Tus reglas, tu cuerpo
Carta a una ni?a sobre su primera regla
Querida J:
Este probablemente es tu a?o. O lo ha sido. O lo acaba de ser. O est¨¢s deseando que lo sea. Quiz¨¢ tienes 11 a?os y la llegada de tu primera regla te ha parecido de lo m¨¢s inoportuna. Tal vez tengas 15 y te est¨¢s impacientando. ?Por qu¨¦ ya he pasado la franja entre los 12 y los 14, en la que me dijeron que era ¡°normal¡± que llegase? Primera palabra para sacar de tu vocabulario menstrual. Normal. Tu regla ser¨¢ tan normal como lo es tu cuerpo. Es decir: ¨²nica.
La regla es de todo menos algo regular, esperable, definido. Al menos al principio. Con el paso de los a?os -y esta es una de las partes divertidas- conocer¨¢s perfectamente sus pautas, sus frecuencias, sus texturas, los estados de ¨¢nimo (cambiantes) que conlleva. Y aun as¨ª, te sorprender¨¢. Porque no hay dos reglas iguales, ni dos ciclos id¨¦nticos. Ded¨ªcate a ensanchar (si es con ayuda de amigas, buenos libros y webs, mejor) los estrechos t¨¦rminos con que nos empaquetan esta cuesti¨®n. No es algo jodido, aunque a veces nos sintamos vulnerables con ella. Tampoco es algo sucio, aunque mancha. S¨ª, la sangre suele manchar. Se dice sangrar.
Pero lo que llamamos regla es mucho m¨¢s que los tres o cuatro d¨ªas de sangrado. La regla es un ciclo. De m¨¢s o menos 28 d¨ªas. Volvemos a la falta de pautas normales, aunque s¨ª, la media elaborada entre las mujeres que ha vivido a todo lo largo de la humanidad ha arrojado este n¨²mero m¨¢gico, 28, que coincide con la duraci¨®n de los ciclos lunares. T¨² ya ver¨¢s c¨®mo interpretar esta coincidencia. Pero tal vez t¨² seas una mujer con el ciclo breve, de 21 d¨ªas, o el ciclo generoso, de 33.
Vale, pero espera, lo de ¡°ser mujer¡±. No me lo salto. Seguro que lo has o¨ªdo o te lo han dicho asociado a la llegada de la primera regla. ¡°Ya eres mujer¡±, ¡°pronto ser¨¢s mujer¡±. OK. ?Y hasta ahora qu¨¦ era? ?Un proyecto de ornitorrinco? ?Un ser indefinido? Pues no, eras igual de mujer (o no, porque a estas alturas est¨¢ muy claro que hay mujeres con pene y sin regla; hombres con un par de ovarios y personas que no se definen bajo ning¨²n g¨¦nero. Aunque esto dar¨ªa para otra carta). Pero, vamos, que la regla no te hace ser mujer. O al menos, esa mujer. Porque lo que contiene esa frase no es solo ¡°ya eres mujer¡± si no, ya puedes ser madre, es decir, ya eres una mujer f¨¦rtil (y de rebote, heterosexual). ?Y si no fueras ninguna de las dos cosas? ?Seguir¨ªas siendo mujer? Pues claro. Lo de que te puedes quedar embarazada a partir de ahora s¨ª me lo salto, porque en eso se basa casi toda la informaci¨®n sobre la menstruaci¨®n que habr¨¢s recibido.
