El triple asesino de Usera tiene nombre
Elisa, Maritza y Pepe. Tres inocentes que se toparon con una muerte atroz en un despacho de abogados de Madrid. Un a?o despu¨¦s, la polic¨ªa tiene la certeza de haber identificado al autor del crimen.
Cuando descubri¨® que su pareja lo enga?aba, Dahud Hanid-Ortiz, de 45 a?os, decidi¨® vengarse. El exmilitar estadounidense de origen venezolano y residente en Alemania se plant¨® en Madrid, en el despacho del abogado peruano que se acostaba con su esposa. No lo encontr¨®, pero se desquit¨® con las dos empleadas cubanas y un cliente ecuatoriano, mat¨¢ndolos con una palanqueta y un pu?al. Desde entonces el autor del triple crimen de la calle de Marcelo Usera est¨¢ en paradero desconocido.
Esa es la l¨ªnea que ha terminado por prevalecer en la investigaci¨®n del asesinato, el 22 de junio de 2016, de la abogada Elisa Consuegra G¨¢lvez, de 31 a?os; de la secretaria del bufete, Maritza Osorio River¨®n, de 46, y de Pepe Castillo Vega, de 43. No ha sido siempre as¨ª y las discrepancias entre la polic¨ªa y el juez de instrucci¨®n han contribuido a que el principal sospechoso pusiera tierra por medio, escondido quiz¨¢s en Estados Unidos, Venezuela o Malasia, como lo sugiere el propio fugitivo en su cuenta de Facebook. El titular del juzgado n¨²mero 41, Juan Carlos Peinado, ¡°iba por una tesis muy extra?a de sicarios de un cartel mexicano, que ten¨ªan supuestamente cuentas pendientes con el due?o de ese bufete, y que se cargaron al personal¡±, explica una fuente de la Brigada de la Polic¨ªa Judicial de Madrid.
El juez ten¨ªa, sin embargo, varios indicios para sustentar su hip¨®tesis, empezando por los antecedentes del propio abogado peruano, V¨ªctor Salas. ?l mismo contaba que, siendo secretario judicial en su pa¨ªs de origen, hab¨ªa recibido amenazas, en 2006, a ra¨ªz de la condena de un narcotraficante israel¨ª. Recal¨® en Espa?a en 2008, a punto de cumplir 30 a?os. Despu¨¦s de algunos trabajos temporales y de convalidar su t¨ªtulo de Derecho, abri¨® su propio bufete especializado en extranjer¨ªa. En esta ¨²ltima etapa, seg¨²n la investigaci¨®n, Salas habr¨ªa tenido desavenencias con unos clientes de un cartel mexicano.
Las discrepancias entre la polic¨ªa y el juez de instrucci¨®n han contribuido a que el sospechoso pusiera tierra por medio.
La pista de un ajuste de cuentas del narcotr¨¢fico se ha enfriado y las filtraciones del sumario apuntan ahora al exmilitar. ¡°Tenemos pruebas que van mucho m¨¢s all¨¢ de un tap¨®n de pl¨¢stico¡±, asegura la fuente de la Polic¨ªa Judicial, en referencia a los restos de una botella de agua fabricada en Alemania que se encontr¨® en el lugar del crimen y que se salv¨® del incendio provocado por el asesino para borrar las huellas. ¡°Debemos mantener esas pruebas bajo extrema reserva porque son las que servir¨¢n para incriminarle si alg¨²n d¨ªa se le detiene¡±.
Las divergencias de criterio entre el juez y los investigadores complicaron la cooperaci¨®n con la polic¨ªa alemana. ¡°Necesit¨¢bamos su apoyo, pero la justicia espa?ola puso trabas al inicio¡±, se queja el alto cargo de la Brigada de Madrid. Finalmente, la colaboraci¨®n alemana fue muy exitosa y permiti¨®, entre otras cosas, desmontar la coartada que se hab¨ªa fabricado el sospechoso para evitar que se le ubicara en Espa?a en el momento del crimen.
