Alan Gilmore, el arquitecto de Harry Potter
UN CALDERO borbotea en la chimenea de la caba?a. Las paredes de piedra est¨¢n cubiertas de jaulas y cestas. Y desde una estanter¨ªa, un libro con ojos y unos afilados colmillos vigila amenazante la estancia. Sobre la mesa descansa un huevo de drag¨®n. Es dorado, del tama?o de un mel¨®n y vibra como si fuera a romperse en cualquier momento. Alan Gilmore se ha sentado junto a ¨¦l en una enorme silla y observa divertido c¨®mo le cuelgan las piernas a un palmo del suelo. Todo en la casa de Hagrid es de gran tama?o. Al fin y al cabo, el personaje creado por J. K. Rowling es mitad humano, mitad gigante. ¡°Me siento diminuto¡±, comenta este irland¨¦s de 46 a?os que lleva 15 trabajando como director de arte en distintos proyectos del universo Harry Potter.
El famoso mago se ha convertido en una marca cuyo valor supera los 21.000 millones de euros. Desde la publicaci¨®n del primer libro hace 20 a?os, se han vendido 450 millones de copias de los siete tomos de la saga en todo el mundo, las pel¨ªculas han recaudado m¨¢s de 6.500 millones de euros y existe todo tipo de merchandising. Adem¨¢s de los estudios de Londres en los que se grabaron los filmes, se han construido tres parques tem¨¢ticos. Tambi¨¦n existe una exposici¨®n itinerante, Harry Potter: The Exhibition, que desde 2009 han visitado cuatro millones de personas en 11 pa¨ªses. En ella se muestran algunos de los trajes, objetos y decorados originales de las pel¨ªculas: el expreso de Hogwarts, el tren que lleva a los magos al colegio de hechicer¨ªa del mismo nombre; el dormitorio que Harry Potter comparte con sus compa?eros de escuela; decorados de las clases de herbolog¨ªa y pociones; trajes y escobas para jugar al Quidditch, el deporte preferido de los magos en la novela; y por supuesto la caba?a de Hagrid, guardabosques de Hogwarts, en la que est¨¢ ahora Gilmore.
Falta apenas una hora para que la exposici¨®n abra sus puertas por ¨²ltima vez en Utrecht. Su pr¨®ximo destino ser¨¢ Madrid, donde podr¨¢ verse del 18 de noviembre al 28 de enero de 2018 en Ifema. El director de arte recorre los 1.400 metros cuadrados de salas que en unos minutos abarrotar¨¢n cientos de holandeses y comenta animado cada rinc¨®n como si no hubiese visto cientos de veces los objetos que le rodean. Explica que en el universo m¨¢gico todo tiene cientos de a?os, por eso las construcciones se inclinan y retuercen. Adem¨¢s, no existe la electricidad ni la tecnolog¨ªa. ?Qui¨¦n las necesita habiendo magia? Gilmore confiesa que las piezas que m¨¢s le gustan son sin duda las varitas, su preferida es la de Sirius Black (padrino de Harry Potter en la historia). Un fino ejemplar de roble con unos extra?os s¨ªmbolos grabados. ¡°Cuando trabajaba con los dise?adores de la exposici¨®n, nuestro objetivo era que los visitantes tuviesen la sensaci¨®n de que estaban entrando en las pel¨ªculas o en los libros¡±, recuerda.
Gilmore se crio en un hogar desbordante de creatividad. Su madre era pintora y su hermano escultor. ?l estudi¨® Arquitectura en la Universidad de Dubl¨ªn, y en cuanto termin¨® la carrera se mud¨® a Londres para trabajar en el cine. Durante esos a?os conoci¨® a Stuart Craig, la persona que le abrir¨ªa las puertas al mundo de Harry Potter. Craig fue el dise?ador de producci¨®n de todas las pel¨ªcu?las, el elegido por J. K. Rowling para bocetar su historia y ponerse al frente de un departamento de arte en el que colaboraron cientos de personas.
Cada entrega requiri¨® la creaci¨®n de decenas de escenarios y cientos de trajes y objetos. Para afrontar semejante volumen de trabajo, Craig cont¨® con media docena de directores de arte que coordinaban todos los equipos de trabajo e ideaban gran parte de los decorados. Gilmore entr¨® en el segundo filme como asistente, en 2012, y en el tercero y cuarto ocup¨® uno de los puestos de direcci¨®n.
Una de sus primeras misiones fue la creaci¨®n de un puente de madera en los terrenos de Hogwarts: ¡°Lo construimos en una monta?a de Escocia, llevamos todo el equipo y los materiales hasta all¨ª. Quer¨ªamos que el paisaje que se viese fuera real¡±. El puente aparece por primera vez en Harry Potter y el prisionero de Azkaban, tercera parte de la saga. El director de arte comenta que a menudo le preguntan c¨®mo es posible que el colegio de hechicer¨ªa cambie de unas entregas a otras. ¡°Es un edificio m¨¢gico. Es normal que los espacios se muevan, que desaparezcan y reaparezcan¡±, justifica. Y a?ade que J. K. Rowling ten¨ªa sus propios bocetos del castillo y que supervis¨® y aprob¨® cada elemento. Otro de los proyectos m¨¢s ambiciosos que Gilmore capitane¨® fue la creaci¨®n del estadio de los mundiales de Quidditch que aparece en el cuarto filme. Un edificio con capacidad para 100.000 magos en el que se celebra la gran final: Irlanda contra Bulgaria. ¡°Yo ten¨ªa inter¨¦s personal en este dise?o. Al fin y al cabo, mi pa¨ªs se jugaba la copa¡±, bromea.
Tras el estreno de la cuarta pel¨ªcu?la, Gilmore fue reclutado para supervisar el dise?o de esta exposici¨®n itinerante. M¨¢s tarde, comenz¨® a trabajar en la preparaci¨®n del primer parque tem¨¢tico. Fueron tres a?os de trabajo. En 2010 abri¨® sus puertas The Wizarding World of Harry Potter (el mundo m¨¢gico de Harry Potter) en Orlando (Florida, EE UU). Desde entonces, Gilmore se ha encargado de la ampliaci¨®n de las atracciones y la construcci¨®n de otro parque en Hollywood (California, EE UU), inau?gurado en 2016. Han sido muchos a?os de viajes semanales al otro lado del Atl¨¢ntico y ahora se alegra de poder pasar por fin la mayor parte de su tiempo en Londres, donde vive con su esposa y sus dos hijos, de cuatro y diez a?os. Los peque?os est¨¢n obsesionados con Harry Potter. Hasta han tallado sus propias varitas: ¡°El otro d¨ªa los pill¨¦ en el jard¨ªn lanz¨¢ndose hechizos petrificantes el uno al otro¡±, cuenta mientras ense?a en el m¨®vil una fotograf¨ªa que sac¨® de la escena. ¡°Creo que piensan que son magos¡±.
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