La ant¨ªtesis de Robin Hood hace caja en Madrid
Se reabre el caso de las viviendas sociales vendidas a bajo precio a un fondo buitre
Este es un cuento real; la cara inversa de Robin Hood en Madrid. C¨®mo sacar dinero de los m¨¢s necesitados para enriquecer a algunos. La historia comenz¨® en 2012, en plena crisis econ¨®mica. Casi seis millones de espa?oles estaban en el paro y miles de familias (unas 40.000 solo en ese ejercicio seg¨²n Amnist¨ªa Internacional) eran expulsadas de sus domicilios por impago. Tambi¨¦n algunas administraciones sufr¨ªan problemas financieros y muy especialmente el Ayuntamiento de Madrid, endeudado hasta las cejas, entre otras cosas, por los gastos fara¨®nicos del anterior alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, que (cierto es) modificaron para bien la zona sur de la M-30.
A la vista de lo que luego sucedi¨® no es exagerado decir que al menos una parte de ese caro embellecimiento de la ciudad lo pagaron los m¨¢s necesitados: aquellos que, con graves dificultades econ¨®micas, disfrutaban de un alquiler social ¡ªcon derecho a compra en ocasiones¡ª en viviendas protegidas del Ayuntamiento. ?C¨®mo? El mecanismo fue grosero.
El Ayuntamiento se desprendi¨® de parte de su patrimonio para enjugar su deuda y eso incluy¨® vender 1.860 viviendas de protecci¨®n oficial a un fondo de inversi¨®n. As¨ª fue como el consistorio logr¨® dinero r¨¢pido (128,5 millones), traspas¨® a ese fondo la propiedad y, de paso, la potestad de renovar los contratos con peores condiciones a los inquilinos, elevar el precio del alquiler o expulsar a familias morosas sin contemplaciones aunque hubiera menores por medio. Todo ello, sin que el Ayuntamiento, entonces regido por Ana Botella, del PP, se manchara las manos con tan inc¨®modas gestiones. Los desahucios se concentraron dos a?os despu¨¦s en esos pisos, seg¨²n el Ministerio de Hacienda. Un buen negocio para ese fondo buitre (Fidere, de Blackstone) que compr¨® a bajo precio y registr¨® despu¨¦s imponentes plusval¨ªas y un nefasto resultado para las arcas p¨²blicas.
El informe de la C¨¢mara de Cuentas de la Comunidad de Madrid refleja la ignominia del caso. No hubo concurso p¨²blico. Las condiciones de la venta se hicieron, aparentemente, a la medida de Fidere, que pag¨® las viviendas incluso por debajo de su valor catastral (el Ayuntamiento calcula que perdi¨® entre 55 y 290 millones de euros en la operaci¨®n) y, adem¨¢s, se pag¨® con dinero p¨²blico otros 2,4 millones a una empresa por su intermediaci¨®n aunque no hay documentos que demuestren que hiciera tal trabajo.
Cuatro a?os despu¨¦s de este esc¨¢ndalo, el Ayuntamiento de Madrid, regido por Manuela Carmena, sigue peleando por anular semejante operaci¨®n y, a ser posible, recuperar el dinero y/o los inmuebles. Los ¨²ltimos movimientos son positivos. En agosto, la fiscal¨ªa del Tribunal de Cuentas abri¨® el caso y hace dos semanas la Audiencia Provincial de Madrid reabri¨® la causa penal. El Ayuntamiento y la asociaci¨®n de afectados est¨¢n personados en los procedimientos, incluido otro europeo por presuntas ayudas de Estado. De momento, sin embargo, el caso es solo un manual de instrucciones ¡ªuno m¨¢s¡ª sobre c¨®mo privatizar bienes p¨²blicos para favorecer a unos pocos.
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