De multas y ¡®matones¡¯
Hay datos ineludibles para que una informaci¨®n resulte apropiada y precisiones necesarias cuando un entrevistado se explaya
Nunca como ahora, cuando la informaci¨®n viaja en Twitter, ha sido tan importante la labor period¨ªstica de reflexionar y sacar conclusiones de los datos que se manejan. Y, sin embargo, no siempre estamos a la altura de esa tarea. Eso es lo que opina un lector, Tom Pumpui, que me ha escrito para protestar por la ¡°falta de rigor" del reportaje Aprender a golpe de multa para evitar ahogamientos, publicado el 9 de agosto.
El texto trata de las sanciones que imponen algunos ayuntamientos a quienes violan la prohibici¨®n de ba?arse con bandera roja en las playas. La medida ser¨ªa la respuesta a las conclusiones de una investigaci¨®n de la Federaci¨®n Espa?ola de Salvamento y Socorrismo que apuntan a la imprudencia de los ba?istas como la principal causa de los ahogamientos. El lector objeta que a tenor del titular y del texto, cualquiera podr¨ªa pensar que no respetar la bandera roja es la imprudencia que se cobra m¨¢s vidas en el agua. Sin embargo, objeta, ¡°si la autora hubiera examinado las estad¨ªsticas de ahogamientos en Espa?a, habr¨ªa comprobado que el 91% son en lugares sin vigilancia (¡)¡±. Y no solo eso, a?ade: ¡°El 99.2% de las intervenciones de socorristas son sanitarias, por traumatismos o medusas principalmente (¡) Por tanto la justificaci¨®n de esas sanciones salvajes no est¨¢ en los ahogamientos ni en los rescates por desobedecer la bandera roja¡±.
Virginia Mart¨ªnez, autora del reportaje, explica: ¡°El art¨ªculo respond¨ªa a una pregunta que nos planteamos sobre el tema de los ahogamientos: ?Qu¨¦ ocurre cuando los ba?istas no respetan la bandera roja? ?Hay sanciones concretas? Y efectivamente no las hay porque no hay una legislaci¨®n homog¨¦nea. Lo que s¨ª vimos es que hab¨ªa municipios donde hab¨ªan empezado a poner multas y les pregunt¨¦ por qu¨¦ lo hac¨ªan. Ellos afirmaron que era una de las medidas que hab¨ªan tomado para evitar ahogamientos y que les estaba dando sus frutos¡±. Mart¨ªnez a?ade: ¡°No quer¨ªa decir que las multas por ba?arse con bandera roja fueran la soluci¨®n al problema, ni tampoco se justificaban. De hecho, en un art¨ªculo previo se criticaba a las administraciones p¨²blicas por no tener prevista una legislaci¨®n unitaria ni homog¨¦nea para atajar un problema que cada vez es m¨¢s grave porque han aumentado las muertes. Se redact¨® el art¨ªculo porque era algo novedoso, porque algunos Ayuntamientos llevaban apenas un a?o haci¨¦ndolo y explicaban c¨®mo estaba funcionando¡±.
Creo, no obstante, que aunque el reportaje pretendiera centrarse en las medidas sancionadoras de los ayuntamientos, debiera haberlas examinado a la luz de los datos estad¨ªsticos que reflejan la escasa incidencia que tiene en la cifra de ahogamientos la imprudencia. -sin duda grave- de ignorar las banderas rojas. Una supervisi¨®n m¨¢s atenta del texto por parte de los responsables de la secci¨®n donde se public¨® hubiera evitado esa "falta de rigor" que denuncia el lector..
Varios lectores han echado en falta tambi¨¦n la capacidad de interpelaci¨®n que se asocia al periodista en la entrevista al escritor Ken Follett, publicada el domingo 10 de septiembre, en la secci¨®n de Cultura. La entrevista, realizada dentro de la campa?a promocional de la nueva novela de Follett Una columna de fuego, se titulaba En la Europa del siglo XVI, Espa?a era el mat¨®n del barrio: grande y malo". En ella, el escritor respond¨ªa con rotundidad a una de las preguntas: ¡°Un escritor brit¨¢nico no va a admirar a un rey espa?ol que trat¨® de matar a la reina inglesa (sonr¨ªe). Es dif¨ªcil amar al rey Felipe II, ?no? (¡) Espa?a en el siglo XVI era el mat¨®n del barrio: grande y malo, un poco como EE UU en Vietnam. Y nunca te alineas con el abus¨®n, ?no?, sino con el abusado. El rey de Espa?a fue un tipo malo (...)¡±.
La afirmaci¨®n de Follett es pol¨¦mica porque, como se?alan varios lectores, existen no pocos historiadores y algunas biograf¨ªas de Felipe II, -caso de la que public¨® Henry Kamen en 1997- que han corregido la leyenda negra que pesa sobre el monarca. De ah¨ª su sorpresa (el art¨ªculo gener¨® m¨¢s de 700 comentarios en la web) ante el silencio posterior del entrevistador que, sin embargo, da m¨¢ximo relieve al tema al llevarlo al titular.
Algunos lectores consideran que la afirmaci¨®n de Follett, llevada al titular, deber¨ªa haber sido objeto de una nueva pregunta del entrevistador
Antonio Pita, que firma la entrevista, explica: "Ken Follett es un escritor superventas, no un historiador, y entend¨ª su respuesta como una opini¨®n personal dura, basada en la investigaci¨®n que hizo para el libro. Por ello, no vi necesidad de preguntarle si era consciente de que hay opiniones u obras hist¨®ricas que reflejan de forma positiva o m¨¢s matizada a Felipe II. Follett agregaba adem¨¢s en su respuesta que otros reyes o presidentes en la historia han tratado de imponer su voluntad en el mundo y criticaba a EE UU por la Doctrina Monroe o la guerra de Vietnam". Respecto al titular, Pita me explica: ¡°optamos por uno que consideramos period¨ªsticamente relevante: a) refleja la dura opini¨®n que tiene un novelista hist¨®rico sobre una etapa de la historia de Espa?a, b) habla de nuestro pa¨ªs, c) se refiere a la ¨¦poca en que transcurre su nueva novela y c) entronca con un debate a¨²n vivo sobre la leyenda negra¡±.
La entrevista es un g¨¦nero dif¨ªcil. Adem¨¢s de conocimiento del tema, exige tenacidad interrogadora ante respuestas como la de Follett, que hacen pasar por verdades incuestionables opiniones discutibles. En cuanto al titular, quiz¨¢ abusamos del recurso a destacar una determinada frase del personaje entrevistado cuando, a veces, no refleja el conjunto de temas abordados en una entrevista.
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