Sanciones contra Kim Jong-un
La comunidad internacional debe tomar medidas efectivas contra la carrera nuclear norcoreana
La detonaci¨®n el pasado domingo de lo que el r¨¦gimen de Corea del Norte asegura ser una bomba nuclear de hidr¨®geno traspasa todas las l¨ªneas rojas de comportamiento admisibles en la comunidad internacional.
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El ensayo real del mayor arma de destrucci¨®n masiva inventada por el hombre ¡ªy nunca utilizada hasta ahora en un escenario b¨¦lico¡ª no puede ser despachado simplemente como un paso m¨¢s en la escalada de tensi¨®n entre la dictadura norcoreana y sus potenciales enemigos, y much¨ªsimo menos como otra bravata de Kim Jong-un. Se trata de la constataci¨®n del inmenso poder destructor y desestabilizador que ha acumulado el que posiblemente sea el r¨¦gimen m¨¢s tir¨¢nico del mundo. Y de la urgencia de la necesidad de hacer algo efectivo cuanto antes para evitar que este enloquecido juego termine en una guerra nuclear.
Obviamente, la dictadura comunista de Corea del Norte es la responsable de este sinsentido en el que un pa¨ªs sacrifica sus recursos y poblaci¨®n en el af¨¢n de alcanzar una capacidad b¨¦lica sin parang¨®n en un pa¨ªs con sus par¨¢metros econ¨®micos y sociales. Pero tambi¨¦n es cierto que la comunidad internacional ha sido incapaz de frenar durante a?os el avance inexorable del r¨¦gimen de Pyongyang hasta el punto en el que nos encontramos. Ya sea por desinter¨¦s a veces, por t¨¢cticas equivocadas otras o por conflictos de intereses en el gran tablero geoestrat¨¦gico internacional, lo cierto es que desde que en 2006 Corea del Norte explotara su primer ingenio nuclear nadie ha logrado frenar su peligroso avance tecnol¨®gico.
Ante esta amenaza de primer orden a la paz y seguridad mundial, el Consejo de Seguridad no tiene otro camino que incrementar las sanciones al r¨¦gimen norcoreano hasta lograr su vuelta a la mesa de negociaci¨®n. M¨¢s que nunca, se requiere el concurso de China y Rusia para aislar a Kim Jong-un y forzarle a poner su programa nuclear bajo control internacional.
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