El f¨²tbol, entre el infinito y el estornudo
Cuando Luis Su¨¢rez se fue al Inter, se arm¨® un ruido que parece el suspiro de un ni?o comparado con el que ahora ha tronado con el traspaso multimillonario de Neymar
El sentimiento del f¨²tbol es variable. Por usar una met¨¢fora del uruguayo Felisberto Hern¨¢ndez, pasa ¡°del infinito al estornudo¡±. Aparcados el ideal, la honra, la disputa, el amor a la camiseta, aquellas cosas, ahora estamos en tiempos del estornudo. La conversaci¨®n del f¨²tbol vive en el sobresalto de lo que hacen los jugadores¡ fuera del campo. Ganar es la cuesti¨®n; la hermosa idea de la administraci¨®n del fracaso no se concibe como posibilidad, ni siquiera en el f¨²tbol de los ni?os. Ya no se trata, tan solo, de ser o no ser; la dicotom¨ªa ahora es perder o ganar. El infinito, el estornudo.
Esa mezquindad la ha complicado el factor del dinero. No se trata tan solo de jugar los partidos, eso es cosa de los aficionados. Se trata de ganar m¨¢s dinero. No se trata s¨®lo de jugar bien, de cumplir con los c¨¢nones ¨¦ticos del juego, que consisten en animar al otro a jugar tambi¨¦n, a no tomar el bal¨®n como un trofeo sino como un objeto abierto al juego colectivo.
En este momento del estornudo del f¨²tbol se trata, m¨¢s bien, de que el ¨ªdolo gane m¨¢s dinero, de que sea el mejor, de que brille, de que aparezca en las portadas de las revistas como M¨ªster Universo, el mejor de todos. Al aficionado, esta din¨¢mica le debe procurar enorme desaliento. El ¨ªdolo est¨¢ y de pronto no est¨¢. La camiseta tiene el color del dinero. Para eso no fuimos al estadio.
Cuando Luis Su¨¢rez se fue al Inter, desde el Bar?a, se arm¨® un ruido que parece el suspiro de un ni?o comparado con el que ahora ha tronado con motivo del traspaso multimillonario de Neymar del Bar?a al PSG. Luego del traspaso de Su¨¢rez vinieron los de Jes¨²s Garay Vecino y Luis del Sol¡, migajas en relaci¨®n con lo que pasa ahora. Las incidencias de los fichajes de Alfredo di St¨¦fano y de Ladislao Kubala (cuando eran muy grandes, pero tambi¨¦n en sus momentos finales) se quedaron para la historia como una leve ventolera, nada en comparaci¨®n con el presente terremoto.
Lo que ocurre ahora, adem¨¢s, se retransmite al minuto; Gerard Piqu¨¦, por ejemplo, intervino en la jugada de Neymar a favor del PSG como Hitchcock interven¨ªa en sus pel¨ªculas: anunciando algo que desviara la atenci¨®n. ¡°Se queda¡±. Lo cierto es que cuando el central azulgrana dijo que su compa?ero permanec¨ªa con ellos, Neymar ya se hab¨ªa ido. Lucas, del Atl¨¦tico de Madrid, dec¨ªa en El larguero que en el f¨²tbol ahora no hay cifras. No hay cantidades, se han roto. 222 millones de euros suenan hoy como un presupuesto, no como un plan de juego. En el lado de ac¨¢ de este suceso est¨¢ el periodismo, cont¨¢ndolo. Cada minuto del f¨²tbol es retransmitido ahora no como se cuentan los partidos, sino como se comporta la Bolsa. Antes un partido era el infinito. Lo seguir¨¢ siendo; el f¨²tbol es grande. No va a caer vencido por estos estornudos.
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