Sobre el caos

Durante los cinco a?os que dur¨® la Segunda Rep¨²blica, seg¨²n cuentan algunos historiadores, Gil Robles, l¨ªder de la derecha e Indalecio Prieto, jefe de filas del Partido Socialista, nunca se dieron la mano, ni siquiera se saludaron en los pasillos del Congreso. Nadie sabe qu¨¦ habr¨ªa sucedido si estos pol¨ªticos enfrentados en bandos irreconciliables hubieran decidido un d¨ªa sentarse a tomar caf¨¦ simplemente para charlar un rato. Seg¨²n la teor¨ªa del caos, una acci¨®n sutil como el vuelo de una mariposa puede desencadenar una cat¨¢strofe en cualquier lugar del planeta, pero tambi¨¦n un acto irrelevante es capaz de salvar de una gran hecatombe a toda una naci¨®n. Algunos analistas creen que si aquellos l¨ªderes hubieran tomado ese caf¨¦, se habr¨ªa evitado la Guerra Civil. Hitler quer¨ªa ser pintor. Si el oscuro profesor de dibujo de la Academia de Bellas Artes de Viena que lo suspendi¨® en su examen de ingreso le hubiera dado un notable, convertido Hitler en un feliz pintamonas, la humanidad se hubiera ahorrado la Segunda Guerra Mundial. Ese vuelo de mariposa con que se expresa la teor¨ªa del caos se cierne ahora sobre la frustraci¨®n y la quiebra social que se han apoderado de la pol¨ªtica en Catalu?a. El delirio independentista ha llevado a sus l¨ªderes a la c¨¢rcel. La ley se ha cumplido de forma inexorable. Las manifestaciones callejeras producto de la emoci¨®n herida de millones de catalanes, la salida a la superficie del esp¨ªritu nacional y el espa?olismo reactivo de la extrema derecha puede que se acaben disolviendo en la rutina gris de cada d¨ªa, pero bastar¨¢ un hecho anodino imprevisible, una voz incendiaria que rompa el equilibrio inestable, para que suceda como cuando una peque?a roca se desprende de una ladera y provoca un alud que se lo lleva todo por delante hasta el fondo del barranco.