El juego de la guerra (al ISIS)
Miles de desplazados yazid¨ªes recelan de volver a sus tierras, controladas hoy por las milicias que echaron a los yihadistas
Los ni?os, los de la foto, juegan porque tienen que jugar. La sonrisa descontrolada es la de una ni?a inmortalizada por el fant¨¢stico fot¨®grafo de Reuters Suhaib Salem, que ha recorrido estos d¨ªas Sinjar, en el noroeste de Irak. Los ni?os juegan adem¨¢s para recordar, como sus mayores, todos yazid¨ªes, que hace tres a?os los yihadistas del Estado Isl¨¢mico (ISIS, en sus antiguas siglas en ingl¨¦s) entraron en sus tierras y perpetraron un genocidio ¡ªa juicio de la ONU¡ª a¨²n sin t¨¦rmino. Fue en aquellos primeros d¨ªas de agosto de 2014 cuando comenz¨® parad¨®gicamente el inicio del fin del califato territorial comandado por Abubaker al Bagdadi ¡ªel ideol¨®gico pervive¡ª. Estados Unidos, ante los suspiros de horror de la comunidad internacional, lanz¨® la campa?a a¨¦rea.
La expansi¨®n del ISIS en Siria inquietaba; su penetraci¨®n en el tri¨¢ngulo sun¨ª de Irak tambi¨¦n. La toma de Mosul, en junio de aquel a?o, asest¨® un duro golpe en las canciller¨ªas, pero fue la ratonera en la que se convirti¨® Sinjar para miles de yazid¨ªes, comunidad minoritaria iraqu¨ª (400.000 viv¨ªan en la regi¨®n antes de la llegada de los yihadistas), la que despert¨® a la coalici¨®n anti-ISIS. Lo de Sinjar, pese a aquellas im¨¢genes de marines norteamericanos en misi¨®n de rescate, no ten¨ªa freno: alrededor de 3.100 asesinatos, la mayor¨ªa de hombres, y cerca de 6.800 secuestros, de ni?as y mujeres en gran medida, usadas o vendidas como esclavas sexuales. Se calcula que el ISIS mantiene cautivos a unos 3.000 yazid¨ªes, considerados por los integristas, como ya hiciera Al Qaeda, oradores del demonio por mezclar ritos del cristianismo, islam y zoroastrismo.
En la serie de Salem aparecen m¨¢s ni?os jugando. Una instant¨¢nea incluye a un hombre uniformado que vigila. El juego de la guerra al ISIS en Sinjar ¡ªcomo la de otros rincones de Mesopotamia¡ª ha necesitado la presencia de tres fuerzas, no necesariamente aliadas, con zonas bajo su control: milicias chi¨ªes apoyadas por Ir¨¢n; kurdo-iraqu¨ªes y kurdo-turcas. Una amalgama que huele a enfrentamiento ¡ªha habido¡ª y que previene el regreso de los desplazados: ¡°A la gente le preocupa volver¡±, dijo recientemente a AFP el mando policial en Sinjar Ashti Kojer, ¡°la regi¨®n se ha convertido en una zona de conflicto¡±.
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