El gobierno belga multar¨¢ por desobediencia al pr¨ªncipe Lorenzo
El hermano del rey acudi¨® a un acto con mandatarios chinos sin pedir permiso oficial
El pr¨ªncipe Lorenzo de B¨¦lgica ha vivido en los ¨²ltimos tiempos bajo una amenaza adolescente. La posibilidad de perder su paga ante su problem¨¢tico comportamiento ha aparecido asiduamente en el debate pol¨ªtico belga como una medida ejemplarizante. Pero la diferencia primordial respecto a las reprimendas en edad escolar es que el salario p¨²blico del hermano del actual rey Felipe de B¨¦lgica asciende a 308.000 euros anuales. El ¨²ltimo episodio que puede costarle caro se produjo el pasado mes de julio y fue publicitado por el propio Lorenzo. El pr¨ªncipe, pulcramente uniformado, se reuni¨® en la embajada china con dignatarios extranjeros durante la celebraci¨®n del 90 aniversario de la creaci¨®n del ej¨¦rcito del gigante asi¨¢tico, a la que fue invitado. Nada que se salga de la normalidad si no fuera por un problema de competencias: Lorenzo est¨¢ obligado por una ley aprobada en 2013 a pedir permiso al ministro de Asuntos Exteriores belga para poder verse con cualquier autoridad for¨¢nea.
No lo hizo. Y aparentemente ajeno a la pol¨¦mica que se le ven¨ªa encima, el pr¨ªncipe belga comparti¨® una instant¨¢nea del evento en la red social Twitter. Toda una invitaci¨®n a ser sancionado con las pruebas del delito aportadas por el propio infractor. El primer ministro belga, Charles Michel, ha asegurado que la multa "ser¨¢ proporcional", y la prensa belga estima el castigo en alrededor de un 10 o 15% de su dotaci¨®n, lo que de confirmarse se traducir¨ªa en algo m¨¢s de 30.000 euros.
Antes de imponerle la sanci¨®n, la ley establece que este mes deb¨ªa mantener un encuentro con el jefe del Gobierno para tratar el incidente, pero el pr¨ªncipe Lorenzo ha alegado razones de salud para no presentarse y enviar en su lugar a su abogado: la pasada semana remiti¨® un certificado m¨¦dico al responsable del Ejecutivo para excusar su ausencia. La polvareda que ha levantado su decisi¨®n de mantener encuentros diplom¨¢ticos por libre tambi¨¦n ha supuesto su adi¨®s a las redes sociales, que contribuyeron a amplificar la controversia. El representante real cerr¨® el mes pasado sin previo aviso su cuenta en Twitter, abierta hac¨ªa poco m¨¢s de 11 meses.
El caso se suma a una larga lista de deslices que han alimentado su fama de d¨ªscolo mujeriego y obsesionado por el dinero. En enero del pasado a?o devolvi¨® 16.000 euros en concepto de gastos oficiales no justificados despu¨¦s de que el Tribunal de Cuentas le acusara de cargar al erario p¨²blico facturas de la compra, viajes de esqu¨ª de su familia y otras actividades personales. En un arranque de furia tras desvelarse su uso de dinero p¨²blico para fines privados, lanz¨® una frase en alusi¨®n a la enorme cantidad de impuestos que abona a B¨¦lgica: "He pagado mucho m¨¢s de lo que el Estado me paga a m¨ª", dijo encolerizado.
Los precedentes dicen que el arist¨®crata, de 53 a?os, hijo peque?o de Alberto y Paola, deb¨ªa estar al tanto de lo que se expon¨ªa al verse con representantes extranjeros. En 2011 fue reprobado por el Parlamento despu¨¦s de que ignorara deliberadamente la petici¨®n del entonces primer ministro, Yves Leterme, de no viajar al Congo, ex colonia belga, antes de las elecciones presidenciales en ese pa¨ªs, para proteger la imagen de exquisita neutralidad de B¨¦lgica en dichos comicios. Haciendo o¨ªdos sordos, lleg¨® a verse con el presidente del pa¨ªs africano, Joseph Kabila. El castigo en aquel entonces fueron seis meses sin participar en los actos p¨²blicos de la familia real.
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