Perpi?¨¢n

Ya no llegan memes ingeniosos a la pantalla de mi tel¨¦fono. No hay mejor indicio de que la cosa ha dejado de estar para bromas. La ¨²nica soluci¨®n imaginativa que se ha producido en las ¨²ltimas horas es la ocurrencia de una dirigente de la CUP que propone trasladar al Govern a Perpi?¨¢n si se aplica el 155. Parece un chiste, pero no lo es. El exilio es la ¨²ltima consecuencia de la derrota. Asumirla antes de tiempo, una prueba casi p¨®stuma de que el soberanismo ha prosperado gracias a la implantaci¨®n de un universo paralelo, ajeno a la realidad. La sonrosada burbuja de la patria feliz, fruto de una estrategia en la que la propaganda suplant¨® con ¨¦xito al pensamiento, se ha pinchado. Muchos catalanes ayer alegremente independentistas se hallan hoy tan hu¨¦rfanos, tan desamparados, como estaban hace poco los vecinos de sus casas que no golpeaban cacerolas por las noches. Pero por muy buen resultado que haya dado el victimismo, explotarlo hasta el punto de abandonarlo todo y marcharse a Perpi?¨¢n a dar pena, me parece una mala jugada. La implacable realidad ha convertido a Puigdemont en el principal defensor de la autonom¨ªa que pretend¨ªa dejar atr¨¢s, el autogobierno que se ve amenazado por el art¨ªculo 155. En esta paradoja ir¨®nica, hasta cruel, puede estar la soluci¨®n. Imagino que el president ser¨¢ consciente de que, en alg¨²n momento, la CUP empezar¨¢ a considerarle un cobarde, un traidor o ambas cosas a la vez, y tendr¨¢ razones para argumentar su posici¨®n. Es cierto que le han sostenido lealmente hasta ahora, pero tambi¨¦n lo es que convocar elecciones antes de que se las convoquen, le permitir¨ªa ofrecer una salida honrosa a la mayor¨ªa de los catalanes. En cualquier caso, creo que es una opci¨®n preferible al exilio en Perpi?¨¢n.