Malos presagios
Amenazar con mano dura es una invitaci¨®n a que prueben cu¨¢n blando eres
En un cuento de Garc¨ªa M¨¢rquez, una se?ora les dice a sus hijos que ha amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a suceder en el pueblo. El hijo, absorto con el funesto presagio, pierde una partida de billar. Y, a partir de ah¨ª, se desencadenan una serie de peque?as reacciones en cadena que culminan con el abandono e incendio de todas las casas del pueblo.
En una democracia, el delito de sedici¨®n, o rebeli¨®n, puede ser como el vaticinio del cuento: una nefasta profec¨ªa autocumplida. El c¨®digo penal debe proteger a un sistema democr¨¢tico de alzamientos militares o armados que amenacen con socavarlo. Es as¨ª en los pa¨ªses de nuestro entorno, como Alemania, Italia o Francia, donde los levantamientos constituyen un delito penal solo cuando media el uso de la fuerza.
Pero el delito de sedici¨®n en Espa?a es asombrosamente amplio. Quienes ¡°se alcen p¨²blica y tumultuariamente¡± o traten de impedir a cualquier autoridad p¨²blica el ejercicio de sus funciones pueden ser condenados con penas de hasta 15 a?os de c¨¢rcel.
Esta formulaci¨®n genera inseguridad jur¨ªdica. Lo que un magistrado puede interpretar como un leg¨ªtimo derecho de manifestaci¨®n otro lo puede ver como un delito penal muy severo.
Pero, adem¨¢s, si juzgamos por sedici¨®n o rebeli¨®n a los responsables de una serie de actos no abiertamente violentos, les estamos dando por supuesto un poder que no tienen. Los tipos penales como la sedici¨®n y la rebeli¨®n deber¨ªan quedar acotados para grupos armados que puedan suplantar al Estado. Ni Jordi S¨¢nchez ni Jordi Cuixart ni otros l¨ªderes independentistas tienen esa capacidad. Y ser¨ªa, por tanto, m¨¢s razonable enjuiciarlos por los delitos de resistencia o de des¨®rdenes p¨²blicos, unas figuras penales m¨¢s ajustadas en opini¨®n de muchos juristas.
El Estado espa?ol est¨¢ en una posici¨®n de inmensa superioridad f¨ªsica frente a cualquier movimiento que no use la fuerza de forma sistem¨¢tica. Pero, al protegerse con el c¨®digo penal, el Estado est¨¢ lanzando el mensaje contrario: soy d¨¦bil y un alzamiento no violento podr¨ªa acabar conmigo. Amenazar con mano dura es una invitaci¨®n a que prueben cu¨¢n blando eres. @VictorLapuente?
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