Evitar otro 17-A
Es necesaria una investigaci¨®n rigurosa e independiente que aclare los errores
Han pasado poco m¨¢s de dos semanas desde los atentados del 17 de agosto y es tal el grado de politizaci¨®n y turbiedad que se ha instalado en el debate que es hora de elevar el foco y de apelar a todas las instituciones implicadas a iniciar un an¨¢lisis sosegado y global de los fallos cometidos en todos los eslabones de una cadena que es colectiva y que como tal debe seguir funcionando.
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Todo Estado debe velar por la seguridad de sus ciudadanos. Ese es uno de sus principales cometidos. Todo atentado, m¨¢xime cuando pierden la vida ciudadanos, supone un fracaso de los servicios de seguridad. Un fracaso que no significa culpa, sino responsabilidad consustancial a su tarea.
No se trata tanto de dilucidar a posteriori si se podr¨ªa haber evitado un golpe, sino de prevenir los siguientes. Eso es lo que se hizo tras los atentados del 11-M. Se verificaron fallos de los que se dedujeron las medidas preventivas adecuadas para el futuro. Y es lo que se ha hecho tras cada atentado habido en este pa¨ªs, que por desgracia ha sufrido muchos de diverso tipo e inspiraci¨®n. De ah¨ª que sorprenda sobremanera el empe?o del Govern catal¨¢n y de la direcci¨®n de los Mossos d'Esquadra en esquivar ese debate y atribuir los an¨¢lisis cr¨ªticos a campa?as con intencionalidad pol¨ªtica. Exigir la m¨¢xima transparencia es una obligaci¨®n: no hacerlo ser¨ªa negligente e irresponsable. Sobran las acusaciones cruzadas, la mala fe y las culpabilizaciones extempor¨¢neas tras una andadura de 13 a?os sin ataques que prueban de sobra el buen trabajo realizado. Se necesita la b¨²squeda de puntos ciegos que permitan desde la honestidad arrojar en ellos luz para el futuro.
El primer objetivo del an¨¢lisis debe ser sacar la seguridad del rifirrafe partidista
Un repaso en busca de esas respuestas nos lleva a tirar del hilo que arranca con las primeras sospechas de vinculaci¨®n de Abdelbaki Es Satti, el im¨¢n de Ripoll y supuesto l¨ªder del comando, con el entorno yihadista, que se remontan a 2005. Es Satti compart¨ªa entonces piso en Vilanova i la Geltr¨² con Mohamed Mrabet Fhasi, jefe de una c¨¦lula yihadista supuestamente vinculado a los atentados de Casablanca. Tambi¨¦n vivi¨® con un musulm¨¢n m¨¢s tarde inmolado en Irak y todo ello levant¨® sospechas de la polic¨ªa. En 2008 la Audiencia Nacional descart¨® procesarle, pero sin duda no debi¨® de salir de la ¨®rbita de la polic¨ªa, con su correspondiente comunicaci¨®n a los dem¨¢s cuerpos. La pista de Es Satty se pierde hasta 2011, cuando fue condenado a cuatro a?os por trasladar 121 kilos de hach¨ªs. El juez acept¨® su recurso y revoc¨® la expulsi¨®n dictada por ser extranjero con condena de m¨¢s de un a?o por delito doloso. Pero ?por qu¨¦ los Mossos no conoc¨ªan estos antecedentes? ?No debi¨® compartir la polic¨ªa espa?ola esta informaci¨®n?
Estas preguntas est¨¢n a¨²n m¨¢s necesitadas de respuesta clara tras el siguiente episodio de oscuridad en el rastro de Es Satty, y es su paso por Vilvoorde (B¨¦lgica) entre enero y marzo de 2016. El im¨¢n desat¨® las alertas con su discurso radical. El pa¨ªs hab¨ªa sido objeto de atentado y la localidad estaba bajo la lupa de las fuerzas de seguridad, por lo que las alarmas saltaron, pero aparentemente no lo suficiente como para hacer llegar toda la informaci¨®n a Espa?a. Ni a Europol. Un agente belga consult¨® informalmente a un mosso, que no conoc¨ªa los antecedentes de Es Satty ni pareci¨® hacer lo suficiente por averiguarlos. ?Por qu¨¦ la polic¨ªa belga no fue m¨¢s expl¨ªcita, si es que no lo fue, y se limit¨® a preguntar a un colega? ?Por qu¨¦ el mosso tard¨® dos meses en contestar? ?Por qu¨¦ la Polic¨ªa Nacional no hab¨ªa trasladado sus viejas sospechas o datos a los Mossos? En julio, adem¨¢s, Es Satti estuvo en Marruecos supuestamente con yihadistas. ?No se investig¨® o comunic¨® este dato?
Todo atentado es un fracaso y solo aprender de los fallos ayudar¨¢ a conjurar el peligro
Pero los fallos posiblemente mayores, ya no en t¨¦rminos de inteligencia sino operativos, fueron los que rodearon la explosi¨®n en Alcanar, en la que muri¨® el propio Es Satty. ?C¨®mo fue posible que unos forasteros de la urbanizaci¨®n acumularan tanto material explosivo durante tantos meses sin que levantaran sospechas? ?Por qu¨¦ no se hab¨ªa indagado qui¨¦n hab¨ªa ocupado esa casa? ?Por qu¨¦ no se relacion¨® inmediatamente la explosi¨®n del 16 de agosto con un posible preparativo de atentado, cuando la alerta estaba en grado 4 de 5 y hab¨ªa un alto riesgo en Catalu?a? ?Es cierto que no dejaron actuar a los Tedax de la Guardia Civil? ?Y por qu¨¦? ?Habr¨ªa dado esto otra velocidad a la investigaci¨®n?
Una vez cometidos los atentados, a¨²n queda por aclarar por qu¨¦ los Mossos no capturaron a algunos terroristas con vida, especialmente al conductor de la furgoneta de la Rambla, que adem¨¢s logr¨® escapar de una Operaci¨®n Jaula dise?ada para evitar su fuga. Ni por qu¨¦ no ha funcionado la detecci¨®n de focos de radicalizaci¨®n, que hoy adem¨¢s deber¨¢ adaptarse a esta nueva realidad de yihadistas camuflados bajo ropas y costumbres occidentales. Las preguntas se acumulan, en suma, para una investigaci¨®n que puede y debe albergar muchas otras. Urge a todos sumar esfuerzos para emprender un an¨¢lisis que nos intente librar con m¨¢s eficacia de las siguientes amenazas; que llegar¨¢n.
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