Ayer, hoy, ma?ana

A finales de 1995, en un clima pol¨ªtico muy convulso, por esc¨¢ndalos varios de corrupci¨®n, Pujol retir¨® su apoyo a Felipe Gonz¨¢lez, quien a su vez disolvi¨® Las Cortes y convoc¨® elecciones. Esa iniciativa tuvo un efecto tranquilizador de la vida pol¨ªtica y de la opini¨®n p¨²blica. La convocatoria de elecciones el 21 de diciembre ha sido la decisi¨®n clave de las tomadas al amparo del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. Tambi¨¦n ha tenido un efecto sedante sobre una situaci¨®n pol¨ªtica, catalana y espa?ola, que avanzaba hacia el desastre.

Estos d¨ªas se ha dicho que ese art¨ªculo estaba pensado para situaciones como la del 23-F. Sin embargo, la experiencia m¨¢s bien indica que era necesario contar con un instrumento pol¨ªtico como el 155 para hacer frente a golpes no militares pero de efectos potenciales similares. La cuesti¨®n era c¨®mo neutralizar un movimiento semi-insurreccional sin recurrir a una represi¨®n indiscriminada.

La actuaci¨®n policial del 1-O pudo ser menos aparatosa, pero el debate sobre sus consecuencias no puede plantearse sin tener en cuenta las de no haber intervenido; de haber aceptado como inevitable la actuaci¨®n cuasi insurreccional de las masas de manifestantes rodeando y paralizando a las fuerzas de seguridad desplegadas para impedir la pretensi¨®n de decidir mediante una votaci¨®n ilegal la independencia de Catalu?a. Era preciso disponer de un instrumento legal excepcional para neutralizar una situaci¨®n que tambi¨¦n lo era.

La secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, ha declarado ahora que el Gobierno central les hizo llegar la amenaza de movilizar al Ej¨¦rcito para frenar el proceso independentista, lo que significaba ¡°muertos en la calle¡±, y que por eso la Generalitat decidi¨® ¡°actuar con responsabilidad¡±. En una carta a los suyos, el exvicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, ha reconocido que fueron unos ¡°ingenuos al creer que el Estado nunca se atrever¨ªa a aplicar estos niveles de represi¨®n¡±.

Esto recuerda un viejo debate de la Transici¨®n. En un texto de ETA publicado en 1979 y reproducido por Francisco Letamend¨ªa en su Historia del nacionalismo vasco y de ETA, se argumentaba que el incremento de la lucha abertzale crear¨ªa un problema irresoluble al Estado, que ¡°no puede torturar, ni llevar a cabo grandes redadas, ni declarar estados de excepci¨®n porque esas medidas no har¨ªan sino ampliar la base social de apoyo a la lucha armada y minar las bases de la Reforma¡±. Es decir, que el Gobierno no pod¨ªa hacer lo que hab¨ªa hecho el franquismo con bastante ¨¦xito, generalizar la represi¨®n, sin perder credibilidad democr¨¢tica.

El 155 ha servido para facilitar una salida por v¨ªa electoral, pero no est¨¢ excluido que de las urnas salga una mayor¨ªa independentista. Si ocurre, habr¨ªa que tenerlo en cuenta, pero solo si es por un amplio margen obligar¨¢ a revisar los planteamientos de los constitucionalistas. Pues el criterio de legitimidad del resultado no es superar el 50% de los votos, que convertir¨ªa en parte derrotada a la mitad de la poblaci¨®n. Como ha reconocido Joan Tard¨¤, de ERC, seguir¨ªa siendo cierto que ¡°no hay una mayor¨ªa suficiente por la independencia¡±