La imprescindible unidad
Fuimos capaces de derrotar a ETA y la fortaleza de la democracia tambi¨¦n doblegar¨¢ al terrorismo yihadista
Desde que ETA anunci¨® el abandono definitivo de la violencia, he tenido que responder muchas veces a la pregunta de si la experiencia acumulada en las d¨¦cadas de lucha contra el terrorismo etarra era aprovechable para combatir el yihadismo. Mi respuesta invariablemente ha sido que s¨ª. Sin desconocer que ambos tipos de terrorismo tienen grandes diferencias y que, por carecer de una estructura organizativa y jer¨¢rquica definida, el terrorismo de matriz radical islamista es mucho m¨¢s dif¨ªcil de combatir, la realidad es que estos largu¨ªsimos a?os de lucha contra lo que podr¨ªamos denominar terrorismo dom¨¦stico nos ha dejado mucho dolor, cierto, pero tambi¨¦n algunas cosas ¨²tiles para saber c¨®mo hacerlo contra el internacional.
Por ejemplo, unas fuerzas de seguridad eficaces, capacitadas cient¨ªfica y tecnol¨®gicamente; jueces y fiscales acostumbrados a la instrucci¨®n de causas contra el terrorismo, pertrechados de instrumentos legales como un C¨®digo Penal, revisado en dos ocasiones, en 2010 y en 2015, para facilitar la lucha contra el yihadismo. Y unos servicios de inteligencia que conocen el valor de la cooperaci¨®n y que la practicaron con sus hom¨®logos franceses para acabar con ETA.
La lucha contra la banda etarra nos dej¨®, adem¨¢s, lecciones que no vamos a olvidar. La necesidad de atender a las v¨ªctimas y a sus familias, el valor que su testimonio tiene para deslegitimar al terrorismo. Y, tambi¨¦n, la importancia de los acuerdos pol¨ªticos para, entre otras cosas, impedir, que los asesinos logren desestabilizar nuestra democracia de la peor forma posible: haciendo crecer en ella la semilla de la intolerancia y el odio contra los que profesan religiones o creencias distintas de las nuestras.
El car¨¢cter indiscriminado de los atentados hace que la sensaci¨®n de inseguridad se haya multiplicado exponencialmente
Seguramente, todas estas cosas y algunas decisiones que en materia de seguridad se tomaron despu¨¦s del terrible atentado del 11-M en Madrid, est¨¢n detr¨¢s de la ausencia de atentados yihadistas en Espa?a desde aqu¨¦l fat¨ªdico d¨ªa de marzo del 2004. Espa?a era, al mismo tiempo, el pa¨ªs de Europa en el que hab¨ªa m¨¢s operaciones antiterroristas y uno de los pocos grandes sin atentados. Pero todos los que de una u otra forma hemos estado relacionados con la lucha contra el yihadismo, sab¨ªamos que esta ausencia de atentados no iba a durar eternamente. Y hoy, como dijo el entones primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, en Madrid no hace mucho tiempo, no sabemos ni d¨®nde, ni cu¨¢ndo pero, desgraciadamente, tenemos la certeza de que lo volver¨¢n a intentar. Como la tenemos de que el apoyo a las fuerzas de seguridad y la buena coordinaci¨®n entre ellas, el trabajo de jueces y fiscales, la cooperaci¨®n internacional, la atenci¨®n a las v¨ªctimas y a sus familias y la imprescindible unidad de los partidos pol¨ªticos siguen siendo los ingredientes b¨¢sicos de una pol¨ªtica antiterrorista que evite atentados, que salve vidas.
De poco sirve recordar que incluso en a?os tan duros como estos tres ¨²ltimos, las cifras de muertos por atentados terroristas en Europa siguen siendo menores que las que sufrimos en las d¨¦cadas de los sesenta, los setenta y los ochenta. El car¨¢cter indiscriminado de las actuaciones criminales de los yihadistas y su enorme letalidad hace que la sensaci¨®n de inseguridad se haya multiplicado exponencialmente. Pero traer en estos d¨ªas a la memoria que fuimos capaces de derrotar a ETA y, sobre todo, repasar c¨®mo lo hicimos, nos debe servir para mantener la convicci¨®n de que al final, a pesar de la dificultad enorme del empe?o, la fortaleza de la democracia tambi¨¦n doblegar¨¢ al terrorismo yihadista.
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba fue secretario general del PSOE.
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