Las lecciones de Irma
El impacto del hurac¨¢n en la isla de Saint Martin es una advertencia m¨¢s sobre la inadecuaci¨®n de los principios que rigen la seguridad de Francia
El hurac¨¢n Irma ha marcado un punto de inflexi¨®n en la historia de los ciclones, por su violencia y por los da?os causados. Sus vientos de 396 kil¨®metros por hora han superado la escala de Saffir-Simpson, cuyo nivel m¨¢ximo, cinco, llega hasta poco m¨¢s de 300 kil¨®metros por hora. La destrucci¨®n del 95% de los edificios en Saint-Martin tiene escasos precedentes. Y la coincidencia con el hurac¨¢n Harvey, que ha asolado Texas, da fe de la transformaci¨®n e intensidad creciente de los desastres naturales.
Sin embargo, la extremada violencia de la tormenta no basta para explicar los fallos de las autoridades francesas. Su trayectoria y su fuerza extraordinaria estaban previstas; aun as¨ª, no se pens¨® en abastecer de agua potable y grupos electr¨®genos ni en desplegar al cuerpo de ingenieros y las fuerzas de seguridad, pese a que la Legi¨®n Extranjera tiene una base cerca, en Guyana. Peor a¨²n, no se intervino hasta 48 horas despu¨¦s, con una improvisaci¨®n total. Ha vuelto a quedar patente la tr¨¢gica penuria de medios a¨¦reos, que impide una actuaci¨®n eficaz de las Fuerzas Armadas y de seguridad.
El fracaso de las autoridades francesas contrasta poderosamente con otros pa¨ªses. En la parte holandesa de la isla, Sint Maarten, la situaci¨®n humanitaria estuvo controlada y no se produjeron saqueos, porque se despleg¨® la Marina y hubo abastecimiento de art¨ªculos de primera necesidad antes del hurac¨¢n. En Florida, gracias a lo aprendido con Katrina, se evacu¨® a 6,4 millones de personas y la polic¨ªa y la guardia nacional vigilaron para que hubiera un m¨ªnimo de robos y fallecimientos.
La extremada violencia de la tormenta no basta para explicar los fallos de las autoridades francesas
Es tentador hablar de la inexperiencia de los dirigentes franceses y su desconocimiento del Estado soberano. De hecho, la se?al de alarma la dio Jean-Yves Le Drian, el ¨²nico miembro del Gobierno que conoce la gesti¨®n de crisis. Tambi¨¦n podemos consolarnos elogiando la movilizaci¨®n y hero¨ªsmo de muchos funcionarios que se entregaron y mostraron un ingenio asombroso para suplir la ausencia de estrategia y organizaci¨®n del Estado.
Pero el problema fundamental no reside ni en la liviandad de los gobernantes ni en la insuficiencia de medios p¨²blicos. Reside en unas estructuras arcaicas, en la organizaci¨®n y la mentalidad del Ministerio del Interior, que se ha convertido, como se ha visto desde los atentados de 2015, en el eslab¨®n d¨¦bil de la seguridad nacional. Con la excusa de tener proximidad y la capacidad de reacci¨®n, no se programa ni se planifica, solo se sufren los hechos cuando ocurren. Con la excusa de dar prioridad absoluta a los medios humanos, los 150.000 polic¨ªas y los 100.000 gendarmes generan unos gastos de 17.500 millones de euros y adem¨¢s devoran el presupuesto de inversi¨®n, de solo 450 millones. Con la excusa de proteger el monopolio de la polic¨ªa en materia de seguridad nacional, la cooperaci¨®n con las Fuerzas Armadas y las empresas privadas del sector es muy escasa.
Esto debe cambiar. Los peligros que afrontan Francia y los franceses ser¨¢n m¨¢s frecuentes, intensos y variados: terrorismo, ataques cibern¨¦ticos, desastres naturales, pandemias. Francia es un objetivo para los yihadistas y para las democraduras hostiles a las democracias y a Europa, sobre todo ante acontecimientos como los Juegos Ol¨ªmpicos de 2024. Podr¨ªamos tener una aut¨¦ntica cat¨¢strofe, por ejemplo, en caso de un terremoto en Niza, donde la mayor¨ªa de edificios p¨²blicos no est¨¢n preparados en absoluto.
La seguridad del pa¨ªs y de sus habitantes debe ser la m¨¢xima prioridad. Para ello hay que reconfigurar el Estado en torno a la capacidad de gestionar los riesgos. La prevenci¨®n y la capacidad de reacci¨®n deben ocupar el centro de las pol¨ªticas p¨²blicas. Hay que emprender una modernizaci¨®n radical del Ministerio del Interior, con la creaci¨®n de un centro de mando permanente que tenga la misi¨®n de prever los riesgos, planificar y coordinar las operaciones. Esa coordinaci¨®n es indispensable, tanto con el Ej¨¦rcito de Tierra, que ya deber¨ªa estar dedic¨¢ndose a la defensa del territorio nacional, como con los agentes econ¨®micos y sociales. Por otra parte, despu¨¦s de los recortes presupuestarios del verano de 2017, hay que reinvertir en las funciones del Estado soberano.
Tras la ola de atentados terroristas, Irma es una advertencia m¨¢s sobre la inadecuaci¨®n de los principios y las organizaciones que rigen la seguridad del pa¨ªs; necesaria para el desarrollo econ¨®mico, la paz civil y la libertad. La recuperaci¨®n de Francia est¨¢, m¨¢s que nunca, ligada a la modernizaci¨®n del Estado, sobre todo en relaci¨®n con la seguridad, que es su primera raz¨®n de existir.
Nicolas Baverez es historiador.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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