Pr¨ªncipe violento, mujeriego y rebelde
Lorenzo de B¨¦lgica, en el ojo del hurac¨¢n por su vida desordenada
?Pr¨ªncipe triste? ?Desgraciado? ?Irresponsable? ?Irascible? ?Violento? ?Mujeriego? ?Maltratador? ?Rebelde? ?Postergado? ?Temerario? ?Avaro? ?Complejo? A todo se puede responder afirmativamente si las preguntas se refieren a Lorenzo de B¨¦lgica, el tercer hijo de los reyes Alberto y Paola de B¨¦lgica, que a sus 48 a?os acaba de ser objeto de un documental en la televisi¨®n p¨²blica franc¨®fona belga que arroja luz sobre aspectos nada favorecedores del benjam¨ªn de la familia real. La idea del reportaje naci¨® del en¨¦simo choque entre Lorenzo y Alberto II, a prop¨®sito de un viaje no autorizado a la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo realizado el pasado marzo por el pr¨ªncipe. El soberano y el primer ministro le hab¨ªan indicado expresamente que no lo hiciera. El castigo por la desobediencia del 12? en la sucesi¨®n al trono fueron seis meses de ostracismo p¨²blico de la familia real, a a?adir al ostracismo privado que Lorenzo ha sufrido durante casi toda su existencia.
La televisi¨®n p¨²blica belga ahonda en los esc¨¢ndalos del hijo del rey Alberto
Una antigua novia quiso denunciarle por malos tratos. Fue disuadida
Desde su nacimiento en 1963 hasta hoy, las im¨¢genes recorren una vida que se tuerce desde el principio, con unos padres ausentes e irresponsables, que viven cada uno por su lado durante varios lustros, sin apenas ocuparse de sus tres hijos, con la bella Paola entregada a la vida loca y a diversos amantes, a alguno de los cuales el rumor atribuye la paternidad de Lorenzo. El propio Alberto tiene en ese tiempo una hija, Delfina, con una baronesa. Cuando al pr¨ªncipe se le comenta a los 30 a?os -en una entrevista que concede a la televisi¨®n sin encomendarse a nadie, en un gesto de ruptura expresa con palacio- sobre el parecido con su padre a su edad, un desprevenido Lorenzo responde: "Bueno, yo no le conoc¨ª... ?Ups...! no s¨¦ c¨®mo era ¨¦l entonces, yo era muy joven".
El reportaje pone la lupa en dos aspectos de la vida de Lorenzo de B¨¦lgica: su complicada relaci¨®n con las mujeres y su pasi¨®n enfermiza por el dinero. El pr¨ªncipe ten¨ªa un trato posesivo y violento con las chicas que frecuentaba, ya fuera una vistos¨ªsima presentadora de la televisi¨®n de Flandes, con la que vivi¨® cuatro a?os, o distinguidas j¨®venes de familias con abolengo. Diane de Schaetzen, novia de Lorenzo entre 1993 y 1995, hubiese podido ser una princesa de cuento... de no ser por la mano larga de su alteza, que acab¨® con ella en el hospital. "Tiene un comportamiento que a veces falta al respeto. Respeta m¨¢s a los animales", confiesa De Schaetzen en el documental. "No me prometi¨® que no lo volver¨ªa a hacer. Por eso le dej¨¦".
Ella quiso denunciarle. Fue disuadida desde arriba con el argumento de que no se deja al descubierto a la corona. "Es lo que me dec¨ªa tambi¨¦n mi familia: 'No se deja al descubierto a la corona". Son palabras que recuerdan a las pronunciadas, en clave partidista y republicana, por la madre de Tristane Banon, la periodista francesa presuntamente asaltada por Dominique Strauss-Kahn.
El ansia por el dinero es otra vertiente espinosa del arist¨®crata, explicable quiz¨¢ por una infancia triste, de hijo sin afecto paternal y sin un c¨¦ntimo en el bolsillo. Sin oficio ni beneficio ni capacitaci¨®n profesional para nada, al pr¨ªncipe se le cre¨® a mediados de los noventa una fundaci¨®n que le permitiera tener unos recursos con los que vivir. Hubo que esperar a 2001 para que los hijos del soberano recibieran una dotaci¨®n con cargo a los presupuestos del Estado, que a Lorenzo le suponen 306.000 euros netos anuales en 2011 (25.500 euros mensuales). A todas luces insuficiente para quien "quiere ser mil millonario", como dice Thierry Debels, autor de Pr¨ªncipe Lorenzo. Rebelde con una causa, en el que la causa es tener fortuna propia.
Ese ansia obsesiva por hacer dinero, tener dinero y no gastar dinero (regatea incluso en el pago de una simple pizza) le han creado a Lorenzo y a la familia real no pocos problemas. En 2007 se convirti¨® en el primer pr¨ªncipe en declarar como testigo en un caso de desv¨ªo de fondos a su favor. Aunque fue exonerado de toda responsabilidad, Alberto II manifest¨® en el discurso de Navidad de aquel a?o que los beneficiarios del fraude deber¨ªan devolver el dinero. Fue el soberano quien cubri¨® el agujero dejado por su hijo.
Con el paso del tiempo y en busca de ese dinero que se resiste, el pr¨ªncipe se ha envuelto de una mara?a de sociedades opacas, cuando no fantasma, de dif¨ªcil seguimiento, muchas de ellas bajo el paraguas de la ecolog¨ªa. Con esta excusa realiz¨® Lorenzo aquel conflictivo viaje a Congo.
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