No sonr¨ªa a la c¨¢mara

La familia de uno de los acusados de violar a una chica de 20 a?os en los sanfermines contrat¨® a un despacho de detectives para que espiase a la v¨ªctima. El resultado fue un informe en el que se detalla el seguimiento de la chica, adem¨¢s del rastreo de sus redes sociales. La defensa de este acusado pidi¨® ayer ampliar el informe con una publicaci¨®n de ¡°car¨¢cter festivo¡± que la v¨ªctima comparti¨® con sus amigos en Internet. El juez lo tom¨® en consideraci¨®n para incorporarlo a la causa.

Se trata de un asunto viejo e interesante que en el caso de cualquier mujer evidencia el esfuerzo que ha de hacer para que nadie dude de que ha sido violada. Se juzga socialmente en tres planos temporales: el anterior a la violaci¨®n (si llevaba una ropa concreta, si se bes¨® con alguien, si acept¨® tener relaciones y luego cambi¨® de idea, si parec¨ªa receptiva), durante la violaci¨®n (si no se defendi¨® lo suficiente, si parec¨ªa ceder, si no gritaba, si a todas luces parec¨ªa consentido) y el posterior a la violaci¨®n (si no denunci¨® al momento, si no se lo cont¨® a nadie, si sigui¨® llevando una vida normal, si fue a una fiesta, si actualiz¨® su Facebook con una canci¨®n est¨²pida).

Lo que prueba que unos detectives sigan a una chica que ha denunciado una violaci¨®n es que la chica, adem¨¢s de haber sido violada, tiene que aparentarlo. No basta el dolor privado, hay que hacerlo p¨²blico: exteriorizarlo. Llorar por la calle, a ser posible con aspavientos para que no haya dudas en las fotograf¨ªas del detective. Incluso cuando a la chica, para preservar del todo su anonimato, se le recomend¨® seguir su actividad normal para que nadie de su c¨ªrculo pudiese sospechar que fue ella la v¨ªctima. As¨ª que adem¨¢s de ser violada, es necesario estar muy triste para que su rutina no se utilice como prueba de la defensa y al mismo tiempo ocultar los hechos para que su vida no se termine de trastocar del todo. Hay que denunciar siempre, s¨ª. Pero antes hacer un preparatorio.

Esta perversi¨®n habitual, naturalmente de menos gravedad, tambi¨¦n se produce entre sospechosos. Pobre del que encuentre a un ser querido muerto y no le salgan las l¨¢grimas, o descubra ¡ªa veces pasa¡ª que no lo siente tanto c¨®mo pensaba, o su estado de shock es tan grande que tardar¨¢ semanas en romperse: ah¨ª tendr¨¢ siempre una c¨¢mara que le enfoque y con la que ir llenando las ma?anas espa?olas de terribles conjeturas.??se es, para variar, el asunto viejo e interesante que se recrudece en cuesti¨®n de g¨¦nero. La forma de ser como elemento penal, el car¨¢cter como fundador de Derecho.