El futuro como equipaje
El aire y la tierra est¨¢n agitados. Hurac¨¢n Irma, terremotos en M¨¦xico y el volc¨¢n refer¨¦ndum en Catalu?a
Decid¨ª titular mi nueva novela Tiempo de Tormentas, pero algo me hizo pensar que sonaba demasiado premonitorio. D¨ªas antes de finalizarla, al verme rodeado de huracanes y terremotos, cambi¨¦ el t¨ªtulo. Me encantar¨ªa recuperarlo, pero los hijos de mis amigas insisten en que el fin del mundo ha cambiado de fecha. Este verano, en Ibiza, alarmaron con que ser¨¢ el 10 de octubre. Ayer, en un restaurante vac¨ªo en la zona de moda en Miami, me aseguraron que era hoy, 23 de septiembre. No garantiza nada si est¨¢ leyendo esta columna, porque podr¨ªa ser lo ¨²ltimo que lea. Y, claro, tampoco existe seguridad de que mi novela sea publicada aunque he jugueteado con varias frases promocionales, por si resulta ser la primera lectura despu¨¦s del final del mundo.
El aire y la tierra est¨¢n agitados. Hurac¨¢n Irma, terremotos en M¨¦xico y el volc¨¢n refer¨¦ndum en Catalu?a. Desde que unas gotas del hurac¨¢n llegaron a mi boca, calientes, saladas y violentas entend¨ª que es la acumulaci¨®n de calor en los oc¨¦anos lo que nos confirma el cambio clim¨¢tico. No s¨¦ rezar, ni en jud¨ªo ni en cristiano, pero s¨¦ que por encima de la fe est¨¢ la responsabilidad. Y todos somos responsables del cambio clim¨¢tico por no saber evitarlo o por continuar neg¨¢ndolo.
Sea como sea, pasar dos semanas de septiembre marcadas por los desastres naturales es una de esas cosas que no le deseo a casi nadie. Quiz¨¢s a esa mala persona que es Vlad¨ªmir Putin, que aterroriz¨® a Angela Merkel paseando frente a ella a su perro labrador sabiendo perfectamente que a ella le aterran los canes, porque uno la mordi¨® en su infancia. Putin, exdirector de la KGB, sabe mucho de torturas y m¨¦todos de coacci¨®n.
Es que superar una cat¨¢strofe o un trauma te deja con aire trascendental, que a m¨ª no me sienta precisamente bien. Esta situaci¨®n precaria me impidi¨® estar en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y presenciar la llegada de Marta Ortega, La zarina, al desfile de Torreta, por ejemplo. O ver las cuatro veces que se cambi¨® de traje Olivia Palermo en un mismo d¨ªa. Hubo un momento que anhel¨¦ que mi vida fuera como una fashion week larga. Que todo resultara bello e ir¨®nico, como los bodegones de Pedro Almod¨®var, presentados esta semana en la Fresh Gallery, en Madrid.
Preocupado, llam¨¦ a mi amiga Gloria a M¨¦xico. Me cont¨® que despu¨¦s de un simulacro, homenaje a las v¨ªctimas del terremoto del 85, regres¨® a casa y una hora m¨¢s tarde estaba aferrada a una pared viendo c¨®mo toda su cocina se desmoronaba. Sali¨® a la calle y se encontr¨® rodeada de coreanos, los principales de su barrio, que le dijeron que una raz¨®n para explicar el desastre podr¨ªan ser las pruebas nucleares del amado l¨ªder, Kim Jong-un.
Este tipo de cosas prefer¨ª no confesarlas en la misa a la que me llevaron mis amigos de Miami, que no fue en una iglesia sino en el Fillmore Theater. Era una de esas congregaciones que interpretan la Biblia recaudando ayudas en met¨¢lico, como si fueran sociedades an¨®nimas religiosas. Se llama Vous y est¨¢ dirigida a profesionales liberales, con buen sueldo. Gente de televisi¨®n y el esposo de Karolina Kurkova, la c¨¦lebre modelo checa, se un¨ªan a los cantos, en estilo moderno, casi reggaeton, contra el diablo y el flaquear de la fe. Y apareci¨® el predicador, Rich Wilkerson, Jr, con pantalones pitillo negros y brillantes, rubio, con su esposa igual de rubia. El predicador nos reiter¨® en su serm¨®n que cada vez que vas hacia algo, tienes que atravesar una experiencia. Una manera bonita de entender el apocalipsis y cualquier otra cosa. No me disgust¨® hasta que descubr¨ª que llevaba calzadas las botas de ante color caramelo de Saint Laurent. No perd¨ª, ni recuper¨¦, la fe. Pero pens¨¦, el apocalipsis tambi¨¦n es marquista.
Desde que escuch¨¦ en Ibiza que el mundo acabar¨ªa el 10 de octubre (y que de ser as¨ª, la independencia catalana tendr¨ªa tan solo nueve d¨ªas de vida), decid¨ª aprovechar esos nueve d¨ªas, en plan predicador y buscar la manera de ser mejor persona. Intentar emular a Froil¨¢n Marichalar Borb¨®n que en su primer d¨ªa de universidad acudi¨® sin un boli, ni folio, ni port¨¢til. Y as¨ª debemos entrar en la nueva dimensi¨®n. Ligeros de equipaje, porque lo que importa es lo que se aprende, no lo que se carga. Sin lastres, sin pasado. Solo el futuro como equipaje.
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