Todo vale
El soberanismo piensa que cuanto m¨¢s dura sea la represi¨®n m¨¢s tajada podr¨¢ sacar de unas elecciones auton¨®micas
En plena ofensiva pol¨ªtica y judicial contra el refer¨¦ndum, que ahora alcanza ya al n¨²cleo de la autonom¨ªa ¡ªla Conselleria de Econom¨ªa¡ª, una torpeza de Albert Rivera, m¨¢s papista que Rajoy, provoc¨® la ruptura parlamentaria del frente llamado constitucional. Sin duda, el PSOE volver¨¢ al redil, pero las iniciativas de Podemos y de los comunes m¨¢s alg¨²n peque?o gesto socialista tienen la virtud de abrir brechas en los frentes de un conflicto absurdamente polarizado.
Aunque la carga de la responsabilidad por el nivel de confrontaci¨®n actual empieza por el m¨¢s fuerte, se han dado graves errores estrat¨¦gicos en cada bando. El soberanismo sufre el virus de la aceleraci¨®n, cuando sus opciones requieren tiempo para crecer. Sorprendido por su s¨²bito salto ¡ªen 10 a?os pas¨® de ser testimonial a primera fuerza pol¨ªtica de Catalu?a¡ª, ha querido quemar etapas a un ritmo superior al que sus propias capacidades permit¨ªan. Para so?ar con la ruptura unilateral se necesitan tres condiciones: mayor¨ªa electoral amplia, apoyo internacional y capacidad insurreccional. No se dan ahora mismo. El 27-S, Mas proclam¨® que el independentismo hab¨ªa ganado. Y empez¨® el aceler¨®n hacia la ruptura.
Por parte del Gobierno, el error ha sido evitar la pol¨ªtica y parapetarse detr¨¢s de las togas. Era un reconocimiento impl¨ªcito de la incapacidad de dar la batalla pol¨ªtica en Catalu?a: por ignorancia o autoenga?o y porque, de modo m¨¢s o menos inconsciente, no la sienten como territorio propio. Recuerden que Rajoy lleg¨® a preguntarse qui¨¦n manda ah¨ª. No se le ocurri¨® que mandaba ¨¦l. El resultado es que hoy no hay en Catalu?a un proyecto alternativo al independentismo susceptible de disputarle el poder.
Todo vale. Si el soberanismo hizo de su capa un sayo para aprobar las leyes del refer¨¦ndum y de transitoriedad, el Gobierno acaba de intervenir de hecho la autonom¨ªa catalana, por un simple decreto firmado por Montoro. Un 155 encubierto. Quien no paga no manda. Puede que un Rajoy en decadencia y con el agua de la corrupci¨®n subiendo, crea que con mano dura en Catalu?a puede recuperar el electorado perdido en el resto de Espa?a. Y el soberanismo piensa que cuanto m¨¢s dura sea la represi¨®n m¨¢s tajada podr¨¢ sacar de unas elecciones auton¨®micas. Son juegos de alto riesgo que lo m¨¢s probable es que solo sirvan para constatar que el soberanismo no tiene fuerza suficiente para la ruptura y el constitucionalismo puede parar un refer¨¦ndum pero no derrotar al independentismo. Y para que el soberanismo saque ventaja en la lucha por la imagen: en un conflicto pol¨ªtico poner a la polic¨ªa por delante siempre amaga un fracaso.
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