Resetear
Muchos no atisban a encontrar una salida del laberinto, cegados por el brillo de triunfadores vanos que confunden ¨¦xito con la aerodin¨¢mica de un modelo de deportivo
No importa que seas celebrity, celebrado o el ¨²ltimo de la fila, a veces parar, pensar, volver a la esencia, se convierte en el ¨²nico milagro posible para la vida que nos arrastra o nos imponen. Si Pablo Albor¨¢n ¡ªese yerno que cualquier madre quisiera¡ª famoso, halagado y vitoreado, hubo un momento en que no se encontraba a s¨ª mismo, imaginemos qu¨¦ pasa con el ej¨¦rcito de zombies que cada ma?ana se dirigen a un edificio de ¨²ltima generaci¨®n, un taller o al pen¨²ltimo restaurante de moda, donde saben cu¨¢ndo entran pero no cu¨¢ndo salen. Albor¨¢n ten¨ªa su piano, su guitarra y su genio creativo para chutarse pildorazos de poes¨ªa y ni as¨ª consigui¨® librarse del vac¨ªo que inocula la rapidez, tener por tener y vivir sin hacerlo.
?l lo supo reconocer, aunque fuera tras a?os de vor¨¢gine enredado en la fama y la falta de amor casero. Otros muchos no atisban a encontrar una salida del laberinto, cegados por el brillo de triunfadores vanos que confunden ¨¦xito y reconocimiento con la aerodin¨¢mica de un modelo de deportivo. Albor¨¢n volvi¨® a ser Pablo al calor de su casa, de las risas con los suyos y de las miradas c¨®mplices de quienes ve¨ªan al hombre imperfecto y no al famoso irreprochable.
Hace falta coraje para alejar el miedo a elegir lo sencillo. Qu¨¦ importa que pocos entendieran a Pablo cuando busc¨® refugio en las ra¨ªces que hicieron de ¨¦l el artista de las emociones. Como ocurre con la tecnolog¨ªa, resetear y reiniciar el equipo puede ser la salida para sortear el colapso. La vida no es siempre un camino recto. A veces se encuentra en los desv¨ªos.
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