Recuperar los bosques
Las tierras de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica son nuestro pulm¨®n de vida futuro, recuperar los bosques es un gesto patri¨®tico que no puede esperar
Esa tierra calcinada que dejan los incendios es la expresi¨®n m¨¢s s¨®rdida del abandono de nuestras ra¨ªces. Lloramos los ¨²ltimos y devastadores incendios en Portugal, Galicia, Asturias y Le¨®n. Han muerto 42 personas en los ¨²ltimos d¨ªas a causa de estos fuegos, especialmente tr¨¢gicos en Portugal, que ya perdi¨® a 64 personas el pasado verano. En Galicia han sido cuatro los fallecidos. Desgraciadamente, estas cifras crecen, hay personas desaparecidas y otras se juegan la piel al apagarlos. El mapa del noroeste peninsular es un paisaje rico de bosques y voces que hablan los idiomas del campo y la naturaleza. Nuestra mentalidad urbanita, ajena a tantas cosas, no se est¨¢ dando cuenta de todo lo que nos arrebatan las llamas de estos fuegos mal¨¦volos e intencionados, fabricados con manos asesinas. Hemos abandonado los valores del mundo agrario y a los que all¨ª habitan. Los gallegos y los portugueses viven en continuo sobresalto sometidos por unos criminales pir¨®manos. La espesura vibrante que rodea los pueblos, las aldeas y parroquias representa la esencia de la vida rural, de esos or¨ªgenes que dan sentido a nuestras ricas culturas. La protecci¨®n y el cuidado de los paisajes agrestes de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica han de ser una cuesti¨®n de Estado. Portugal y Espa?a se deben hermanar en un compromiso real y efectivo con sus tierras y sus gentes, con esa tradici¨®n campestre y el legado forestal que nos representa y nos enriquece. Ambos pa¨ªses habitan la misma geograf¨ªa r¨²stica, y tienen que crear y llevar a cabo pol¨ªticas forestales conjuntas que protejan sus zonas vulnerables. Deben educar a las nuevas generaciones para que sientan el orgullo de las culturas rurales en comuni¨®n con la naturaleza y quieran regresar a ellas. Que existir y prosperar en el campo sea una opci¨®n viable. Tenemos que financiar m¨¢s contingentes de profesionales con infraestructuras reales coordinando labores de prevenci¨®n, recuperaci¨®n y protecci¨®n de los bosques y montes. Rehacer los caminos, quitar la maleza, podar los ¨¢rboles, repoblar la tierra negra de ceniza con vegetaci¨®n aut¨®ctona de robles, casta?os y nogales. La salud de nuestros bosques, el paisaje natural y su preservaci¨®n deben ser prioritarios. Antes del fervor de las naciones est¨¢ el latido de los ¨¢rboles y los bosques milenarios que dieron cobijo a nuestros antepasados que no sab¨ªan de mapas y fronteras pol¨ªticas. Las tierras de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica son nuestro pulm¨®n de vida futuro, recuperar los bosques es un gesto patri¨®tico que no puede esperar.
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