De c¨®mo la artesan¨ªa reinvent¨® el punk
La ¨²ltima colecci¨®n c¨¢psula de Loewe se llama Morris Meets Punk y plasma la obra de William Morris, pionero del movimiento antiindustrial Arts & Crafts, en prendas aptas para un rebelde. Hoy sale a la venta
150 a?os: esa es la diferencia temporal exacta que separa las fechas de nacimiento del brit¨¢nico William Morris (1834) y el norirland¨¦s Jonathan Anderson (1984). Sin embargo, nadie lo dir¨ªa. El director creativo de Loewe acaba de presentar una colecci¨®n c¨¢psula para la firma de lujo madrile?a que rinde homenaje a Morris, uno de los talentos m¨¢s inclasificables y prol¨ªficos de la Inglaterra moderna. Y el resultado, presentado bajo el t¨ªtulo William Morris Meets Punk, une el universo del maestro del movimiento Arts & Crafts al punk, la subcultura m¨¢s influyente del siglo XX.
En primer lugar, un poco de historia. Durante el ¨²ltimo cuarto del siglo XIX, el artista, dise?ador, impresor, escritor, tejedor e ide¨®logo socialista (entre otras muchas cosas) William Morris luch¨® desde su firma Morris & Co. por devolver la artesan¨ªa textil y decorativa al lugar que le hab¨ªa usurpado el monstruo industrial. Las f¨¢bricas, pensaba ¨¦l, hab¨ªan llenado las ciudades de objetos pr¨¢cticos pero feos, ¨²tiles pero impersonales, t¨¦cnicamente perfectos pero carentes de alma. El trabajo artesanal, que hab¨ªa dominado los interiores y las vestimentas desde el Neol¨ªtico, hab¨ªa sido dejado a un lado, y el resultado de este cambio no solo era est¨¦tico, sino tambi¨¦n moral. Los obreros industriales eran menos felices y estaban menos realizados que los artesanos de anta?o, as¨ª que Morris se propuso restituirles parte de su dignidad.
El trabajo del ingl¨¦s, de actualidad gracias a ejercicios de historia tan interesantes como la exposici¨®n que estos d¨ªas le dedica la madrile?a Fundaci¨®n Juan March, fue decisivo en lo social y en lo pol¨ªtico. Hoy conviene echar un vistazo a sus discursos en favor de la artesan¨ªa y tambi¨¦n a Noticias de ninguna parte, una suerte de novela ut¨®pica en la que un obrero se queda dormido a orillas de un T¨¢mesis contaminado por las f¨¢bricas y despierta s¨²bitamente en el futuro. En ese mundo ideal imaginado por Morris, la industria ha desaparecido, los hombres son felices y libres llevando a cabo oficios placenteros (ebanister¨ªa, sastrer¨ªa, impresi¨®n artesanal, horticultura) y la m¨¢quina de vapor ha sido desterrada de la civilizaci¨®n.
Sin duda fue una visi¨®n influyente, pero no tanto como los objetos en los que Morris condens¨® su filosof¨ªa. Las f¨¢bricas siguieron a toda m¨¢quina, pero el brit¨¢nico produjo muebles, tapices y publicaciones y sobre todo estampados. Los plasmaba en papeles decorativos, azulejos, tapicer¨ªas y tejidos, y recreaban motivos naturales, animales y vegetales. T¨¦cnicamente se elaboraban a mano con bloques de madera y empleaban una cantidad ins¨®lita de tonos diferentes, pero cercanos. Aunque Morris, siempre enemigo de la ostentaci¨®n, dec¨ªa que quedaba mejor en habitaciones peque?as, sus fans no dudaron en empapelar con ¨¦l grandes salones de estilo neomedieval.
Precisamente son cuatro de estos estampados ¨CAcanthus (1875), Honeysuckle (1876), Strawberry Thief (1883) y Forest (1887)¨C los que Jonathan Anderson ha trasladado a una colecci¨®n de prendas y accesorios. William Morris Meets Punk versiona estos motivos gr¨¢ficos y los traslada a la marroquiner¨ªa, el punto y la sastrer¨ªa. Tambi¨¦n los combina, como indica el nombre de la colecci¨®n, con elementos genuinamente urbanitas: vaqueros desgastados, chaquetas informales y correas contundentes. El resultado es lujoso y contempor¨¢neo, pero tambi¨¦n una clase de Historia. En ICON lo hemos comprobado en primera persona en nuestro n¨²mero de noviembre: el fot¨®grafo Daniel Riera y el estilista Brais Vilas¨® han reinterpretado la colecci¨®n en un editorial fotogr¨¢fico escenificado en un espacio igualmente detallista, el hotel The Westin Palace Madrid. El resultado, en esta fotogaler¨ªa y en el video que grabamos durante la sesi¨®n.
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