Los viejos acuerdos
Igual que la izquierda se parte por las banderas, la derecha se une en torno a posiciones nacionales y conservadores por igual
La nueva pol¨ªtica lleg¨® con una promesa clara: abrir espacios para el cambio. Pero la batalla territorial ha ca¨ªdo encima de esa esperanza. Primero, Catalu?a fue el tema clave que determin¨® el veto cruzado entre todas las alternativas al PP, permitiendo as¨ª que Rajoy repitiese en el cargo. Y ahora ha dejado fuera de juego a Podemos y a Ciudadanos, aunque por razones bien distintas.
Los primeros parecen darse cuenta ahora de algo que el PSOE hace tiempo que aprendi¨® a la fuerza: que la izquierda en Espa?a siempre se rompe por las l¨ªneas fronterizas, y que lo que puede funcionar en Catalu?a normalmente no lo har¨¢ en Madrid o en Andaluc¨ªa. As¨ª que ahora se encuentran en una situaci¨®n inc¨®moda, donde no son necesarios para ninguna suma parlamentaria. Adem¨¢s, mientras sus socios catalanes son capaces de articular un discurso con preferencias mayoritarias entre su electorado potencial, para Iglesias esto entra?a m¨¢s contradicciones que ventajas.
El problema con C¡¯s es casi el opuesto: siendo un partido que naci¨® contra el nacionalismo catal¨¢n y con electorado centrado, la actitud dura les recompensa por igual en todas partes. Por eso han decidido envolverse en la rojigualda y adelantar al PP en espa?olismo. Algo que parece estar dando resultado en las encuestas, pero que genera una serie de deudas y compromisos con unos votantes que, ahora s¨ª, ser¨¢n nacionalistas, pero espa?oles. Y que pasar¨¢n su factura en todos los ¨¢mbitos, m¨¢s all¨¢ del territorial, da?ando su posici¨®n de negociador reformista. Igual que la izquierda se parte por las banderas, la derecha se une en torno a posiciones nacionales y conservadoras por igual. De esta manera, asumir unas normalmente obliga a hacer lo propio con otras, llegado el momento.
Parad¨®jicamente, esto deja a los viejos partidos m¨¢s cerca entre s¨ª que antes. Ciertamente, el PP mantiene su cuota de espa?olismo; y el PSOE sigue teniendo problemas para conjugar su posici¨®n con la del PSC y otras federaciones. Pero tener a las formaciones de la nueva pol¨ªtica acaparando los extremos del debate tiene el curioso efecto de desplazar los consensos hacia la vieja pol¨ªtica. @jorgegalindo
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