El saber s¨ª ocupa lugar
La universidad debe liderar un proceso de transformaci¨®n que suponga variar conductas y valores
"La Universidad no se ha echado a la calle, no se ha puesto en contacto con el pueblo, y es necesario que la Universidad y los profesores se echen a la calle para compenetrarse con el pueblo y vivir con ¨¦l", denunciaba Unamuno con palabras que, 90 a?os despu¨¦s, mantienen su actualidad y frescura. Las he recordado tras conocer los resultados 2017 del ranking de Shangh¨¢i: ninguna universidad espa?ola aparece entre las 200 primeras del mundo, aunque nos consolemos con las 26, todas p¨²blicas, que se incluyen en el top-800 y las 11 que situamos entre las 500 primeras del famoso ranking.
Otros art¨ªculos del autor
Aparecen, con raz¨®n, las denuncias y cr¨ªticas: ausencia de voluntad pol¨ªtica para buscar soluciones, masificaci¨®n, exceso de burocracia, gesti¨®n anticuada y poco profesional, olvido perenne de variables como m¨¦rito y capacidad, endogamia, casi nulas transferencias te¨®rico/pr¨¢cticas, divorcio empresa/universidad/sociedad, falta de suficiente financiaci¨®n, escasez de relevancia cient¨ªfica¡ Naturalmente, las acusaciones mutuas se ha convertido en est¨²pidas armas arrojadizas con las que pretendemos tapar nuestras comunes incapacidades y verg¨¹enzas. Con lo f¨¢cil que ser¨ªa, como principio, que todos los concernidos nos pusi¨¦ramos de acuerdo, precisamente, en alcanzar un acuerdo, y fu¨¦ramos conscientes de que los pa¨ªses ricos lo son porque invirtieron antes de serlo en educaci¨®n; mientras, nosotros estamos esperando a que la econom¨ªa mejore para hacerlo¡
Reflexiono con profesores universitarios y hombres de empresa sobre el poder transformador de la educaci¨®n y sobre lo que podr¨ªamos hacer en Espa?a para mejorar nuestro nivel educativo/universitario y, de repente, me rompo, nos desgarramos interiormente, al conocer las consecuencias de los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils: ?quien ense?¨® a esos chicos, terroristas de 20 a?os, la verdad de que matar es la soluci¨®n?
Creer que se posee la ¨²nica verdad significa sentirse con el deber de imponerla, incluso por la fuerza, como ha ocurrido en Catalu?a. Los fan¨¢ticos pueden ser, en ultima instancia, asesinos y, como paso previo, seguidores fervientes de los dogmas. A lo largo de la historia, el dogmatismo siempre ha producido intolerancia en la vida diaria, en las relaciones humanas y en cualesquiera de los campos del saber: en la pol¨ªtica, en la gobernanza de las empresas, en la religi¨®n, en los pueblos y muchas veces en la sociedad toda; y en pleno siglo XXI ya no sirve cruzarse de brazos: ni debemos, ni podemos, ni queremos. Solo desde la educaci¨®n y la cultura, solo desde el conocimiento, los hombres y las mujeres nos hacemos m¨¢s sabios, m¨¢s libres y m¨¢s dem¨®cratas y, por ende, m¨¢s justos como personas y mejores profesionales. Y no hablo solo de instrucci¨®n, sino de Educaci¨®n con may¨²sculas, de aut¨¦nticos valores humanos y de convivencia social y empresarial.
Hemos construido de forma consciente una sociedad profundamente desigual, injusta, competitiva y narcisista
La soluci¨®n est¨¢ a nuestro alcance, en la Educaci¨®n, un refugio enriquecedor capaz de crear oportunidades, construir personalidades y cincelar prop¨®sitos. Los humanos no tenemos conciencia clara de que la Educaci¨®n, la cultura y la ense?anza constituyen, como afirma Nuccio Ordine, "el liquido amni¨®tico ideal" en el que las ideas de democracia, libertad, justicia, laicidad, igualdad, ciudadan¨ªa, derecho a la critica, solidaridad, tolerancia y bien com¨²n -que no es publico ni tampoco privado- pueden experimentar un vigoroso desarrollo; exactamente lo que la sociedad necesita y la opini¨®n p¨²blica demanda en un tiempo muy complejo y lleno de incertidumbres donde las soluciones no son prontas ni f¨¢ciles, tampoco exactas.
Hemos construido de forma consciente una sociedad profundamente desigual e injusta, rabiosamente competitiva y narcisista en la que, olvidando valores como esfuerzo, trabajo y decencia, los protagonistas son la fama y la tolerancia irreverente, adem¨¢s del poder y el dinero, inalcanzables, pero visibles para la inmensa mayor¨ªa. Cualquier procedimiento, aunque sea deshonroso o il¨ªcito, parece servir. Hemos abandonado en el camino lo que Orwell llam¨® "common decency", la decencia com¨²n, la infraestructura moral b¨¢sica que nos hace superiores como personas.
A los pol¨ªticos hay que exigirles siempre responsabilidad y soluciones, pero, adem¨¢s de capacitar, de educar y de fomentar el estudio y la investigaci¨®n, la universidad deber¨ªa ser la conciencia c¨ªvica, ¨¦tica y social de la ciudadan¨ªa. Es preciso que en un cambio de ¨¦poca la universidad lidere un proceso de transformaci¨®n que suponga variar conductas, valores, comportamientos; sobre todo comportamientos inertes que nos atan al pasado y nos arrastran al agotamiento. Educar desde la familia, en escuelas y universidades es el camino porque, no lo olvidemos, liderar es tambi¨¦n educar. La universidad l¨ªder debe ser capaz de vivir, y de resistir tambi¨¦n, un cambio que le acerque a la siempre incierta realidad y nos ayude como seres humanos a buscar certezas y a reforzar los fundamentos morales y ¨¦ticos de una sociedad que, aunque proclame lo contrario, se ha hecho fr¨¢gil y temerosa.
?Juan Jos¨¦ Almagro es abogado y doctor en Ciencias del Trabajo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.