Dahud Hanid-Ortiz viv¨ªa en la peque?a ciudad de Wurzburgo, en Baviera. Hab¨ªa llegado a Alemania en 2011 como teniente primero del Ej¨¦rcito de Estados Unidos despu¨¦s de haber sido soldado en Irak y Corea. Con excepci¨®n de una condecoraci¨®n, un Coraz¨®n P¨²rpura que recibi¨® por sufrir heridas en la guerra de Irak, su carrera militar de 19 a?os no fue demasiado brillante y termin¨® abruptamente. El 30 de junio de 2015, un tribunal militar confirm¨® una condena por uso de documentaci¨®n falsa para conseguir el rango de oficial del Ej¨¦rcito. Fue adem¨¢s sancionado por fraude contra el Estado al haber simulado que su familia segu¨ªa viviendo en EE?UU mientras ¨¦l estaba destinado en Alemania, lo que le permiti¨® recibir una ayuda social de 87.000 d¨®lares a la que no ten¨ªa derecho.
Despu¨¦s de esa baja deshonrosa, el exmilitar se dedica a fabricar curr¨ªculos falsos para conseguir trabajo en Alemania. La relaci¨®n con su esposa, una doctora alemana, entra en crisis y, a finales de 2015, anuncia en su Facebook que tiene novia. Dice que vive en Kuala Lumpur, la capital de Malasia, pero sus intervenciones en otras redes sociales, como Twitter, Pinterest o Skyrock, donde se hace llamar David Ortiz o bien usa su verdadero nombre, lo sit¨²an en Alemania.
En LinkedIn, asegura que ha estudiado en la University of Mumbay (India) y se presenta como business manager en la compa?¨ªa L¡¯Or¨¦al en la ciudad alemana de Colonia. Pero comete el error de poner el Twitter de David Ortiz en sus datos personales. El ex teniente primero Dahud Hanid-Ortiz, el empleado de L¡¯Or¨¦al formado en India y David Ortiz, que ilustra su perfil de Twitter con la sonrisa inquietante de un macaco, viven todos en la misma casa en Wurzburgo y son una sola persona.
A Dahud Hanid-Ortiz le echaron del Ej¨¦rcito de EE?UU por falsear su expediente, y despu¨¦s sigui¨® fabric¨¢ndose personalidades.
El 4 de junio de 2016, 18 d¨ªas antes del crimen, el exmilitar contesta en ingl¨¦s desde su correo Yahoo a un anuncio de un piso en alquiler en la ciudad donde reside desde 2011. Deja un n¨²mero de tel¨¦fono alem¨¢n y se describe a s¨ª mismo: ¡°Hola, soy americano y estoy estudiando un m¨¢ster en Business en la FHWS (una universidad de Wurzburgo). Me interesa este apartamento (¡). Hablo un poco de alem¨¢n. No fumo, no bebo, soy tranquilo y muy ordenado (¡)¡±.
Cuatro d¨ªas antes, el 31 de mayo, Hanid-Ortiz actualiza por ¨²ltima vez sus cuentas en las redes sociales. Lo hace para consultar un sitio argentino, Comunidad Dateas, especializado en la b¨²squeda de personas y direcciones de correos electr¨®nicos en Am¨¦rica Latina y Espa?a. En retrospectiva, esta consulta y el apag¨®n repentino de su actividad en Internet eran se?ales anunciadoras de la tragedia que enlutar¨ªa a tres familias pocos d¨ªas despu¨¦s en Madrid. Sabemos por las filtraciones del sumario que el sospechoso hab¨ªa descubierto que su esposa ten¨ªa una relaci¨®n sentimental con el abogado peruano V¨ªctor Salas y que los amantes hab¨ªan tenido varios encuentros tanto en Alemania como en Madrid.
