No hay un camino para el di¨¢logo en Catalu?a
Alguien deber¨ªa ceder para evitar males a¨²n mayores en Catalu?a

Lo que estamos viendo en los ¨²ltimos tiempos tiene menos que ver con una demanda soberanista y m¨¢s con un problema de libertades individuales y derechos fundamentales, que afecta a los valores que rigen en una sociedad democr¨¢tica.¡± Estas palabras forman parte de la solemne comparecencia del presidente Rajoy el pasado 7 de septiembre, apenas unos d¨ªas antes de ordenar la suspensi¨®n de facto de la autonom¨ªa en Catalu?a desde el ministerio de Hacienda, instar a la Fiscal¨ªa a imputar a 700 alcaldes, registrar empresas e incautar material electoral y de que el juez detuviera a altos cargos del Govern de la Generalitat de Catalu?a. Llegados a este punto tanto el Gobierno de Espa?a como el Govern de Catalu?a saben perfectamente que el 1 de octubre ni se habr¨¢ resuelto el problema de la estructura territorial de Espa?a ni se habr¨¢n sentado los cimientos para la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica catalana.
Desde 2006, el PP se ha aplicado bien en conseguir este resultado. Seguramente desde hace a?os creen que arrojar gasolina a la crisis territorial es su mejor salvoconducto para recuperar las mayor¨ªas electorales amenazadas por la corrupci¨®n. Veremos c¨®mo les sale porque algo parecido hizo CDC con las leg¨ªtimas aspiraciones de cientos de miles de catalanes y no creo que hoy puedan hacer buen balance de lo conseguido. Al PP, privar a la Espa?a contempor¨¢nea de una norma consensuada sobre la estructura territorial del pa¨ªs y su financiaci¨®n lo mismo le ha servido para suspender f¨¢cticamente la autonom¨ªa de Catalu?a sin someterse a legalidad alguna, como ha defendido el profesor P¨¦rez Royo, que para lograr que el PNV le entregue el Gobierno a cambio de 4.000 millones de euros. Sin debate y compromiso democr¨¢tico no hay m¨¢s criterio que la fuerza.
Mientras tanto, una aplastante mayor¨ªa de catalanes (70-80%) quiere decidir libremente su encaje o desencaje territorial en Espa?a y se mire por donde se mire, esta aspiraci¨®n trasciende cualquier instrumentalizaci¨®n que de ella hayan hecho los que no han tenido m¨¢s patria que el dinero. Con independencia del concepto de soberan¨ªa que queramos manejar y sus sujetos, resulta indefendible que el Gobierno de Espa?a no sea el actor m¨¢s comprometido con la expresi¨®n democr¨¢tica de la voluntad popular, en este caso el pueblo de Catalu?a. Aunque sea de manera consultiva. Aunque sea coralmente con el resto de los pueblos de Espa?a. Aunque sea como primer paso para iniciar el tantas veces aplazado debate sobre nuestra identidad como naci¨®n y como pueblo.
El camino recorrido por independentistas y no independentistas para que el pueblo catal¨¢n pueda expresarse libremente en refer¨¦ndum el 1 de octubre ya se ha malogrado porque para que la voluntad popular hable en refer¨¦ndum es imprescindible que pueda hacerlo con seguridad jur¨ªdica y libertad. De eso ya no queda ni rastro en Catalu?a. Ni la forma en que se tramit¨® Ley del Refer¨¦ndum, primero, ni la cadena detenciones, suspensiones, querellas, denuncias, registros e incautaciones ordenadas por el Gobierno de Rajoy, despu¨¦s, permiten hablar de condiciones para la libre expresi¨®n de la voluntad del pueblo. En mi opini¨®n, la mayor¨ªa de la gente en el conjunto de Espa?a desea que Catalu?a siga formando parte de nuestro pa¨ªs, pero no as¨ª, no de esta manera.
Toca pensar en la salida y a estas alturas ya solo queda una: abrir la senda que permita llegar a un refer¨¦ndum pactado entre el Govern de Catalunya y el Gobierno de Espa?a. Este camino hoy es m¨¢s largo que hace un a?o, m¨¢s largo y m¨¢s sinuoso de lo nos gustar¨ªa. Requiere otro gobierno en Espa?a y un compromiso pol¨ªtico honesto de las fuerzas pol¨ªticas con el pueblo catal¨¢n y con el pueblo espa?ol. Se llama cambio constitucional y solo lograremos llevarlo a cabo si nos convencemos como pueblo de que somos capaces de poner en pie otro modelo productivo, otro mercado laboral, otra estructura territorial, otro modelo energ¨¦tico y ambiental y otra institucionalidad m¨¢s justa, m¨¢s democr¨¢tica y m¨¢s parecida a la Espa?a que somos que a la que fuimos. En este camino no sobra nadie, nos necesitamos todas y todos, sin detenciones, sin inhabilitaciones y sin multas.
Ayer vino a mi cabeza la vieja par¨¢bola del rey Salom¨®n. Record¨¦ c¨®mo la verdadera madre renunci¨® a su hijo vivo, renunci¨® a pesar de que era su derecho, porque entendi¨® que las consecuencias de no hacerlo eran peores que las de reclamarlo y fue as¨ª que despu¨¦s el sabio rey, actuando en nombre del pueblo, se lo restituy¨®. Alguien deber¨ªa ceder para evitar males a¨²n mayores porque no hay camino para el di¨¢logo en Catalu?a: el di¨¢logo es el camino.
Carolina Bescansa es fundadora de Podemos y diputada del grupo parlamentario UP-ECP-EM.
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