Trump el fil¨®sofo contra Rocket Man
M¨¢s all¨¢ de los fuegos artificiales, en su discurso ante la ONU Trump proclam¨® un nuevo/viejo orden internacional
A los pol¨ªticos les pasa un poco como a los actores, que una vez que son encasillados en un tipo de papel ¡ªvillano, c¨®mica, chico borde, abuelita adorable¡ª es muy dif¨ªcil para el p¨²blico verles en otro tipo de personaje. Sencillamente no les parece cre¨ªble. Hay casos notables como el del brit¨¢nico Sean Bean, quien haga de terrorista irland¨¦s o de Mano del Rey siempre acaba igual: muerto. El interpr¨¦te ya solo pide a los guionistas que le dejen acabar una historia. No es el ¨²nico. El brit¨¢nico John Hurt tiene el r¨¦cord con 43 personajes finiquitados antes del The End.Cuando los pol¨ªticos acostumbran a su electorado a unas formas es muy complicado hacerle ver que pueden tener otro perfil.
Por eso cuando un funcionario del Gobierno de Estados Unidos filtr¨® que el discurso que Donald Trump iba a pronunciar el pasado martes ante la Asamblea General de Naciones Unidas ser¨ªa ¡°profundamente filos¨®fico¡± numerosos periodistas no pudieron evitar la sonrisa, ni sus medios el choteo abierto. Claro que es cierto que cuando deja el Despacho Oval, el presidente no se duerme precisamente pasando las p¨¢ginas de De la serenidad del alma de S¨¦neca ni La paz perpetua de Kant. Lo suyo es darle al Twitter mientras ve televisi¨®n. Exactamente igual que muchos periodistas y dem¨¢s ciudadanos.
As¨ª el presidente no defraud¨®. Desde el estrado de m¨¢rmol verde de la calle 46 con la 1? avenida de Nueva York cumpli¨® a la perfecci¨®n con el papel de enfant terrible que ¨¦l mismo se ha asignado. Ignor¨® por completo la extraterritorialidad de Naciones Unidas y actu¨® de anfitri¨®n dando una teatral bienvenida a todos a Nueva York. Tambi¨¦n dedic¨® una parte notable de su intervenci¨®n a amenazar y poner motes al l¨ªder norcoreano ¡ªRocket Man, el hombre cohete¡ª mientras el embajador de Pyongyang ante la ONU se devanaba los sesos por adivinar qu¨¦ cara deb¨ªa poner en c¨¢mara ante el discurso para agradar a su l¨ªder y no acabar picando piedra en la frontera con China. Ir¨¢n tambi¨¦n recibi¨® su raci¨®n de cr¨ªticas, aunque su embajador aparec¨ªa m¨¢s relajado que el colega norcoreano.
Pero, ofrecida la raci¨®n de carnaza a las redes sociales, el discurso de Trump s¨ª que tuvo un sustrato filos¨®fico-pol¨ªtico notable. El presidente de EE?UU repiti¨® insistentemente que las relaciones internacionales deben regirse por el principio de soberan¨ªa nacional. ¡°Estados fuertes soberanos¡± son¨® una y otra vez en la sala en lo que sin duda constituy¨® la mayor amenaza que Trump pronunci¨® en su discurso. Lo que en realidad hizo el mandatario fue reclamar una vuelta a la diplomacia anterior a 1914. Cada pa¨ªs mirando por su inter¨¦s tejiendo una mara?a de acuerdos bilaterales basados en el beneficio inmediato, pero dispuesto a llegar a las manos para solucionar las inevitables diferencias. Trump rechaz¨® el sistema de convivencia/coexistencia internacional ¡ªmala o buena¡ª emergido tras 1945. Para ¨¦l, el ego¨ªsmo patri¨®tico generalizado es garant¨ªa de paz. Y cada pa¨ªs que se organice como quiera sin que los dem¨¢s se metan. Y mientras el hombre cohete le daba vueltas a c¨®mo responder a Trump ¡ªalgo lanzar¨¢¡ª otros nos pregunt¨¢bamos a d¨®nde fue a parar el sue?o americano de extender la democracia a todo el mundo.
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