Poco despu¨¦s de sus indagaciones en Internet, el exmilitar empieza a mandar desde su Yahoo amenazas de muerte al abogado, seg¨²n una fuente que tuvo acceso al sumario. V¨ªctor Salas cometi¨® la imprudencia de contestarle, desafi¨¢ndolo.
Mientras los dos hombres se enzarzaban en un duelo verbal, las empleadas cubanas del bufete Euroasia cumpl¨ªan con sus labores habituales en el n¨²mero 40 de la calle de Marcelo Usera en Madrid, recibiendo a los clientes, sobre todo sudamericanos y chinos, y preparando los expedientes en materia de extranjer¨ªa. Maritza Osorio River¨®n hac¨ªa de recepcionista y de secretaria. Hab¨ªa dejado su natal Holgu¨ªn (Cuba) 20 a?os atr¨¢s y viv¨ªa con su hija, que trabajaba en una tienda de ese barrio popular, al suroeste de la capital espa?ola. Elisa Consuegra G¨¢lvez, abogada formada en la Universidad de La Habana, era la que realmente hac¨ªa funcionar el despacho y cubr¨ªa las ausencias cada vez m¨¢s frecuentes del jefe.
Antes de trasladarse a Madrid en 2012, Elisa fue una estudiante brillante y, con apenas 23 a?os, empez¨® su carrera de juez en la Secci¨®n Laboral del Tribunal Municipal Popular de Plaza, en La Habana. Despu¨¦s pas¨® a la Secci¨®n Civil y luego a Delitos Econ¨®micos. En 2010 asumi¨® la presidencia de la Secci¨®n Especial Penal del mismo tribunal. Sin embargo, a pesar de su ¨¦xito profesional, la joven abogada no se sent¨ªa a gusto. ¡°Se dio cuenta muy r¨¢pidamente de que la justicia en Cuba no era independiente del poder ejecutivo y que no pod¨ªa dictar sentencias en funci¨®n de criterios ¨²nicamente jur¨ªdicos¡±, cuenta una amiga de Elisa. Su malestar no se limitaba al ¨¢mbito de la justicia. ¡°De manera general le molestaban la falta de libertades, el acceso muy limitado a Internet y muchas otras cosas. Por eso decidi¨® irse cuando encontr¨® la oportunidad¡±.
En esto, y solo en esto, chocaba con su familia, muy vinculada al poder en La Habana. Su padre, Juan Carlos Consuegra Espinosa, que era tambi¨¦n licenciado en Derecho, hab¨ªa sido teniente coronel en la Contrainteligencia y miembro de la Comisi¨®n de Asuntos Constitucionales y Jur¨ªdicos en el Parlamento. Su madre, Elisa G¨¢lvez Cabrera, era especialista en medicina legal y profesora en la Facultad de Ciencias M¨¦dicas, adem¨¢s de directora de un centro sobre drogodependencias. Elisa estaba muy unida a ellos, pero quer¨ªa respirar otro aire.
A diferencia de la mayor¨ªa de los cubanos, que entonces no pod¨ªan viajar libremente al extranjero, Elisa no tuvo problema para salir de la isla. Lleg¨® a Madrid con la intenci¨®n de estudiar para homologar su t¨ªtulo y lo logr¨® el 3 de junio de 2016. Ya pod¨ªa ejercer su profesi¨®n en Espa?a. La joven cubana, que hab¨ªa cumplido 31 a?os el 24 de mayo, hab¨ªa comentado a sus amigos que quer¨ªa dejar el bufete de la calle de Marcelo Usera para trabajar por su cuenta. Estaba feliz. ¡°He conocido poca gente que le gustara tanto Madrid como a ella¡±, cuenta su amiga m¨¢s cercana, Suzanne, tambi¨¦n abogada. ¡°Me dec¨ªa siempre, con esa sonrisa de ni?a traviesa, que no entend¨ªa c¨®mo siendo yo madrile?a pod¨ªa querer estar en ning¨²n otro sitio. Ella estaba donde quer¨ªa estar¡±.
