A casa

Izar es la hija de tres a?os de Sara Majarenas, condenada por pertenencia a ETA. La criatura viv¨ªa interna con su madre en la prisi¨®n donde ¨¦sta cumpl¨ªa condena y sufri¨® graves heridas al ser acuchillada por su padre durante una salida de fin de semana. El miserable quiso as¨ª vengarse de la mujer. Ahora Izar se repone de sus heridas y comparte con su madre un hogar de acogida en la provincia de Madrid. Una reciente manifestaci¨®n en San Sebasti¨¢n pidi¨® que Sara sea excarcelada a fin de que ambas se trasladen a Donosti para que Izar empiece el curso en una ikastola. Yo leo la historia con una emoci¨®n punzante y rara, que no les cuento porque caer¨ªa en sensibler¨ªa. S¨®lo dir¨¦ que por ayudar a Izar har¨ªa todo lo que est¨¦ en mi mano.

?Que venga cuanto antes a Donosti? Pues es la ciudad que prefiero en el mundo, de modo que tambi¨¦n se la deseo. Pero tengo mis dudas. Uno de sus posibles maestros en la ikastola asegura que el caso es grave ¡°porque la ni?a va a tener que estudiar en un idioma que no es el suyo¡±. Y la portavoz de la plataforma que reclama su venida a Donosti insiste en que es ¡°una ni?a vasca¡± recluida en un piso de Alcobendas, que ¡°va a ser obligada a escolarizase en un colegio de all¨ª¡± en vez de donde tiene sus lazos culturales y sociales. No es verdad: la ni?a ha nacido en una c¨¢rcel de Le¨®n, creo, por el azar del mundo (como todos). Es ciudadana espa?ola y por tanto su lengua es el castellano, tanto como el euskera si quiere aprenderlo. Lo importante es que se eduque bien, para no reincidir en los errores maternos. Y si tiene lazos ¡°culturales¡± que le obligan a ser vasca sin preguntar su opini¨®n y a renunciar al castellano por decreto, mejor es que no caiga en ellos y siga en Alcobendas.