Sobrevivir a los 'haters' y a la industria musical: hablamos con Hinds sobre su segundo disco
Nunca una banda nacional hab¨ªa llegado tan lejos en tan poco tiempo. Ellas pasaron en unos meses de una habitaci¨®n al festival de Glastonbury. Tambi¨¦n, a enfrentarse a odios y envidias. Ahora preparan su segundo asalto mientras luchan por mantener su identidad intacta
Carlotta Cosials est¨¢ nerviosa. La mitad fundadora de Hinds comprueba el m¨®vil, manda mensajes y pregunta cu¨¢ndo comienza la sesi¨®n de fotos. No, no se debe a un ataque de divismo, sino a algo mucho m¨¢s l¨®gico: en unas horas se marcha con varios amigos a Benic¨¤ssim, al FIB, y ella pone el coche. En realidad deber¨ªa haberse ido un d¨ªa antes, pero la llamada de TENTACIONES ha hecho que tenga que posponer su viaje. Por eso, ahora mismo, la mitad de Carlotta est¨¢ en otro lado; tiene a sus amigos esperando, literalmente, por nosotros.
Este a?o su banda no forma parte del cartel del festival, como en las dos ediciones anteriores, pero las cuatro Hinds asisten como p¨²blico, tal y como hac¨ªan antes de convertirse en un grupo reclamado para tocar en megaeventos como Glastonbury o Coachella, adem¨¢s de salas de m¨¢s pa¨ªses de los que la mayor¨ªa de nosotros va a visitar nunca. O antes de actuar en late night shows de la tele estadounidense. O incluso antes de subir unas canciones a Bandcamp y, en lo que se tarda en bajar un mp3, empezar a recibir cr¨ªticas elogiosas en medios musicales internacionales. Un ascenso tan fulgurante que todav¨ªa se est¨¢n adaptando a su nueva realidad. Sobre la marcha y sin manual de instrucciones.
?Est¨¢ claro que nuestros objetivos son a nivel mundial, a nivel global?
Una de esas situaciones, sin ir m¨¢s lejos, est¨¢ sucediendo delante de nosotros. Mientras Ana Perrote (guitarra y voz), Ade Mart¨ªn (bajo) y Amber Grimbergen (bater¨ªa) deciden qu¨¦ ropa ponerse para las fotos, suena una de sus canciones nuevas. Es un archivo enviado por Shawn Everett, el ingeniero de sonido ganador de un Grammy que est¨¢ completando las mezclas de su segundo disco. Lo han grabado con Gordon Raphael, el productor de unos de sus ¨ªdolos, The Strokes, que viaj¨® al estudio de Paco Loco en el Puerto de Santa Mar¨ªa para trabajar con ellas. Carlotta habla con Gus, de su oficina de management, sobre subir una pista. Se ponen de acuerdo y un mail con las instrucciones va de vuelta al otro lado del Atl¨¢ntico.
As¨ª llevan varias semanas, acabando su disco en la distancia. Todav¨ªa no saben cu¨¢ndo se publicar¨¢, pero por si ellas fuera ocurrir¨ªa ma?ana mismo. Se nota que est¨¢n todav¨ªa procesando la manera de trabajar de la industria discogr¨¢fica. Cuentan que tienen cuatro sellos repartidos por el mundo. Se adaptan, escuchan, pero tambi¨¦n pelean por hacer las cosas un poco a su manera. Cuando se recuerda que todo esto empez¨® con dos postadolescentes madrile?as enganchadas al garage rock, la pregunta es inevitable: ?C¨®mo han llegado hasta aqu¨ª?
Misi¨®n: ser la polla
Todo esto empez¨® en una habitaci¨®n, la de Carlotta. ¡°Ella y yo so?¨¢bamos all¨ª, literalmente. ¡®?Te imaginas dar un concierto en Valencia? ?Y si tuvi¨¦ramos un m¨¢nager?¡±, explica Ana. ¡°Y a la semana de publicar nuestras primeras canciones ya ten¨ªamos mails de promotores, de booking agents, nos contact¨® el que ahora es nuestro m¨¢nager¡¡±. As¨ª formaron Deers, la banda que se convirti¨® en Hinds despu¨¦s de un cambio de nombre obligado por unos canadienses llamados The Dears demasiado preocupados por la fon¨¦tica. Ellas dos son el n¨²cleo duro del grupo, las que llevan el peso de las entrevistas. A menudo una termina la frase de la otra. Ambas llevan un colgante dorado con sus nombres respectivos.
