Hemos perdido todos

La jornada del refer¨¦ndum ilegal por la independencia de Catalu?a ha concluido con el peor escenario de los posibles: el Gobierno de la naci¨®n ha tenido que utilizar las fuerzas del orden para evitar una votaci¨®n, que se ha llevado a cabo ante la mirada de todo el mundo. Demasiados platos rotos en una disputa en la que el Estado llevaba semanas anunciando un fracaso, el de los secesionistas, que no se ha producido. Hemos perdido todos.

Es verdad que el responsable ¨²ltimo de la insurrecci¨®n es el Gobierno de la Generalitat, con la ayuda de todos los grupos civiles, movimientos pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n subvencionados con el dinero de los contribuyentes. Es verdad que los independentistas se han saltado todas las leyes y han despreciado la opini¨®n de la mayor¨ªa de los catalanes. Pero eso ya lo sab¨ªamos hace un mes, hace una semana y ayer. Lo preocupante es que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no ha sido eficaz ni en su respuesta judicial y administrativa, ni en su discurso pol¨ªtico.

Hoy estamos peor que ayer. Mucho peor. Los insurrectos han consumado su votaci¨®n (aunque haya sido tramposa, de barra libre ante las urnas y sin garant¨ªas) y caminan hacia la inmediata declaraci¨®n de independencia, sin importarles ni el n¨²mero de votos obtenidos (qui¨¦n se va a creer lo que digan), ni las consecuencias de los pr¨®ximos pasos de un Gobierno del Estado que ha quedado muy debilitado.

El d¨ªa despu¨¦s del falso refer¨¦ndum, la sociedad catalana est¨¢ m¨¢s fragmentada que nunca, mientras las instituciones de Catalu?a han perdido toda su legitimidad. Pero en la batalla de las percepciones, los independentistas se sienten m¨¢s fuertes y van a seguir hasta el final, con el apoyo indirecto de los grupos de la izquierda radical (Bildu y Podemos), que aprovecharon la jornada de ayer para romper todos los platos posibles, tirando desde sus cuentas en redes sociales.

Para evitar que se acabe rompiendo toda la vajilla, Mariano Rajoy deber¨ªa cumplir cuanto antes lo anunciado ayer y plantear una propuesta con Pedro S¨¢nchez, Albert Rivera y quien se quiera sumar, que est¨¦ a la altura de la gravedad del problema. Nadie duda a estas alturas que si se hubiera puesto en marcha la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n el 8 de septiembre, no se habr¨ªa llegado al espect¨¢culo de ayer. Pero no es el momento de llorar, sino de actuar. Con la rapidez y la eficacia que ha faltado hasta ahora.

La respuesta del PP, el PSOE y Ciudadanos debe ser legal y pol¨ªtica. Frenar la insurrecci¨®n y proponer alternativas para un nuevo marco de convivencia. Aunque la soluci¨®n es hoy m¨¢s complicada que ayer, por la marcha de los acontecimientos y por la dificultad para encontrar interlocutores (Puigdemont y sus socios deber¨ªan estar inhabilitados, y Rajoy ha perdido demasiada legitimidad).

El desaf¨ªo independentista catal¨¢n

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