Huir del caos independentista
La decisi¨®n del Sabadell de cambiar de sede y la posibilidad de que Caixabank haga lo mismo pone al ca¨®tico ¡®proc¨¦s¡¯ ante los costes insoportables de la inestabilidad pol¨ªtica
Los efectos econ¨®micos de la intensa presi¨®n independentista en Catalu?a se precipitan con gran celeridad. El consejo del Banco Sabadell se reuni¨® ayer con car¨¢cter extraordinario para trasladar la sede de la entidad financiera fuera de Catalu?a; y hoy el consejo de Caixabank considerar¨¢ la misma decisi¨®n. Los responsables de las entidades tienen buenas razones para el cambio de sede. Un banco que quiera competir en igualdad de condiciones en el espacio econ¨®mico nacional y europeo no puede correr el riesgo de perder la tutela del BCE y de la Autoridad Bancaria Europea o de renunciar al acceso a liquidez del BCE y al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos. Necesita estabilidad pol¨ªtica e institucional y el proc¨¦s independentista destruye esas condiciones b¨¢sicas. Econom¨ªa aprobar¨¢ hoy un decreto para facilitar la salida de Catalu?a de aquellas entidades cuyos estatutos dificultan el cambio de sede y otras empresas seguir¨¢n el camino de Sabadell y Caixabank.
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Los bancos, inmersos en el caos pol¨ªtico del independentismo atizado por el Govern, no s¨®lo deben tener en cuenta el estado pol¨ªtico legal o formal. Aunque las reglas globales del eurosistema y de la protecci¨®n nacional operan mientras no se consume la hoy improbable secesi¨®n de Catalu?a, los mercados reales trabajan con otros factores muy poderosos. Por ejemplo, la hip¨®tesis de que se produzca una fuga de dep¨®sitos de clientes; o la p¨¦rdida de calidad de los t¨ªtulos del banco ante los inversores; o la enorme destrucci¨®n de la capitalizaci¨®n burs¨¢til que implica la ca¨ªda persistente en los mercados. En esa situaci¨®n de facto, el c¨¢lculo de un banco debe ser el de aminorar esos factores negativos.
El Sabadell ha tomado una medida defensiva razonable. Si la convulsi¨®n pol¨ªtica contin¨²a, los negocios de cierta relevancia situados en Catalu?a tendr¨¢n que enfrentarse a la misma decisi¨®n, aunque la irresponsabilidad del Govern cierre los ojos a esta evidencia y a la ruina que se avecina.
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