Sin reconocimiento no hay independencia
Solo cuatro pa¨ªses han admitido a Abjasia y Osetia del Sur
Desde hace dos semanas, la evoluci¨®n del proc¨¦s atrae un an¨¢lisis centrado en la acci¨®n pol¨ªtica y jur¨ªdica diaria. Resulta razonable que sea as¨ª, ante una situaci¨®n excepcional determinada por la aprobaci¨®n de un nuevo marco jur¨ªdico sin garant¨ªas en el Parlament, su suspensi¨®n por el Tribunal Constitucional, la actuaci¨®n de la fiscal¨ªa contra aquellos alcaldes dispuestos a facilitar el desarrollo del refer¨¦ndum o la desobediencia institucional que anticipan algunos integrantes del Govern. Sin embargo, sugiero abandonar por un momento este enfoque para anticipar alguno de los riesgos a los que deber¨ªa hacer frente Catalu?a si se materializara el que, para sus actuales responsables pol¨ªticos, ser¨ªa el mejor escenario posible.
Los catalanes que de buena fe conf¨ªan en la viabilidad de un proceso que les conduzca a la independencia deben saber que la independencia no es un estatuto jur¨ªdico que pueda obtenerse como resultado exclusivo de su propia voluntad. Ni siquiera si el procedimiento utilizado para ello fuera respetuoso con el marco constitucional y aceptado por una mayor¨ªa indiscutible de ciudadanos. En tal caso, una declaraci¨®n de independencia del Parlament constatar¨ªa simplemente una realidad, pero no desplegar¨ªa todos los efectos que persigue sin el reconocimiento de un n¨²mero significativo de Estados. De hecho, es este reconocimiento el que transforma una situaci¨®n f¨¢ctica en una realidad pol¨ªtica definitiva y reconocible jur¨ªdicamente para la comunidad internacional.
Si atendemos a las declaraciones del Govern, el 1 de octubre los catalanes podr¨¢n votar y, dependiendo del resultado, se convocar¨¢n elecciones o, en su caso, el Parlament declarar¨¢ formalmente la independencia. Para este ¨²ltimo supuesto, ser¨ªa muy oportuno que las autoridades catalanas precisaran qu¨¦ Estados reconocer¨ªan a Catalu?a como entidad independiente. Se trata de una informaci¨®n clave para evitar una situaci¨®n tan rid¨ªcula como la de Abjasia y Osetia del Sur. Ambos territorios proclamaron su independencia de Georgia en los noventa y, 25 a?os despu¨¦s, solo han sido reconocidos por Rusia, Venezuela, Nicaragua y Nauru. Para todos los dem¨¢s, aquellos siguen siendo territorios aut¨®nomos de Georgia.
La independencia de Catalu?a, merece la pena tenerlo presente, nunca ser¨¢ la consecuencia autom¨¢tica de una mayor¨ªa de catalanes que, habiendo manifestado su voluntad de votar, pudieran llegar a hacerlo, ni aun cuando fuera el resultado de un proceso acordado, respetuoso con el marco jur¨ªdico y con todas las garant¨ªas. Para que la independencia fuera una realidad pol¨ªtica y jur¨ªdica viable necesitar¨ªa, adem¨¢s, contar con el reconocimiento de Estados y organizaciones internacionales. En las condiciones actuales, no parece que se den las circunstancias para lograrlo.
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