Invisibles
Incluir a m¨¢s mujeres que hombres es una forma de empujar hacia la igualdad
Lorrie Moore, Louise Gl¨¹ck, AM Homes, Hebe Uhart, Sharon Olds, Marta Sanz, Clarice Lispector. Nunca pienso en ellas como "mujeres" sino como "algunos-de-mis-autores-favoritos". Me gustan por su calidad, no por su g¨¦nero. Pero no soy idiota: s¨¦ que en literatura, como en todo lo dem¨¢s (pol¨ªtica, empresa, sindicalismo), el acceso a ciertos espacios es, para las mujeres, mucho m¨¢s arduo que para los hombres. Aunque hoy seamos m¨¢s iguales, todav¨ªa no somos iguales. En julio pasado la feria literaria de Paraty, Brasil, incluy¨® deliberadamente a m¨¢s mujeres que hombres. Y hubo debate: ?no deber¨ªa pensarse en la calidad, antes que en el g¨¦nero? S¨ª. En un mundo donde las autoras fueran la primera opci¨®n -como lo son ahora los hombres- para muchos curadores de ferias; en un mundo donde los nombres que acudieran a la cabeza de los organizadores de eventos literarios fueran, en igual proporci¨®n, de ambos sexos. Mientras eso no ocurra de manera natural, incluir a m¨¢s mujeres que hombres es una forma de empujar hacia la igualdad. Llegar¨¢ un momento en que los empujones ya no sean necesarios. Por ahora lo son. En octubre se realiz¨® el II Congreso de columnistas en Le¨®n, Espa?a. Se promocion¨® con un cartel en el que figuraban nombres geniales. Todos masculinos. El hecho despert¨® furias, se cre¨® el hashtag #haymujerescolumnistas. Los organizadores rehicieron el cartel, incluyeron los nombres de las mujeres invitadas (cinco, 20 por ciento del total), dijeron que no eran machistas pero que no trabajaban con cupos y que la absoluta ausencia femenina en el primer cartel hab¨ªa sido un "detalle" del que no hab¨ªan sido conscientes. ?Esa es la justificaci¨®n? Porque ese es, precisamente, el problema: ?c¨®mo puede modificarse lo que ni siquiera se ve?
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