En apenas unas semanas, sus aspiraciones se les quedaron peque?as. ¡°Est¨¢ claro que nuestros objetivos son a nivel mundial, a nivel global¡±, asume ahora Ana. Es lo que sucede cuando te hacen tanto caso en Londres, Los ?ngeles o Tokio como en tu propia ciudad, y todo eso sucede al mismo tiempo. Carlotta lo resume as¨ª: ¡°Antes de exponerte al mundo sue?as con lo que Espa?a te puede dar, pero entonces recibes dos e-mails y dices: ¡®Un momento, ?esta firma del NME es de verdad?¡¯. Y piensas que igual se puede so?ar m¨¢s all¨¢¡±. Ese cambio brusco de mentalidad sucedi¨® en 2014, y con solo dos canciones: Bamboo y Trippy gum. Era el comienzo de una carrera ins¨®lita para un grupo espa?ol. Por alcance y por la manera de quemar etapas en un tiempo rid¨ªculamente corto.
?Si nos transforman demasiado igual se pierde la magia de Hinds?
A todo aquel que toque en un grupo se le presupone ser fan de la m¨²sica, pero el caso de Hinds es especial. Al haber pasado de estar en primera fila de un concierto a tocar en grandes salas en tan poco tiempo, su entusiasmo est¨¢ todav¨ªa en nivel teenager. Las historias sobre conocer a algunos de sus m¨²sicos favoritos y poder tratarles de t¨² a t¨² hacen que la conversaci¨®n suba de volumen. ¡°Es de las mejores sensaciones del mundo¡±, confiesa Carlotta. ¡°Sobre todo cuando te dicen: ¡®Oye, me encanta lo que hac¨¦is¡¯. ?Pero qu¨¦ dices, t¨ªo? ?Si tengo un p¨®ster tuyo en mi habitaci¨®n!¡±. As¨ª les pas¨®, por ejemplo, con los Black Lips, una de las bandas a las que debemos el resurgir del garage rock. ¡°Cuando les teloneamos la primera vez a m¨ª se me sal¨ªa el coraz¨®n¡±, contin¨²a Carlotta. ¡°Ahora son amigos, hemos dormido en su casa en Atlanta, le prepararon una fiesta de cumplea?os a Amber¡ Pero es que fuimos en autob¨²s al concierto, a tocar con ellos en Londres¡±.
Esa dualidad fan-banda tambi¨¦n les gu¨ªa en su carrera, y a veces es el origen de cierta frustraci¨®n. ¡°La industria es la industria, pero nos basamos mucho en nuestra experiencia como fans¡±, confiesa Ana. ¡°A veces dices: ¡®Joder, que este disco tiene que salir en verano. ?C¨®mo va a salir en invierno, que la gente est¨¢ menos contenta, hace fr¨ªo, hay ex¨¢menes¡?¡±. Carlotta la secunda. ¡°Nuestro primer disco se llam¨® Leave me alone porque hubo un momento en el que nos pusieron la cabeza como un bombo. Nos dec¨ªan: ¡®Ten¨¦is que sacar esto as¨ª, esta canci¨®n no es un single porque no tiene estribillo¡¡¯. Y t¨² dices: ¡®Vale, entiendo que tienes m¨¢s experiencia que yo, pero conf¨ªa en m¨ª. Nos has elegido por c¨®mo somos, as¨ª que no nos transform¨¦is demasiado porque igual se pierde la magia de Hinds¡±. A¨²n as¨ª, ya han encontrado sus estrategias. ¡°Eso lo usamos mucho como chantaje: ¡®Si no nos ten¨¦is contentas, Hinds no es Hinds¡±, dice Carlotta con un punto de malicia.
La sesi¨®n de fotos va a comenzar, primero con retratos individuales.
Ade se acerca a sus compa?eras y pregunta: ¡°?Qu¨¦ actitud?¡±. ¡°Sesi¨®n¡ Sesi¨®n portada rock¡±, contesta Carlotta. ¡°Esto lo hacemos mucho¡±, explica despu¨¦s. Nos desvelan sus c¨®digos para salir a tocar, que incluyen t¨¦rminos como fumadas o Strokes, cada uno con una actitud distinta. Aseguran que son una democracia de cuatro, lo que les obliga a que una de ellas convenza a las dem¨¢s cuando hay un empate. Y eso desemboca en que nos ense?en su grupo de WhatsApp. ?Su nombre? ¡°Hinds in polla mission¡±, suelta Carlotta ante una carcajada generalizada. ¡°Es nuestro pr¨®ximo objetivo, ser la polla¡±.
