G¨¹rtel, el PP y el Estado

El desaf¨ªo independentista catal¨¢n est¨¢ coincidiendo en el tiempo con uno de los logros significativos de la justicia. Mientras el bloque secesionista despotrica contra el Estado de derecho y la democracia espa?ola, la Audiencia Nacional trabaja para hacer caer el peso de la ley sobre destacados dirigentes del Partido Popular, hoy en el poder. El martes, dos fiscales anticorrupci¨®n, en un alarde de independencia, presentaban sus conclusiones en el juicio oral del caso troncal de la trama de corrupci¨®n G¨¹rtel. Piden diversas y duras penas contra 37 acusados y la condena al PP como part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo del sistema corrupto, partido sobre el cual, seg¨²n la Fiscal¨ªa, ha quedado acreditado que utilizaba una caja b.

El caso G¨¹rtel es uno de los mayores y m¨¢s vergonzosos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n pol¨ªtica de este pa¨ªs. Pero es tambi¨¦n la muestra del funcionamiento correcto de un Estado de derecho en el que ni las maniobras pol¨ªticas m¨¢s groseras han sido capaces de torcer el brazo a la justicia. En un par de semanas, el juicio iniciado hace un a?o (y en el que compareci¨® Mariano Rajoy como testigo) quedar¨¢ visto para sentencia. Pero la apisonadora de la justicia seguir¨¢ trabajando en otras nueve piezas separadas de la trama con otros 140 acusados y con el PP como partido central de casos de sobornos, cohechos y corruptelas varias.

El sumario de la pieza que ahora se juzga tiene un mill¨®n de folios y han sido necesarias 147 comisiones rogatorias. Pero, adem¨¢s, en estos ocho a?os de investigaci¨®n, la Audiencia ha perfeccionado su tarea hasta mejorar la cooperaci¨®n judicial (los datos de Suiza y Andorra han sido cruciales) y el uso de los datos bancarios para cercar la corrupci¨®n.

Esta misma Audiencia Nacional es la que ha enviado preventivamente a la c¨¢rcel a los l¨ªderes independentistas Jordi S¨¤nchez y Jordi Cuixart. Quienes ahora en el bloque independentista y en Podemos los califican de presos pol¨ªticos y hablan de acabar con la represi¨®n gubernamental extienden torticeramente la sospecha sobre la justicia y, por ende, sobre la calidad democr¨¢tica de este pa¨ªs. La justicia espa?ola podr¨¢ equivocarse, pero en ocasiones como estas demuestra sobradamente su independencia del poder pol¨ªtico y la plena y ejemplar vigencia del Estado de derecho y la separaci¨®n de poderes.