Lo llaman democracia
Mientras las ¨¦lites progres siguen debatiendo proyectos de emulaci¨®n nacional, los pueblos se construyen bajo un enemigo com¨²n
Por fin comenzamos a compartir las mismas hip¨®tesis b¨¢sicas sobre la realidad. Incluso el partido de Puigdemont, centinela patri¨®tico, reconoce que lo de ma?ana ser¨¢ una ¡°movilizaci¨®n social¡± y que dif¨ªcilmente se producir¨¢ el refer¨¦ndum. Habr¨¢ carteles de protesta, ondear¨¢n banderas, retumbar¨¢ la m¨²sica al son del mambo, se escuchar¨¢n los v¨ªtores. La congregaci¨®n tendr¨¢ un tono arrebatador, tal vez tan cautivador que ser¨¢ dif¨ªcil sustraerse a ¨¦l. La embriaguez de una fuerza misteriosa terminar¨¢ con la fusi¨®n de una ardiente masa fraternal para sentirse pueblo.
Los ¡°otros¡±, esta semana, sucumbiendo a la repentina borrachera patri¨®tica y al triste proceso de reforzar la autoestima identific¨¢ndose con la grandeza de la naci¨®n, gritaban el bochornoso ¡°a por ellos¡± flameando su propia bandera. Es m¨¢s realista buscar la redenci¨®n nacional, su superioridad moral y espiritual, mientras se construye con tono prof¨¦tico una identidad colectiva sobre agravios hist¨®ricos. Porque hablar estos d¨ªas de la histeria de los muros y las banderas es, al parecer, de una extrema biso?ez. ?Y cuidado con las equidistancias! Dos nacionalismos rasg¨¢ndose las vestiduras ante la ¡°irracionalidad¡± del otro. En fin, ?qu¨¦ esperaban? ?Acaso los nacionalismos no se alimentan entre s¨ª?
Pero hacerse esta pregunta es pecar de esteticismo e ingenuidad. Mejor seguir jugando a la ret¨®rica patri¨®tica, incluidas las izquierdas. Porque ese nacionalismo at¨¢vico de los ultras se combate con el patriotismo ¡°bueno¡± que, curiosamente, cultiva la misma narrativa religiosa y tribal. Uno es esencialista; el otro, consciente de que ¡°se tiene que reproducir todos los d¨ªas¡± (Errej¨®n dixit). Articularlo pensando en t¨¦rminos de amigo/enemigo es un detalle menor, aunque esa l¨®gica se traduzca sin matices en lealtad sectaria frente a traici¨®n; o en la idea de un pueblo sencillo convertido en el guardi¨¢n de las virtudes frente a la desorientaci¨®n moral de las ¨¦lites corruptas. Lo dice Pankaj Mishra: ¡°El odio separa y tambi¨¦n une¡±. Mientras las ¨¦lites progres siguen debatiendo proyectos de emulaci¨®n nacional, los pueblos se construyen bajo un enemigo com¨²n. Y a esto lo llaman democracia.? @MariamMartinezB
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