Hijas de la Coca-Cola
Si un gran poder conlleva una gran responsabilidad, en la era de las redes sociales una gran cantidad de atenci¨®n conlleva casi la misma proporci¨®n de odio visceral. Esa es una lecci¨®n que Hinds tuvieron que aprender de manera inesperada y que les ha costado un tiempo digerir. Mientras las rese?as y las propuestas de conciertos se multiplicaban, en su propio pa¨ªs tambi¨¦n se fueron convirtiendo en un blanco f¨¢cil de cr¨ªticas y comentarios malintencionados. ¡°Al principio lo llev¨¢bamos fatal¡±, asume Ana. ¡°Todo nos vino encima. No es que no estuvi¨¦semos preparadas, es que ni so?¨¢bamos con esto¡±. Carlota toma el relevo: ¡°De pronto ves que el hecho de que te den ca?a y que te juzguen al mil por cien est¨¢ dentro del pack de tener ¨¦xito. Y es como: ¡®Dios, si ni siquiera lo eleg¨ª¡±. Ella confiesa llevarlo peor, sobre todo cuando los comentarios van dirigidos a su vida personal. ¡°Todav¨ªa no he encontrado la f¨®rmula, mi mantra para decirme: ¡®Venga, sigue adelante¡¯. Me siguen dando bastante por culo las redes sociales. ?Odio Twitter!¡±.
Pero no todo es sufrimiento, y Hinds ya han aprendido a re¨ªrse de las cr¨ªticas. ¡°?Es que nos han llegado a decir que toc¨¢bamos mal aposta!¡±, dice Ana y desencadena un ataque de risas. Carlotta incluso relata su rumor favorito: ¡°Al parecer, si te fijabas en algunas fotos de promo, hab¨ªa una lata de Coca-Cola por ah¨ª, as¨ª que se se dec¨ªa que una de nosotras era hija del director de Espa?a de Coca-Cola y que nos hab¨ªan elegido secretamente para dar mensajes subliminales¡±. M¨¢s risas. ¡°Es que fue literalmente una moda odiar a Hinds¡±, contin¨²a Ana. ¡°Ahora ya no, pero es que, ?qu¨¦ m¨¢s van a decir?¡±. Cuentan que incluso llegaron a planear un falso documental con todo ese material. ¡°Quer¨ªamos que saliese gente diciendo: ¡®S¨ª, s¨ª, en el casting las pobrecitas no sab¨ªan nada, yo les ense?¨¦ todo¡±, relatan. ¡°O que ¨¦ramos m¨²sicos de conservatorio y nos dijeron c¨®mo interpretar una canci¨®n al estilo Hinds¡±.
Quiz¨¢s el origen de todo ese odio se encuentre precisamente en su ¨¦xito. Para muchos puede resultar frustrante ver como una banda consigue llegar a lugares vetados para la mayor¨ªa sin esfuerzo aparente. ?Por qu¨¦ ellas y no otros compa?eros de generaci¨®n? ¡°Nos han ido haciendo esta pregunta sin parar, y yo cada vez tengo m¨¢s claro que son las canciones¡±, asegura Carlotta. ¡°Hay que trabajar como un cerdo y las redes sociales ayudan pero, si a la gente no le das canciones que les mueven, no vale de nada un perfil de puta madre en Instagram, un sello multinacional o que lleves 80 a?os tocando la guitarra¡±.
Paco Loco, en cuyo estudio han grabado sus dos discos, da alguna clave sobre su ascenso: ¡°Para empezar, ellas tienen una confianza en su m¨²sica brutal. Creen en lo que hacen y no se echan para atr¨¢s. Aunque les digan que toquen delante de Paul McCartney¡±. Otras veces, lo que las hace especiales es m¨¢s dif¨ªcil de definir. ¡°Ellas han conectado con una generaci¨®n de una manera diferente, algo que no ha hecho otra gente. Eso no se puede explicar. Si se pudiese, todos lo har¨ªamos. ?Ya hubiese querido yo gustarle a tanta gente como ellas!¡±, remata el productor.
Te estoy hablando de respeto
Justo un d¨ªa antes de esta entrevista, Hinds han participado en un v¨ªdeo del Ayuntamiento de Madrid sobre la violencia de g¨¦nero y las situaciones a las que se enfrenta cualquier mujer a diario. ¡°Nosotras hablamos sobre c¨®mo una chica joven vuelve a casa de noche¡±, explica Carlotta. ¡°Contamos lo que hacemos todas: si hay alguien que te est¨¢ siguiendo paras y le dejas pasar, miras antes de meter la llave¡ Cosas que no deber¨ªan ocurrir si no hubiera unos idiotas en San Ferm¨ªn o en las fiestas de cualquier pueblo que te tocan las tetas¡±.
Ellas tienen claro que se han encontrado situaciones machistas tambi¨¦n en su carrera. ¡°El respeto que le sale autom¨¢ticamente a mucha gente es menor cuando eres una chica¡±, asegura Ana, que recuerda un ¨²ltimo encontronazo: ¡°El otro d¨ªa, en el festival Mad Cool, est¨¢bamos Ade y yo viendo un concierto y un se?or nos dice: ¡®Ah, mira, las zorras¡±. ¡°?En serio?¡±, interviene Carlotta. ¡°No lo sab¨ªa, ?qu¨¦ fuerte!¡±. ¡°Nos acercamos a ¨¦l y luego te cuento lo que hicimos¡±, retoma su compa?era. ¡°Acab¨® pidiendo perd¨®n, estaba acojonado¡±.
