Las noches espa?olas se quedan sin lechuzas y mochuelos
La poblaci¨®n de mochuelos cae un 90% en una d¨¦cada, frente al 13% de las lechuzas comunes
En la novela El camino, de 1950, Miguel Delibes narraba la historia de Daniel, el Mochuelo, un ni?o de 11 a?os que recuerda su vida en una aldea antes de mudarse a la ciudad para estudiar el bachillerato. El propio escritor vallisoletano explic¨® que el personaje ¡ªbautizado el Mochuelo por su forma de mirar el mundo con los ojos asombrados¡ª resum¨ªa el sentido de su obra: la defensa de la naturaleza.
Esa naturaleza que conocieron Delibes y nuestros abuelos est¨¢ desapareciendo. La poblaci¨®n de mochuelos en Espa?a ha ca¨ªdo un 90% desde 2005, seg¨²n datos de la organizaci¨®n conservacionista SEO/Birdlife divulgados hoy. Otras aves nocturnas tambi¨¦n est¨¢n en declive. La lechuza com¨²n ha ca¨ªdo un 13% en total, aunque su descenso alcanza el 50% en Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha, Murcia e Islas Baleares. A finales de la d¨¦cada de 1990, una estimaci¨®n grosera calculaba entre 50.000 y 90.000 lechuzas comunes en Espa?a, seg¨²n recuerda el bi¨®logo Juan Carlos del Moral, portavoz de la ONG.
Las lechuzas sol¨ªan instalarse en campanarios de iglesias, hoy a menudo cerrados para impedir el paso de plagas de palomas
Adem¨¢s del mochuelo y la lechuza, el autillo europeo ha disminuido un 76% y el chotacabras cuellirrojo, un 75%, seg¨²n los recuentos de SEO/Birdlife. La poblaci¨®n de b¨²ho real, sin embargo, ha crecido un 140%, en parte por las mejoras en su protecci¨®n. ¡°El b¨²ho real ha dejado de ser perseguido. Antes, como se alimentaba de conejos y perdices, era eliminado en los cotos de caza¡±, explica Del Moral. El c¨¢rabo com¨²n y el chotacabras europeo tambi¨¦n aumentan: un 76% y un 60% respectivamente.
El patr¨®n es el mismo que en las aves diurnas: las especies vinculadas a bosques crecen, mientras que las dependientes del medio agr¨ªcola disminuyen. Del Moral cree que los culpables son ¡°el abandono del campo y el abuso de productos qu¨ªmicos, que eliminan saltamontes, grillos y lagartijas¡±. El bi¨®logo recuerda que las lechuzas, por ejemplo, sol¨ªan criar en las construcciones levantadas para guardar los reba?os, hoy en desuso. Tambi¨¦n se instalaban en campanarios de iglesias, hoy a menudo cerrados para impedir el paso de plagas de palomas.
Las especies de aves nocturnas han sido hist¨®ricamente muy poco estudiadas. Desde 2005, SEO/Birdlife analiza la evoluci¨®n de varias rapaces nocturnas y chotacabras, con un enfoque de ciencia ciudadana. Unos 450 voluntarios, aficionados a las aves, salen al campo en silencio varias noches al a?o, en los periodos de m¨¢xima actividad de emisi¨®n de reclamos de cada especie. El programa, bautizado Noctua, no permite calcular con precisi¨®n las poblaciones nacionales de cada especie, pero s¨ª constatar su evoluci¨®n positiva o negativa. Y el veredicto de SEO/Birdlife es pesimista: "Nos quedamos sin lechuzas".
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