Ni de nadie ni con filtros
May R. Ayamonte es una de las 'booktubers' m¨¢s conocidas de Espa?a, su ¨²ltimo libro es un alegato por el feminismo y, en general, por la libertad
No hace ni 24 horas que tiene 21 a?os, naci¨® en la onubense Ayamonte (de ah¨ª su segundo apellido que en realidad no lo es) y se crio en una familia feminista; su madre promovi¨® el movimiento en Granada all¨¢ por los ochenta. Tiene claro que la burbuja en la que ella creci¨®, y vive, no es la que envuelve a la mayor¨ªa de j¨®venes, ya sean xennials, milenials, Generaci¨®n X o cual sea el pr¨®ximo nombre con el que se quiera etiquetar. Por eso, May R Ayamonte, una de las booktubers con m¨¢s seguidores de Espa?a, aprovecha cualquier oportunidad para lanzar su discurso, que podr¨ªa resumirse en el t¨ªtulo de su ¨²ltimo libro, De nadie. Que no te digan c¨®mo has de vivir.
Fich¨® por Planeta el pasado a?o y public¨® Besos entre l¨ªneas, junto a Esmeralda Verd¨², dentro de la colecci¨®n Bestseller; un a?o despu¨¦s, en mayo y en la colecci¨®n Crossbooks, su ¨²ltimo t¨ªtulo, la historia de Nadia, Olivia y Narella en el ¨²ltimo a?o de instituto, que no es otra cosa que una rotunda declaraci¨®n de principios: la libertad de ser quien ser quiera ser, cuando se quiera ser y como se quiera ser. Ella, que diserta rapid¨ªsimo, es ducha y concreta cuando lanza un mensaje, cualquiera de ellos. Y as¨ª es un poco su sexta novela, en la que ha tenido hueco para todo: educaci¨®n, sexo, poliamor o amor a secas, feminismo, bullying, p¨¦rdida... Un marem¨¢gnum que no dista mucho del que ocupa la cabeza, por lo general, de cualquier adolescente (con su pre y su post).
Pero la pubertad de May no fue como la de la mayor¨ªa: "El feminismo para m¨ª ha sido siempre algo muy normalizado en mi casa, aunque fui m¨¢s consciente cuando cumpl¨ª los 16, m¨¢s o menos". Asegura que lo que dentro de su familia era normal, en la calle no lo era, o no a menudo. El contraste era alto y esta (ahora) estudiante de Filolog¨ªa Inglesa pas¨® muchos recreos en los ba?os del colegio para hacer un descanso del bullying al que se vio sometida durante seis a?os. El acoso escolar, que seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Educaci¨®n afecta a alrededor de un 4% de los estudiantes, podr¨ªa haber acabado dejando a May metida en un caparaz¨®n del que luego le fuese dif¨ªcil salir, sin embargo, asegura, la "empoder¨®". Y tambi¨¦n la convirti¨® en una defensora f¨¦rrea de la prevenci¨®n de esta lacra que llega a terminar con la muerte del acosado.
El instituto acab¨® con el acoso, aunque May lo recuerda con algo de frustraci¨®n. Hab¨ªa empezado la indignaci¨®n que da la conciencia de que, lo que tienes alrededor, dista mucho de ser igualitario: "Empec¨¦ a enfadarme por todo... Me daba rabia ver algunas de las conductas de mis amigos y acababa pele¨¢ndome con ellos y ech¨¢ndome a llorar. No pod¨ªa entender que yo lo tuviese tan claro y ellos no".
La universidad, por fin, mejor¨® el panorama y May pudo "expandirse" con libertad en todos sus c¨ªrculos. En los privados llevaba haci¨¦ndolo desde hac¨ªa a?os. "Siempre le¨ª, le¨ª mucho. Aquel tiempo en los ba?os del colegio los pasaba leyendo. Mis padre siempre me inculcaron ese h¨¢bito". A escribir empez¨® con 12: primero cuentos y cert¨¢menes, luego relatos largos, fantas¨ªa, er¨®tica, contempor¨¢nea, narrativa, prosa po¨¦tica... Dice que va dando "bandazos", aunque lo m¨¢s probable es que est¨¦ buscando su sitio. Hab¨ªa, entre todos esos flirteos, una cosa que s¨ª ten¨ªa clara: "Aquello ten¨ªa que ser un altavoz por el que canalizar el feminismo".
Lo cumpli¨®. Primero fue su blog, luego su canal de YouTube (que ya supera los 100.000 seguidores), y al final, todas sus redes sociales, desde Twitter hasta Instagram, cada vez que habla en p¨²blico (y en privado), las charlas, talleres, conferencias y eventos en los que participa... Todo est¨¢ impregnado de una lucha en la que la booktuber se siente responsable: "S¨¦ que mi discurso cada vez le llega a m¨¢s gente, y nosotros, los j¨®venes, podemos ser muy vol¨¢tiles. Siento la necesidad de compartir mis inquietudes y tambi¨¦n las cosas buenas del mundo que me rodea, el activismo, la gente con la que lo comparto...".
Bibliograf¨ªa
Amor m¨¢s all¨¢ de la unicidad, (autopublicada, 2008).
Iris, Novum Publishing, 2011).
Infinite, (2 De Letras, 2013).
Infinite. A contrarreloj, (2 De Letras, 2015).
Besos entre l¨ªneas, (Planeta, 2016), con Esmeralda Verd¨².
De Nadie. Que no te digan c¨®mo has de vivir, (Planeta, 2017).
Ese c¨ªrculo en el que se mueve May sigue siendo una minor¨ªa entre la juventud en Espa?a, donde todav¨ªa hace un par de a?os uno de cada tres j¨®venes de entre 15 y 29 a?os consideraba inevitable, o incluso aceptable, controlar seg¨²n las circunstancias los horarios de sus parejas, decirles lo que pueden o no pueden hacer o prohibirles que vean a sus amigos o a su familia. "El mensaje, primero, tiene que ser intentar separarnos de lo que nos han ense?ado. Cuesta mucho romper con la cultura, con los h¨¢bitos, con lo aprendido durante a?os, pero tenemos que tener predisposici¨®n a romper con ello, a deconstruirnos", alega la escritora.
Sabe que, desde su posici¨®n, muchos d¨ªas le toca hacer pedagog¨ªa: "A los m¨¢s j¨®venes a veces nos cuesta mucho ver m¨¢s all¨¢, aprender (o desaprender), y las chicas sobre todo muchos d¨ªas tenemos que explicar y ense?ar que hay actitudes o frases que no son tolerables". Aunque no solo de los discursos individuales puede vivir la batalla por la igualdad: "La educaci¨®n pasa por las casas, por los centros p¨²blicos, por los privados... Si el feminismo no se ve atravesado por la pol¨ªtica, la cosa se pone m¨¢s dif¨ªcil. El sistema educativo es quien se encarga de formar a las generaciones y es imprescindible en este tema".
Est¨¢ convencida de que hay que plantearse preguntas, de que hay que dejar pasar las dudas y, despu¨¦s, resolverlas, de que es necesario dialogar en casa, en la calle y en las instituciones y de que es labor y deber de todos seguir tirando guijarros a un camino que ni fue f¨¢cil ni lo est¨¢ siendo ni lo ser¨¢. Pero que tendr¨¢ que acabar en alguna parte, alg¨²n d¨ªa.
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