Con el paso de los a?os -y esta es una de las partes divertidas- conocer¨¢s perfectamente sus pautas, sus frecuencias, sus texturas, los estados de ¨¢nimo (cambiantes) que conlleva. Y aun as¨ª, te sorprender¨¢
Pero volvamos al periodo. Encontrar¨¢s tantos eufemismos para nombrarlo como decimales tiene el n¨²mero ¦Ð y, ya puestas a jugar, juega a ponerle el tuyo. Muchas veces la regla se te har¨¢ larga e inoportuna. Otras vendr¨¢ y ni te enterar¨¢s. Unas se anunciar¨¢ con fanfarrias de dolor de cabeza y ¨²tero (si hay dolor excesivo, esto s¨ª que puede no ser normal y s¨ª ser s¨ªntoma de algo tan silenciado como la endometriosis), nubarrones de mal humor y otras con ataques de euforia. La sangre mensual (de ah¨ª el nombre del mes) llegar¨¢ cuando el ¨®vulo que tu ovario (cada mes trabajar¨¢ uno) elija uno entre los varios ovocitos de tu reserva antral (montones de fol¨ªculos, es decir, ¨®vulos en potencia, que residen en tu cuerpo desde incluso antes de que nacieras). Es como si tu ovario montara un Factor X o un La Voz Kids entre varios ovocitos y al final, solo pudiera quedar uno. Si no se encuentra con ning¨²n espermatozoide despu¨¦s de ganar el casting y ser lanzado desde el ovario hasta los procelosos mares de las Trompas de Falopio, ese ¨®vulo decide independizarse del ¨²tero. Y salir del cuerpo, llev¨¢ndose consigo parte de tejido del endometrio (las paredes internas del ¨²tero, que yo siempre imagino como el jugoso interior de un higo).
De ah¨ª que a veces haya co¨¢gulos y tejidos entre la sangre. No pierdas la oportunidad de observar tu sangre. Es un l¨ªquido m¨¢gico. Mira los vampiros, que han creado toda una cultura en torno a eso. Para ver tu sangre lo ideal es la copa menstrual. Pide una, c¨®mpratela. Aunque esta chapa de biolog¨ªa deber¨ªa estar a mano en cualquier libro de Ciencias o incluso en los cartones de leche como servicio p¨²blico (no en vano es algo cotidiano para una parte muy numerosa de la humanidad), te lo cuento porque me sigo encontrando a mujeres que llevan conviviendo muchos a?os con el ciclo menstrual sin saber muy bien qu¨¦ es.
Investiga. Las hormonas que determinan el ciclo determinar¨¢n tambi¨¦n muchas veces tu estado f¨ªsico y de ¨¢nimo. Conoce los superpoderes de la progesterona y el estradiol. Conoce las distintas partes del ciclo: preovulatoria, ovulatoria, l¨²tea y menstrual. Transforma toda la verg¨¹enza y la negaci¨®n que rodean esta cuesti¨®n en orgullo. No lo ocultes nunca (a menos que no te apetezca compartirlo con alguien, y estar¨¢ bien). Busca mujeres maravillosas que investigan y divulgan acerca de la regla. Ten curiosidad por un fen¨®meno que a veces puede ser engorroso (siempre te llegar¨¢ un d¨ªa que sales de viaje, yupi) y doloroso (aprende a nombrar este dolor y en la medida de lo posible, perm¨ªtete vivirlo como quieras, acompa?ada de ibuprofeno o tumbada a oscuras, sin hablar con nadie o viendo tus pelis favoritas). Pero t¨² siempre acu¨¦rdate de que tendr¨¢s amigas. Tendr¨¢s amor. Si a alguna pareja sexual le da ¡°asco¡± tu regla es problema suyo, pero si a ti tampoco te mola tener sexo durante alguna de las partes del ciclo, resp¨¦tatelo.
Recuerda, cada cuerpo es un mundo, cada regla un planeta, cada ciclo un universo, y cada parte del ciclo una oportunidad para conocerte, vivirte, amarte, empoderarte y estar cada vez m¨¢s a gusto con tu cuerpo mutante y cambiante. Tu cuerpo, tus reglas: tus reglas, tu cuerpo. Ah, y un ¨²ltimo consejo: el agua oxigenada saca de lujo las manchas de sangre. Aun as¨ª, tus bragas favoritas acabar¨¢n siempre con manchas marrones de reglas sucesivas por muy limpias que est¨¦n. Y, de nuevo, estar¨¢ bien.