El segundo terremoto
?En qu¨¦ acabar¨¢ la rabia que sienten muchos mexicanos y que se muestra en las calles?
El 19 de septiembre de 1985, M¨¦xico tembl¨® y nunca supimos con exactitud cu¨¢ntos mexicanos perdieron la vida. Pero lo que s¨ª supimos es que, ante la desaparici¨®n de su presidente y de su Gobierno ¡ªentonces, como ahora, en manos del PRI¡ª, el pueblo se organiz¨® de manera aut¨®noma, dando una lecci¨®n de solidaridad, entrega y b¨²squeda con sus manos como ¨²nicas herramientas hasta que m¨¢s tarde lleg¨® ayuda de empresas como Televisa.
Ese terremoto no solo cambi¨® la estructura de la ciudad, sino que adem¨¢s modific¨® el aparato social del pa¨ªs hasta tal punto que, dos a?os despu¨¦s, el PRI se escindi¨® y Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas y Porfirio Mu?oz Ledo abandonaron el partido. Ahora, el segundo terremoto, el de las 13.14 horas de este 19 de septiembre de 32 a?os despu¨¦s, desencaden¨® ¡ªseg¨²n los datos del Servicio Sismol¨®gico Nacional y de la UNAM¡ª un sismo cuya intensidad fue el doble que en 1985.
A pesar de eso y en esta ocasi¨®n los muertos no se contabilizan por miles, sino por cientos y los da?os f¨ªsicos y morales en la ciudad, as¨ª como la reacci¨®n de las autoridades no son comparables a lo que ocurri¨® hace tres d¨¦cadas. El Gobierno de Pe?a Nieto y el de la capital mexicana, encabezado por Miguel ?ngel Mancera, comenzaron a compartir de manera mucho m¨¢s clara que en 1985 la dimensi¨®n de la cat¨¢strofe. Y afortunadamente, lo que s¨ª se mantuvo fue la entrega excepcional en tiempos de desgracia que distingue a los mexicanos.
El sismo de 2017 est¨¢ por desencadenar ¡ªy no es futurismo¡ª una enorme descarga social. Y para que eso suceda, solo basta con observar, por una parte, a aquellos pol¨ªticos que llevaban d¨ªas pase¨¢ndose uno tras otro entre los escombros de Oaxaca y Chiapas que ahora no han salido a pasear por los escombros de Ciudad de M¨¦xico. Y por otra, a todos los mexicanos que ya no se f¨ªan de las autoridades para entregarles la ayuda humanitaria. Ahora, organiz¨¢ndose de manera aut¨®noma para ayudar a todos los que han sufrido los estragos de este sismo, han decidido entregar en mano las donaciones a fin de no dejarlas a cargo de unas instituciones gubernamentales en las que ya nadie conf¨ªa.
La crisis de liderazgo es m¨¢s evidente que nunca y ahora los mexicanos deciden actuar de manera m¨¢s contundente y mostrarse cr¨ªticos, recelosos y renuentes ante cualquier manipulaci¨®n pol¨ªtica
La crisis de liderazgo es m¨¢s evidente que nunca y ahora los mexicanos deciden actuar de manera m¨¢s contundente y mostrarse cr¨ªticos, recelosos y renuentes ante cualquier manipulaci¨®n pol¨ªtica. Es m¨¢s, esta es la primera vez en la que la presi¨®n popular, el desprecio y el enfrentamiento han provocado que los partidos pol¨ªticos consideren la posibilidad de donar parte de su presupuesto en beneficio de los damnificados. As¨ª, en cierta forma, queda atr¨¢s la muestra de mezquindad pol¨ªtica que hab¨ªa dado la C¨¢mara de Diputados al destinar solo un d¨ªa de salario de los 500 diputados ¡ª1.228.983 pesos¡ª para ayudar a m¨¢s de dos millones de damnificados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco.
M¨¢s all¨¢ de los memes, de los chistes o de los videos ofensivos sobre los diputados, senadores o miembros de los distintos gobiernos, est¨¢ liber¨¢ndose una fuerza que marca el grado de hartazgo de un pueblo que ha entendido la ecuaci¨®n en la que corrupci¨®n m¨¢s impunidad da igual a pobreza. Ning¨²n Gobierno es culpable de la furia de la naturaleza, pero s¨ª de la calidad de los servicios y la infraestructura social que debe ofrecerse cuando la tierra se estremece o cuando los huracanes golpean con furia.
Pero, adem¨¢s, uno de los fen¨®menos que se han podido constatar en la inmediata reacci¨®n del pueblo mexicano para salir a las calles y organizarse en su propia autodefensa entreg¨¢ndolo todo sin esperar nada a cambio es la actuaci¨®n de los j¨®venes. No solo han hecho uso de la fuerza que tienen, sino tambi¨¦n de su capacidad de organizaci¨®n y mantenimiento del orden, coordin¨¢ndose a su vez con el equipo de brigadistas y los miembros de la Marina y el Ej¨¦rcito.
En t¨¦rminos absolutos, Ciudad de M¨¦xico es muy diferente a la de 1985, pero ahora a esta crisis material hay que sumarle la crisis espiritual y la redefinici¨®n del pa¨ªs. Y en ese sentido, es de agradecer que no se hayan producido m¨¢s incidentes de los que algunos representantes del Gobierno ya han provocado con su simple presencia en las zonas de cat¨¢strofe. En este momento, ante la descalificaci¨®n colectiva hacia las autoridades y la oportunidad que ven muchos en recuperar el dinero que tan in¨²tilmente se gastan los partidos pol¨ªticos, hay que preguntarse: ?Se consolidar¨¢ esta rabia que sienten muchos mexicanos y que se muestra en las calles? ?En qu¨¦ acabar¨¢?
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