?El respeto que le sale a mucha gente es menor cuando eres una chica?
No, no se dejan amedrentar, pero tambi¨¦n confiesan que, precisamente por ser chicas, no se lanzaron a formar una banda antes. ¡°Nosotras siempre hemos sido fans de la m¨²sica¡±, recuerda Carlotta. ¡°Hemos tenido amigos y novios que se pasaban el d¨ªa en el local de ensayo, pero no se nos encend¨ªa la bombilla para decir: ¡®Oye, ?por qu¨¦ no montamos un grupo nosotras?¡¯. Y b¨¢sicamente no se te ocurre porque eres una t¨ªa¡±. Ahora incluso son una inspiraci¨®n para otras. ¡°Muchas chicas se nos acercan al acabar los conciertos y nos dicen: ¡®Mira, estas son nuestras amigas, hemos montado un grupo¡±, explica Ana con orgullo. ¡°Aunque tambi¨¦n los hay que te dicen: ¡®Sois mi grupo de chicas favorito¡¯. Y te quedas como: ¡®Ah, genial¡¯. Es como si te dicen ¡®eres mi Barbie favorita¡¯. No estamos dentro del saco de ¡®grupo de chicas¡±.
C¨®mo seguir siendo Hinds
Tres a?os despu¨¦s de esa Demo que las puso en el mapa, A Hinds les ha pasado de todo. Cosas buenas, como tocar por todo el mundo y poder vivir exclusivamente de la m¨²sica, algo a lo que pocos artistas ¡ªsobre todo a su edad¡ª pueden aspirar. Tambi¨¦n algunas malas, como asumir que no tienen el control completo sobre su carrera o que ah¨ª fuera hay gente que tiene cuchillos muy afilados. Todo eso lo han ido absorbiendo, a la vez que consegu¨ªan mantener su pasi¨®n de fan. ¡°Siguen siendo las mismas chicas alegres y divertidas¡± ¨Cexplica Paco Loco?¡ª, ¡°igual un poco m¨¢s preocupadas por lo que se les viene encima, pero muy concienciadas con lo que tienen que hacer. Les gusta aprender, les gusta ensayar¡±.
Eso que ¡°se les viene encima¡± es su segundo disco. Pronto les tocar¨¢ repetir el ciclo: entrevistas, conciertos, festivales¡ Cosas que implican todo tipo de decisiones. Ahora se tienen que parar a pensar cada vez m¨¢s en las propuestas que les llegan. Como con A rodar, la canci¨®n que acaban de grabar para Cars 3, la pel¨ªcula de animaci¨®n de Pixar. Fue algo que les gener¨® un debate. ¡°El tema ya estaba compuesto y nos dieron directrices como ¡®Shakira cantando rock¡±, recuerda Ana. ¡°Fue un momento de reuni¨®n, de decir: ¡®?Lo hacemos o no?¡±, explica Carlotta. Al final acabaron aceptando. ¡°Claramente lo est¨¢bamos haciendo para una pel¨ªcula divertida, de dibujos¡ Ten¨ªa sentido. Si hubiese sido para otra cosa igual no lo hubi¨¦semos hecho¡±, aclara Ana.
En medio de toda una maquinaria de la que hace poco no hab¨ªan pensado formar parte, Hinds luchan por mantener su identidad. A veces las cosas no salen exactamente como esperaban, como han experimentado trabajando con Gordon Raphael en su siguiente disco. ¡°La experiencia fue guay, pero hubi¨¦ramos querido m¨¢s¡±, puntualiza Ana. ¡°Para otros grupos igual ese estilo es bueno, pero nosotras esper¨¢bamos un poco m¨¢s de implicaci¨®n. A¨²n as¨ª estamos contentas con el resultado¡±.
Pero jugar en las ligas mayores no tiene que suponer que cambien su manera de ser. Por eso preparan un split single con sus amigos Los Nastys e intentan que les dejen regalar Caribbean moon, una versi¨®n de Kevin Ayers que han grabado. ¡°En nuestros conciertos de mil personas, siempre estamos en primera fila cuando tocan nuestros teloneros¡±, asegura Ana. ¡°S¨ª, y la gente al lado cuchicheando¡±, a?ade Carlotta. Por eso tambi¨¦n ahora, ya que nuestra sesi¨®n est¨¢ acabando, cogen el coche para ir al FIB, como antes de que todo esto pasase. ¡°Bueno, como antes no¡±, apunta Carlotta. ¡°Ahora ya no hacemos camping. ?Es que antes siempre ¨ªbamos al camping, t¨ªo!¡±.
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