El fondo y la forma

BLESA EN Caja Madrid. Parece un decorado. Acaba de abrirse el tel¨®n y el actor principal hipnotiza con su donaire al p¨²blico antes de atacar su papel. Conocemos el argumento de la obra, que empez¨® como una comedia de enredo (llena de personajes pintorescos que entraban y sal¨ªan), y su tr¨¢gico final, pero no hab¨ªamos visto jam¨¢s la ambientaci¨®n. ?Qui¨¦n decora estos sitios? ?Espa?a entera es as¨ª? ?Era as¨ª de asfixiante el estilo Aznar/Botella? ?C¨®mo logramos sobrevivirle a ¨¦l como presidente del Gobierno de las armas de destrucci¨®n masiva, y a ella como hada madrina de los fondos buitre, a los que regal¨® las viviendas de protecci¨®n oficial subvencionadas por los contribuyentes madrile?os?

Claudio ?lvarez

Aterra la idea de que los edificios vanguardistas que han crecido como hongos en nuestras ciudades contengan oquedades de esta naturaleza est¨¦tica. Porque no es que resulte feo, recargado, imperialista y fr¨ªo, es que la atm¨®sfera moral que exuda nos trae a la memoria la boda de El Escorial, que se planific¨® sin duda en un lugar muy parecido a este. Se pregunta uno qu¨¦ clase de decisiones se pueden tomar desde detr¨¢s de esa mesa y no tiene m¨¢s que repasar la historia de la Espa?a contempor¨¢nea para responderse. M¨¢s all¨¢ de la ventana se aprecia la otra torre inclinada que presagiaba las ca¨ªdas a las que luego hemos asistido. Todo fue una representaci¨®n a la altura del decorado. Es dif¨ªcil vivir por encima de ¨¦l, del mismo modo que es dif¨ªcil separar el fondo de la forma. He aqu¨ª la forma. El fondo lo estamos pagando todav¨ªa.