Frustraci¨®n
Los independentistas logran siempre apoyos muy amplios sin la rotundidad suficiente para legitimar la ruptura unilateral a la que aspiran
?Y qu¨¦ vamos a hacer con los dos millones que votaron a favor de la independencia?, se preguntan muchos analistas. ?Se puede tener a dos millones de ciudadanos permanentemente frustrados? Sin duda, se trata de una pregunta leg¨ªtima. Frente a las dictaduras, que se basan en la imposici¨®n, la argamasa de la democracia es el consentimiento de los gobernados. Cuando este desaparece o escasea, lo hace la legitimidad, sin la cual el sistema no puede funcionar.
?Podemos cuantificar la frustraci¨®n? Adem¨¢s de los sondeos, que se?alan un porcentaje favorable a la independencia oscilante en torno al 40%-45% de los encuestados, 1.861.753 personas votaron a favor en la consulta del 9-N de 2015. Seg¨²n la Generalitat, 2.044.038 lo habr¨ªan hecho el 1 de octubre de 2017, dato sin verificaci¨®n independiente y con m¨²ltiples irregularidades. Entre ambas cifras, Junts pel S¨ª y la CUP sumaron 1.957.348 votos, esto es, el 47,7% en las auton¨®micas (plebiscitarias) de septiembre de 2015.
Una y otra vez vemos c¨®mo los independentistas logran apoyos muy amplios, casi al borde de la mayor¨ªa, pero sin la rotundidad suficiente para legitimar la ruptura unilateral a la que aspiran. De ah¨ª la frustraci¨®n, que el diccionario define como la ¡°imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo¡±, y, como consecuencia, ¡°el sentimiento de tristeza, decepci¨®n y desilusi¨®n que esta imposibilidad provoca¡±.
La frustraci¨®n se origina en la polarizaci¨®n. Cuando la satisfacci¨®n con la democracia se hace depender de una cuesti¨®n binaria y que nos divide, es l¨®gico que la mitad perdedora se sienta frustrada. Por eso, los referendos son una buena idea si se usan para ratificar los acuerdos alcanzados (como pas¨® con la Constituci¨®n del 78), pero mala para resolver disputas sobre las que no se ha encontrado una soluci¨®n.
La democracia no debe generar frustraci¨®n. Pero tiene que encauzar las preferencias ciudadanas, por incompatibles que sean. La Constituci¨®n del 78 requiri¨® un buen n¨²mero de frustraciones cruzadas: el PCE acept¨® la monarqu¨ªa, los militares a los comunistas, el PSOE renunci¨® al marxismo, la derecha al centralismo... De aquel cruce de frustraciones salieron los mejores 40 a?os de nuestra historia. Si democracia es la organizaci¨®n de la frustraci¨®n, ?frustr¨¦monos todos un poco! @jitorreblanca
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