El 22 de junio, tres semanas despu¨¦s de recibir su t¨ªtulo en el Colegio de Abogados de Madrid, Elisa estaba en su despacho cuando lleg¨® un desconocido sobre las dos de la tarde. Lo atendi¨® Maritza. Quer¨ªa hablar con V¨ªctor Salas. Como siempre, el jefe no estaba. El hombre insisti¨® tanto que la secretaria llam¨® al abogado para explicarle la situaci¨®n. El peruano sospech¨® que se trataba de Dahud Hanid-Ortiz, el marido despechado que lo hab¨ªa amenazado por correo electr¨®nico unos d¨ªas antes. Decidi¨® quedarse en casa y ¡°echarse la siesta¡±, seg¨²n dir¨ªa despu¨¦s a la familia de una de las v¨ªctimas.
¡°Actu¨® como un cobarde¡±, acusan los amigos de las dos cubanas. Tampoco llam¨® a la polic¨ªa para avisar de una situaci¨®n que pod¨ªa tornarse violenta. Cuando Salas lleg¨® por fin a su oficina, cuatro horas despu¨¦s de la llamada angustiada de la secretaria, los bomberos estaban apagando un incendio y recogiendo los cad¨¢veres de tres personas. Adem¨¢s de Elisa y Ma?ritza, hab¨ªa muerto un taxista ecuatoriano, Pepe Castillo Vega, que hab¨ªa pasado a recoger unos documentos.
Ya con los cuerpos en la acera, qued¨® claro que se trataba de un triple asesinato. Las v¨ªctimas ten¨ªan heridas profundas provocadas por un arma blanca y una barra de hierro. El pu?al no apareci¨® en la escena del crimen, pero s¨ª se encontr¨® la palanqueta que destroz¨® el cr¨¢neo de Maritza y del cliente ecuatoriano. Los peritos de la polic¨ªa cient¨ªfica aislaron unas pocas huellas dactilares, pero no hallaron vestigios biol¨®gicos que pudieran servir para identificar al autor de la matanza. El incendio y el trabajo de los bomberos para apagarlo hab¨ªan borrado todo.
V¨ªctor Salas no hizo nada para prevenir la tragedia pero, seg¨²n la polic¨ªa, su testimonio fue clave para identificar al asesino. ¡°Desde el primer momento esta persona colabor¨®, por la raz¨®n que sea, pero sobre todo porque el asesino iba contra ¨¦l. El peruano nos dio acceso a su agenda, a los expedientes de clientes, a sus comunicaciones, y es lo que nos permiti¨® llegar a la pista del sospechoso¡±, resume el alto cargo de la Polic¨ªa Judicial citado previamente.
?Un crimen pasional en el que se mata a tres personas ajenas al asunto y sobrevive el objetivo de la venganza? ¡°El asesino va a matarle a ¨¦l, pero una de las dos mujeres ten¨ªa mucho temperamento y trata de discutir, y entonces la mata, porque es un paranoico¡±, explica el polic¨ªa. Los forenses determinaron que Elisa fue la primera en morir ¡ª¡°se ensa?¨® con ella¡±¡ª despu¨¦s de recibir varias pu?aladas con un arma blanca que llevaba el asesino.
La reconstrucci¨®n del crimen establece que Maritza, al ver lo que ocurr¨ªa, intent¨® defenderse con una palanqueta que ten¨ªan en la oficina. El exmilitar se la quit¨® de las manos y la mat¨® a golpes. Pese a la situaci¨®n, Hanid-Ortiz decidi¨® quedarse en el lugar hasta que llegara V¨ªctor Salas. Hab¨ªa recorrido de un tir¨®n casi 2.000 kil¨®metros en coche para vengarse y no ten¨ªa ninguna intenci¨®n de echarse para atr¨¢s.
