Alta contaminaci¨®n
En Madrid, el aire y las conversaciones est¨¢n contaminados, vayas donde vayas, solo se habla o se evita hablar del 'proc¨¦s' catal¨¢n, de qu¨¦ va a pasar en este culebr¨®n
La Academia de la Televisi¨®n Espa?ola celebr¨® esta semana sus premios anuales. El honor¨ªfico, bajo el t¨ªtulo Por toda una vida, recay¨® en Xavier Sard¨¢ y alguien en la Academia tuvo la idea de que lo entregara yo. Encantado acept¨¦, siempre es una delicia coincidir con Xavier y prepar¨¦ un discurso breve cargado de admiraci¨®n, unas gotitas de nostalgia y una sutil referencia a nuestros a?os en Barcelona. Repas¨¦ mis palabras en el coche y tuve tiempo de leer una se?al: ¡°Alta Contaminaci¨®n¡±. Me pareci¨® una met¨¢fora de mi relaci¨®n con la televisi¨®n, Sard¨¢ y la vida.
El coche lleg¨® con retraso a los cines Kin¨¦polis, a las afueras menos polucionadas de Madrid, y me sent¨¦ en la sala de maquillaje para intentar dar buena apariencia en el momento de la entrega. All¨ª ya estaba Xavier y de inmediato me contamin¨® con sus nervios. ¡°Me acabo de enterar que hay gente que no acepta estos premios. Te otorgan edad, dan la impresi¨®n que estas con un pie en la tumba o que necesitan recordarte¡±. Le di la raz¨®n. "Ojal¨¢ lo den el primero", me confes¨®.
Pero no fue as¨ª, antes desfilaron al menos tres generaciones de estrellas de televisi¨®n, las que van desde Sard¨¢ a Raquel S¨¢nchez Silva y Jordi ?vole. Cuando al fin toc¨® el turno del premio a Toda una vida, Manuel Campo Vidal llam¨® primero a Javier y despu¨¦s a m¨ª. Craso error, Javier tom¨® el micr¨®fono y empez¨® a hablar sin que yo ni pudiera entregarle el galard¨®n ni decir mis tan pensadas palabras. Lecci¨®n aprendida: No se pueden aceptar los premios a toda una vida ni mucho menos entregarlos.
En Madrid, el aire y las conversaciones est¨¢n contaminados, vayas donde vayas, te premien con lo que te premien, solo se habla o se evita hablar del proc¨¦s catal¨¢n, de qu¨¦ va a pasar en este culebr¨®n con m¨¢s giros argumentales que Stranger Things, mi serie favorita del oto?o, que regresa la semana pr¨®xima y que se promociona con un tr¨¢iler protagonizado por Leticia, Leticia Sabater. Cosas extra?as suceden dentro y fuera de la pantalla pero reunir a Leticia Sabater con Winona Ryder es una de las m¨¢s acertadas y bizarras que pudieran suceder. Seguro que no se conocen bien pero podr¨ªan unirse y fundar una rep¨²blica para todos los que somos o nos identificamos, al menos, con alguna de las dos.
Tambi¨¦n llama la atenci¨®n Marcela Topor, la esposa de Puigdemont, que es rumana como Nadia Comaneci, y se ha convertido en una celebrity de la televisi¨®n local de su remota regi¨®n natal. Apenas lo supe record¨¦ a Helena Rak¨°snik, la esposa polaca y pianista de Artur Mas, con quien he sostenido di¨¢logos tan independientes como ins¨®litos sobre el porqu¨¦ las mujeres apuestan por el rojo o la simpat¨ªa casual de Tamara Falc¨®. Fueron di¨¢logos en el pasado. Esto confirma la tendencia en las parejas presidenciales de que la esposa sea nativa del este europeo. A las primeras damas independentistas, habr¨ªa que sumar a Melania Trump que es eslovena y federalista. ?Cu¨¢l ser¨¢ el elixir de estas damas para seducir a pol¨ªticos como Mas, Trump y Puigdemont? No ser¨¢ una cosa extra?a.
Hay mucha contaminaci¨®n y por eso pasan cosas extra?as. Cristina Iglesias, la afortunada escultora espa?ola, inaugur¨® su escultural fuente llamada Arroyos Desaparecidos en el centro Bloomberg en plena City londinense donde brota el dinero. Un t¨ªtulo fant¨¢stico que hace alusi¨®n a un arroyo desaparecido en ese subsuelo del Londres financiero. Iglesias sostiene que la verdadera naturaleza sobrevive bajo la superficie de las ciudades. Me parece conmovedor. Es lo mismo que piensa Winona en Stranger Things, que detr¨¢s de la pared de su casa, est¨¢ el pasadizo para recuperar a su hijo del extra?o mundo que lo aprisiona. En mi infancia, cre¨ªa que la contaminaci¨®n te permit¨ªa esconderte y por eso el smog era para m¨ª la m¨¢s atractiva de las atm¨®sferas. Ahora en las ciudades espa?olas, Barcelona incluida, van a implantar lo del control de coches circulando, seg¨²n matr¨ªcula, en d¨ªas pares e impares. En Venezuela se impuso esta norma por primera vez en 1979. No contuvo ni a la alta contaminaci¨®n ni la alt¨ªsima corrupci¨®n. Usted est¨¢ en su derecho de no imaginar ninguna posibilidad de que eso se repita en Espa?a. Pero al ver reunidas a Winona Ryder con Leticia, Leticia Sabater, sospecho que no hay muchas garant¨ªas.
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