mayor logro de Humboldt fue observar a la Tierra como un organismo en el que todos los elementos estaban interrelacionados, dependiendo unos de otros. Esto fue posible porque Humboldt imprimi¨® a sus investigaciones una p¨¢tina human¨ªstica alentada por su estupenda amistad con Goethe, quien aportaba a las teor¨ªas cient¨ªficas un contrapunto emocional, subjetivo, que las mejoraba de alg¨²n modo.
Ahora parece que hemos perdido de vista esa vieja esencial conexi¨®n y, rodeados de orfidales, trankimazines, valiums, cada d¨ªa incrementamos nuestro antinatural ritmo. Internet y los smartphones han distanciado a¨²n m¨¢s a las personas de las texturas, los olores y sonidos terrestres, encapsul¨¢ndolas en sus pantallas e imprimiendo un ritmo vital ajeno a las necesidades y posibilidades del cuerpo que poseemos. Santiago Alba acaba de publicar Ser o no ser (un cuerpo), donde se?ala la angustiosa descompensaci¨®n entre la velocidad a la que avanzan los cambios sociales y culturales en contraste con los biol¨®gicos o corporales. Seg¨²n Alba, nuestra civilizaci¨®n capitalista va contra el cuerpo. Las m¨¢quinas han impuesto sus tiempos y, aspirando a emularlas, nos hemos ido despegando de nuestro ser, de nuestro espacio, entreg¨¢ndoles parcelas que deber¨ªamos recuperar. Para conseguirlo, Salvador Rueda, que bebe de las fuentes de Humboldt al frente de la Agencia de Ecolog¨ªa Urbana de Barcelona, ha implantado ya algunas supermanzanas que funcionan de maravilla: p¨ªsese Gracia, la calle Enric Granados o el Born.
Si aceptamos que urbanismo y arquitectura son tambi¨¦n ideolog¨ªa y que a trav¨¦s de ellos penetramos en la conciencia social, podemos convenir que la apuesta por las supermanzanas es una de las acciones m¨¢s totales, ilusionantes y esperanzadoras que puede emprender hoy en d¨ªa una ciudad para contrarrestar las en apariencia imparables din¨¢micas que est¨¢n corrompiendo no s¨®lo nuestro medio ambiente sino tambi¨¦n nuestros esp¨ªritus.
Durante el ¨²ltimo lustro, la ciudad ha rozado o superado los niveles de alerta roja medioambiental varias veces
Una supermanzana es una c¨¦lula urbana que agrupa a nueve manzanas (3x3). Cada c¨¦lula limita la circulaci¨®n de veh¨ªculos de paso en su per¨ªmetro, y conserva el interior s¨®lo para los movimientos a pie y en bicicleta, la circulaci¨®n de servicios, emergencias y vecinos. Estructurar la ciudad en supermanzanas permitir¨ªa, seg¨²n Rueda, ¡°disminuir el volumen de tr¨¢fico global, recuperar espacios ganados al coche para las personas, el verde urbano, y reducir los vol¨²menes de contaminaci¨®n ac¨²stica y poluci¨®n atmosf¨¦rica¡±.
Seg¨²n estudios recientes, en Barcelona mueren unas 3.500 personas al a?o por causas ligadas a la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. Las alergias se han multiplicado. Durante el ¨²ltimo lustro, la ciudad ha rozado o superado los niveles de alerta roja medioambiental en varias ocasiones.
Algunos beneficios derivados de la supermanzana ser¨ªan que los ni?os jugar¨ªan de nuevo en la calle; la posibilidad de dormir sin ruido de motores; de escuchar trinos de p¨¢jaros que volver¨ªan a detenerse en la ciudad; el descenso de poluci¨®n; el resurgimiento de zonas verdes; o la recuperaci¨®n de extensos tramos de calle para el uso vecinal. Devolver la calle a la gente es fundamental para Salvador Rueda, una aut¨¦ntica acci¨®n pol¨ªtica, porque ¡°se trata de que las personas que caminan por la ciudad dejen de ser llamadas viandantes, peatones, para recobrar su condici¨®n de ciudadanos¡±.
Los estudios de la Agencia de Ecolog¨ªa Urbana son convincentes. Su aplicaci¨®n, exitosa. S¨®lo falta que el Ayuntamiento apruebe la implementaci¨®n en bloque de varias supermanzanas, lo que permitir¨¢ comprobar la aut¨¦ntica dimensi¨®n el cambio que proponen. Pese a que la mayor¨ªa de partidos pol¨ªticos parecen convencidos de los beneficios del proyecto, los habituales resquemores ante cualquier gran cambio han coartado la forma de comunicar sus ventajas, impidiendo transmitir claramente a la ciudadan¨ªa que Barcelona, Espa?a, tiene la opci¨®n de desarrollar un proyecto que la situar¨ªa como referente del ecologismo urbano mundial.
Los resquemores ante cualquier gran cambio han coartado la forma de comunicar las ventajas de la propuesta
?Por qu¨¦ no nos atrevemos a liderar otro tipo de orden? La oportunidad es de una magnitud formidable. Si Barcelona fue capaz de entusiasmar a su ciudadan¨ªa con un proyecto de entretenimiento como los Juegos Ol¨ªmpicos, ahora que los tiempos demandan otro compromiso, ?por qu¨¦ no transmitir id¨¦ntica ilusi¨®n impulsando un saludable plan que repercutir¨¢ en todos sus habitantes?
La llama encendida por Rueda se esparce, hay planes para inaugurar supermanzanas aisladas en A Coru?a, El Ferrol, C¨®rdoba, El Prat, Madrid y Vitoria-Gasteiz, adem¨¢s de en Buenos Aires, Quito, Montreal y Nueva York. Barcelona puede ser la primera en afrontar una metamorfosis completa, sentando un precedente que la convertir¨ªa en contrapeso del modelo de congesti¨®n non-stop basado en los hidrocarburos que Donald Trump se ha propuesto reba?ar en Estados Unidos. ?Lanzamos la alternativa?
Gabi Mart¨ªnez es escritor.
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