Or¨¢culo
Como quiera que acabe este desaf¨ªo al estado de derecho por parte de la Generalitat las consecuencias son claras, irreversibles y envenenadas.
En la tragedia griega cuando el h¨¦roe se encontraba abocado a una suerte ag¨®nica sin posible soluci¨®n aparec¨ªa en escena un actor trasportado por una maquinaria representando a una deidad. Situado en un lugar de dominio, relevancia y poder, desde lo alto de ese tinglado con voz tronante pronunciaba un or¨¢culo y gracias a su veredicto favorable el destino del h¨¦roe derivaba hacia un final ¨¦pico y feliz. Deus ex machina, se llamaba este recurso dram¨¢tico. El pesimismo nos obliga a pensar que la pol¨ªtica espa?ola se desarrolla hoy como un intenso drama en el que los dos oponentes, el Gobierno del Estado y el de la Generalitat, est¨¢n condenados a una destrucci¨®n mutua sin que est¨¦ prevista una soluci¨®n que salve a los contendientes en el borde del precipicio. Como parece evidente que los personajes de este gui¨®n no son capaces de salir de este maldito embrollo, me pregunto si existe en Espa?a un gran estadista con indiscutible prestigio y autoridad que pueda descender como un Deus ex machina con gran aparato esc¨¦nico sobre este campo de batalla. La respuesta es no. Ignoro si el momento pol¨ªtico que vive hoy Espa?a merecer¨ªa el genio de S¨®focles para expresarlo como una tragedia o m¨¢s bien el humor corrosivo de Arist¨®fanes para describirlo como una tragicomedia en la que el independentismo catal¨¢n se parezca a un pulpo que ha salido de una pecera y no hay Deus ex machinacon suficiente poder ni talento para introducirlo de nuevo en ella. Como quiera que acabe este desaf¨ªo al Estado de derecho por parte de la Generalitat las consecuencias son claras, irreversibles y envenenadas: en el mejor de los casos, las hipot¨¦ticas urnas engendrar¨ªan un feto pol¨ªtico sin viabilidad posible, pero es seguro que entre la sociedad espa?ola y catalana, con sus facciones pol¨ªticas, banderas, lenguas y culturas, el odio durante d¨¦cadas est¨¢ garantizado.
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