Estuvo esperando unas dos horas, con los cuerpos de las dos mujeres tendidos en el suelo. Sobre las cinco de la tarde, lleg¨® un hombre. El exmilitar se le abalanz¨® y lo mat¨® con la palanqueta. Lo m¨¢s probable, seg¨²n los investigadores, es que Hanid-Ortiz pensara que se trataba del abogado peruano. Pero no era ¨¦l, sino un cliente que ten¨ªa prisa y hab¨ªa dejado su coche en doble fila en la calle de Marcelo Usera.
Antes de huir, el asesino arroj¨® sobre los cuerpos de las dos mujeres los expedientes acumulados sobre el escritorio y les prendi¨® fuego. Se fue como hab¨ªa llegado, en coche, y desde entonces la polic¨ªa no logra dar con ¨¦l. Los investigadores tienen indicios de que volvi¨® a Wurzburgo el mismo d¨ªa, pero le pierden r¨¢pidamente la pista y sospechan que est¨¢ en Estados Unidos o Venezuela.
En sendas cartas dirigidas en septiembre del a?o pasado al juez instructor, Juan Carlos Peinado, y a la Jefatura de la Polic¨ªa, los padres de Elisa expresaron su ¡°angustia¡± ante la falta de informaci¨®n. ¡°Sabemos, por nuestra experiencia profesional, que en los cr¨ªmenes de este tipo ¡®el tiempo que pasa es verdad que huye¡¯. Ya han pasado tres largos meses y ni siquiera sabemos si hay un sospechoso en este brutal asesinato de tres personas, que ocurri¨® en pleno d¨ªa, en medio de un transitado barrio del centro de Madrid, (¡) y donde hubo un intercambio previo telef¨®nico con alguien que en nuestra opini¨®n sabe bien qu¨¦ fue lo que ocurri¨®¡±.
Si V¨ªctor Salas hab¨ªa recibido una llamada de Maritza para decirle que un cliente insist¨ªa en verle, ten¨ªa que saber algo sobre la identidad del asesino. Esa era la convicci¨®n de la polic¨ªa, pero el juez desconfiaba de ese testigo turbio. ¡°Le ten¨ªa animadversi¨®n y rechazaba toda la informaci¨®n que ven¨ªa de ¨¦l, y esto entorpeci¨® mucho la labor investigativa¡±, insiste la fuente de la polic¨ªa de Madrid.
Esa desconfianza hacia el abogado era ampliamente compartida por los allegados de Elisa. ¡°V¨ªctor tiene una responsabilidad penal, por lo menos por omisi¨®n del deber de socorro¡±, se indigna uno de ellos. Las discrepancias entre los investigadores encontraron su cauce en la prensa a golpe de filtraciones, que pusieron sobre aviso a Hanid-Ortiz.
¡°La situaci¨®n est¨¢ ahora muy complicada y no le puedo decir nada¡±, se disculpa el juez Peinado. El titular del juzgado 41 de Madrid no quiere confirmar si ha cursado una orden de b¨²squeda y captura contra el exmilitar a trav¨¦s de Interpol, pero deja entender que el caso se resolver¨¢ pronto. ¡°Las circunstancias podr¨ªan cambiar en las pr¨®ximas semanas¡±, dice en tono enigm¨¢tico.
Despu¨¦s de un largo periodo de desasosiego ante la actuaci¨®n de la justicia espa?ola, la familia de Elisa dice ahora que est¨¢ ¡°satisfecha con la investigaci¨®n de la polic¨ªa y del juez¡±. Sus padres y su hermana menor, Claudia, acaban de pasar dos meses en Espa?a para ponerse al d¨ªa y hablar con los investigadores. ¡°No tengo dudas de que la polic¨ªa tiene todos los elementos para llevar al asesino a juicio¡±, asegura Elisa G¨¢lvez durante una breve conversaci¨®n en la ciudad donde su hija hab¨ªa encontrado la felicidad.
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