La ¡®lujuria de los fichajes¡¯, del f¨²tbol al escaparate
El 'universo inflacionario' del f¨²tbol tiene una explicaci¨®n econ¨®mica sencilla: procede de un aumento, en este caso desmedido, de la masa monetaria
Quiz¨¢ sea necesario que pase otra d¨¦cada para que los fichajes futbol¨ªsticos de ¨¦lite empiecen a considerarse como lo que realmente son, una patolog¨ªa social que reclama a voces un cap¨ªtulo propio en los manuales de psicopatolog¨ªa. El caso del Paris Saint-Germain ¡ª222 millones pagados por Neymar m¨¢s la suposici¨®n de que est¨¢ dispuesto a pagar 180 millones por Mbapp¨¦¡ª conduce directamente al delirio, no sin parar antes en dos estaciones intermedias. La primera es la utilizaci¨®n espuria del fichaje (de ¨¦lite, en los clubes que pueden pagar 50 millones o m¨¢s por un jugador) como suced¨¢neo de la responsabilidad de los directivos ante sus socios o abonados. La segunda es econ¨®mica, resumida por Javier Tebas, presidente de la Liga, en el concepto de clubs-Estado.
Para un club de ¨¦lite, el fichaje opera como una incitaci¨®n a la lujuria y afici¨®n por el glamour de sus seguidores y su principal finalidad es ocultar o velar la rendici¨®n de cuentas. Al cuerpo directivo del club de ¨¦lite le corresponde, en virtud de su privilegiado presupuesto, una elevada responsabilidad en los resultados deportivos. Clubes hay en Espa?a que se han gastado m¨¢s de 1.000 millones en menos de diez a?os ¡ªel PSG no ha inventado nada¡ª y que, sin embargo, durante a?os de sequ¨ªa deportiva, cuyos socios no han visto ni de lejos c¨®mo sus gestores daban cuenta de las razones de sus fracasos. El fichaje es una de las llaves de esa impunidad. La expectativa de contrataci¨®n, cuanto m¨¢s cara, mejor, calma la ansiedad de los seguidores y genera un cosquilleo de promesas que sustituye la frustraci¨®n.
La relaci¨®n de da?os que causa la lujuria de los fichajes es cuantiosa, pero basta con mencionar tres. Desvirt¨²a el gobierno de las sociedades deportivas, en tanto que bloquea la rendici¨®n de cuentas ¡ªel fichaje, por definici¨®n, es un asunto secreto, impermeable a la informaci¨®n para sustraer informaci¨®n a los competidores¡ª; facilita la aparici¨®n de enormes y opacos costes de transformaci¨®n (comisiones a los agentes, primas, indemnizaciones pactadas), cuya impenetrabilidad tiende a justificarse a s¨ª misma (¡°si no es as¨ª, no se puede fichar¡±), y convierte las contrataciones en la ¨²nica pol¨ªtica deportiva del club. Quien no ficha es un fracasado o pierde expectativas.
El universo inflacionario del f¨²tbol tiene una explicaci¨®n econ¨®mica sencilla. La inflaci¨®n, el encarecimiento continuo de los precios, procede de un aumento, en este caso desmedido, de la masa monetaria. Es una regla universal. El modelo del f¨²tbol deporte se ha transformado ya en el modelo del escaparatismo y el star system. Las competiciones se segmentan entre quienes tienen dinero ilimitado (porque disponen de recursos de negocio que nada tienen que ver con el f¨²tbol) y quienes no disponen de dinero. La presunci¨®n de que los primeros han obrado con m¨¢s inteligencia es falsa o precipitada; para sostenerla habr¨ªa que investigar el origen de su capital. En todo caso, sabemos que la UEFA (y la FIFA) carecen de poder para encauzar el proceso y situarlo en un orden competitivo razonable. En parte, porque forman parte del proceso.
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