'Finde' ciclo

Llevo, ejem, 30 a?os en este oficio y a¨²n es el d¨ªa en que, si trabajo un fin de semana, tengo que explicarles a propios y extra?os que los periodistas curramos de lunes a domingo. Lo saben, claro. La vida no se para del viernes al ocaso al lunes al alba. Pero, para quienes libran s¨¢bado y domingo a pi?¨®n fijo, incluidos nosotros cuando nos toca, los que trabajan los findes, aparte de unos pringaos, son siempre los otros. Desde que fue conquistado como derecho laboral en el Primer Mundo, la idea de los fines de semana como tiempo de uso propio y no del amo ha calado de tal forma en el tu¨¦tano colectivo que tendemos a pensar que todos los gozamos y que las cosas se hacen solas. A nadie le gusta que le fastidien un finde. Matamos por ellos, si hace falta. Por eso, reducimos plantillas al m¨ªnimo, nos turnamos para cubrirlos y nos dejamos la nevera llena de art¨ªculos de fondo, tambi¨¦n llamados findus, para descongelarlos cuando sea preciso y que parezca que estamos sin estar de cuerpo presente. Luego llega el ansiado finde y pasa sin pena ni gloria, pero esa es otra columna.

Divagaba una con estas chorradas en la ducha ¡ªa esas horas no me dan las meninges para rebeliones, sediciones ni usurpaci¨®n de funciones¡ª viendo la agenda del se?or Puigdemont el pasado fin de semana. Resulta que, cesado de sus funciones a las ocho de la tarde del viernes 27 por la v¨ªa del 155, va el honorable y, en pleno apocalipsis final de su proc¨¦s independentista, deja grabado un findus, perd¨®n, v¨ªdeo, llamando a los suyos al trabajo duro y se pira a darse un garbeo con su se?ora a las fiestas de Girona. No fue hasta el 30, ya lunes todo el d¨ªa, cuando cogi¨® el coche y puso morro a su romer¨ªa, perd¨®n, huida flamenca a Bruselas, habiendo descansado sus 48 horas reglamentarias. Para depurar responsabilidades est¨¢ el Supremo, pero para m¨ª que el expresident a la fuga pasar¨ªa con nota una inspecci¨®n de trabajo.