Vertiginosa actualidad
El desaf¨ªo secesionista en Catalu?a plantea un reto a los periodistas, inundados de informaci¨®n no siempre f¨¢cil de evaluar y contrastar
Cuando lea este art¨ªculo hoy, domingo 29 de octubre, la situaci¨®n en Catalu?a ser¨¢, quiz¨¢, muy diferente a la del d¨ªa en que lo escribo, el s¨¢bado anterior. La actualidad viaja a toda prisa en esta crisis institucional con numerosas ramificaciones que parece haber llegado a su punto ¨¢lgido.
El inter¨¦s de los medios de comunicaci¨®n por todo lo relacionado con el desaf¨ªo independentista se ha ido incrementando, l¨®gicamente, a medida que la crisis se agravaba. Prueba de ello es la omnipresencia del tema en las portadas de EL PA?S de los ¨²ltimos dos meses y, sobre todo, el despliegue realizado en la edici¨®n digital con conexiones de televisi¨®n en directo y un seguimiento pormenorizado de la evoluci¨®n del conflicto.
Es tan ingente el flujo informativo que genera esta crisis sin precedentes que a los periodistas nos falta, a veces, tiempo para calibrar la importancia y la veracidad del aluvi¨®n de hechos y declaraciones que se producen a diario sobre Catalu?a.
Ejemplo de ello es lo ocurrido con un texto publicado el mi¨¦rcoles en la edici¨®n digital de este peri¨®dico bajo el t¨ªtulo Los funcionarios piden no ser usados de escudos en la intervenci¨®n del Estado. En ¨¦l se abordaba la posici¨®n de distintos colectivos en Catalu?a ante la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. En el subt¨ªtulo se especificaba: Algunos centros educativos y los empleados de Cultura dicen que solo obedecer¨¢n al Govern. En el texto se ampliaba el dato: ¡°Ayer, la asamblea de trabajadores del departamento de Cultura decidi¨® que solo reconocer¨¢ a ¡®los representantes leg¨ªtimamente escogidos¡¯¡±.
Las correcciones tardaron en incorporarse a la versi¨®n digital del texto
Esa misma tarde recib¨ª la carta de un funcionario del Departamento de Cultura de la Generalitat, Luis Alberto Casado Iglesias. ¡°Me gustar¨ªa puntualizar que la asamblea, como tal, no se ha celebrado¡±, escribe. ¡°Ni yo ni mis compa?eros de trabajo fuimos informados, ni convocados, ni se nos pregunt¨® la opini¨®n al respecto del tema tratado, ni votamos ni resolvimos nada. Lo que hemos podido averiguar, a posteriori, es que un grupo de trabajadores del Departament (en el caso de que todos ellos lo fueran) se reuni¨® ¡°espont¨¢neamente¡±(...) Al parecer, el n¨²mero total era de unos 100 o 150 (¡) Fueron ellos los que se dijeron lo que quisieron y los que decidieron por su cuenta y riesgo hablar en nombre de todos nosotros, que no pudimos personarnos por ignorarlo todo sobre la supuesta asamblea. No quiero decir que, en el caso de haberlo hecho, no hubiera ganado tal vez la misma opini¨®n, con m¨¢s o menos matices¡±. Lo que al autor del mensaje le preocupa es que un grupo de trabajadores de Cultura act¨²e como portavoz de la totalidad y su versi¨®n, ¡°circule as¨ª por los medios de comunicaci¨®n¡±.
Camilo S. Baquero, redactor de la delegaci¨®n de Barcelona que firma la noticia, me ha explicado que la informaci¨®n de la asamblea figuraba en la cuenta de Twitter de un grupo de trabajadores de Cultura de la Generalitat, y fue recogido por las agencias Efe y Europa Press. Por eso decidi¨® incorporar el dato a su pieza. Aunque llam¨® al servici¨® de prensa de la consejer¨ªa para confirmarlo, no obtuvo respuesta antes del cierre de la primera edici¨®n impresa, por lo que el texto se public¨® con las imprecisiones ya citadas de la versi¨®n digital.
Baquero logr¨® confirmar a ¨²ltima hora que la asamblea la hab¨ªan organizado ¨²nicamente ¡°grupos de trabajadores¡±, y corrigi¨® el dato en las siguientes ediciones impresas. Lo incomprensible es que en la versi¨®n digital, tan f¨¢cil de corregir, se mantuviera el texto con los datos equivocados durante varios d¨ªas. El error es lamentable, pero creo que hay que atribuirlo a la enorme carga de trabajo que soportan desde hace tiempo los redactores de Pol¨ªtica tanto de Barcelona como de Madrid.
Cuesti¨®n aparte es que pese a incorporar las correcciones al texto impreso, Baquero no rebajara la importancia informativa que le hab¨ªa dado al dato inicialmente. Me explica que no lo hizo porque de todos modos le parece un hecho ¡°sintom¨¢tico". No dudo de que lo sea, pero incluso como s¨ªntoma, siempre ser¨¢ menos importante lo que decide una parte de un colectivo que el acuerdo alcanzado por el colectivo en su conjunto.
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