?Qu¨¦ fue de los trabajadores?
El n¨²mero de inmigrantes en Suiza aumenta sin cesar, pero ya no son trabajadores europeos
Todo nos parece siempre demasiado o demasiado poco. Los suizos, los ni?os mimados de Europa, nunca estamos contentos. Ahora, la fuente de preocupaci¨®n son las ¨²ltimas estad¨ªsticas sobre inmigraci¨®n.
El n¨²mero de extranjeros residentes aumenta sin cesar. Lo bueno es que, gracias a esa inmigraci¨®n, Suiza ha detenido el envejecimiento de su poblaci¨®n. Lo malo es que gran parte de esa inmigraci¨®n, en los ¨²ltimos tiempos, son en realidad refugiados, personas que a menudo est¨¢n poco formadas y cuya integraci¨®n social y profesional es dif¨ªcil. El n¨²mero de inmigrantes procedentes de la UE y la zona AELE, en cambio, est¨¢ disminuyendo.
El a?o pasado, los inmigrantes europeos ascendieron a 35.000. Es decir, la mitad del n¨²mero registrado en 2013, que fue el m¨¢ximo. Y es de prever que la cifra siga bajando, a juzgar por los primeros datos de 2017. A pesar de la oferta de empleos muy cualificados, seguros y bien remunerados, nuestro bello pa¨ªs ya no atrae tanto a la mano de obra europea. Para empezar, el crecimiento econ¨®mico es menos brillante desde la crisis del franco y el consiguiente descenso de la demanda. Adem¨¢s, en Espa?a, Portugal y Alemania, de donde proced¨ªa la mayor parte de los trabajadores extranjeros en Suiza, el paro est¨¢ reduci¨¦ndose, y es l¨®gico que ahora emigren menos personas.
Seg¨²n el ¨²ltimo informe de la Secretar¨ªa de Estado de Econom¨ªa (SECO), el n¨²mero de inmigrantes ha bajado el 72% en el caso de los portugueses, 41% los espa?oles y 36% los alemanes. Europa del Este tambi¨¦n ha perdido inter¨¦s en Suiza, salvo Rumania y Bulgaria, con los que existe un reciente acuerdo de libre circulaci¨®n. Pero tampoco eso durar¨¢, porque Suiza ha vuelto a imponer determinados contingentes.
De aqu¨ª a 10 a?os puede llegar a haber medio mill¨®n de trabajadores menos de los necesarios en Suiza
Los ¨²nicos inmigrantes que no han descendido tanto son los franceses (-26%) y los italianos (-14%). Y el n¨²mero de trabajadores de estos dos pa¨ªses que atraviesan a diario la frontera sigue aumentando, por lo que la presi¨®n migratoria es m¨¢s fuerte en la Suiza franc¨®fona y en el cant¨®n de Tesino. Aqu¨ª, los trabajadores europeos en general representan el 18% y los trabajadores fronterizos, el 27%. El porcentaje es ligeramente inferior en la zona del lago Lem¨¢n, entre Ginebra y Lausana, con un 16% de trabajadores europeos y un 13% de fronterizos.
Estos datos de la SECO hacen temblar a los c¨ªrculos econ¨®micos, que temen que se seque el vivero de trabajadores europeos altamente cualificados, hasta ahora considerado inagotable. Seg¨²n un estudio de la UBS de Z¨²rich, de aqu¨ª a 10 a?os puede llegar a haber medio mill¨®n de trabajadores menos de los necesarios, y los avances tecnol¨®gicos ¡ªincluida la robotizaci¨®n parcial del sector terciario¡ª no bastar¨¢n para paliar la falta de personal. Y Suiza tiene muy pocas reservas propias de mano de obra. El n¨²mero de mujeres que trabajan ya es el mayor de Europa despu¨¦s de Suecia.
La soluci¨®n ser¨ªa disminuir las jubilaciones, es decir, subir la edad de jubilaci¨®n de los 65 a?os actuales (64 en las mujeres) a 67. Pero habr¨¢ protestas. Y las empresas tendr¨ªan que estar dispuestas a dar trabajo a esa gente, cosa nada clara. En la actualidad, la tasa de empleo de los mayores es bastante buena: el 20% de los mayores de 65 a?os todav¨ªa trabaja. Sin embargo, cuando alguien mayor de 55 a?os se queda sin empleo, tarda el doble en volver a encontrarlo, porque se le considera m¨¢s caro y no siempre muy flexible. Para alentar a los empresarios, el estudio universitario sugiere la posibilidad de disminuir el coste laboral de esas personas, reduciendo sus prestaciones sociales o sus salarios. ?Otra cosa que no ser¨¢ nada f¨¢cil!
En resumen, para un pa¨ªs atemorizado desde hace 50 a?os por las cuestiones migratorias, el cambio de perspectiva es brutal. Se acab¨® la angustia de la superpoblaci¨®n, eso que los especialistas llaman ahora estr¨¦s de la densidad. Y llega el miedo al declive, a una escasez de mano de obra que puede precipitar al pa¨ªs en un ciclo infernal de contracci¨®n econ¨®mica y envejecimiento acelerado. De momento, ese discurso no ha salido del estrecho c¨ªrculo dirigente. A pesar del alivio en el mercado de la vivienda y el nuevo descenso de la tasa de paro, la inmigraci¨®n sigue siendo una de las mayores preocupaciones de los ciudadanos. Y las nuevas normas de contrataci¨®n de las empresas, que a partir de ahora deben anunciar sus ofertas de empleo en las oficinas de paro, contribuyen a la extra?a imagen de una Suiza que, a pesar de estar detenida, sigue pisando el freno.
Judith Mayencourt es jefa de informaci¨®n nacional en Tribune de Gen¨¨ve y 24 Heures.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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