La manada
La estrategia de la defensa de desacreditar a la v¨ªctima es intolerable
La indignaci¨®n popular acerca de la agresi¨®n sexual cometida, presuntamente, en los sanfermines de 2016 por los cinco hombres que se autodenominaron como La Manada est¨¢ m¨¢s que justificada. La sociedad espa?ola est¨¢ tan harta como cansada de una violencia contra las mujeres que no cesa y contra la cual las soluciones parecen siempre tard¨ªas o insuficientes.
Ese estado de opini¨®n refleja algo en todo caso esperanzador: que vivimos en un pa¨ªs moderno donde crecen las voces que de ninguna manera toleran el machismo, la misoginia o cualesquiera otras formas de discriminaci¨®n contra las mujeres. Al respecto, hay que saludar que a ra¨ªz de este suceso, numerosos ayuntamientos hayan establecido planes para garantizar la seguridad de las mujeres en las fiestas populares. Estas medidas deben ser evaluadas y, aquellas que demuestren ser eficaces, deben generalizarse e incluir un llamamiento expl¨ªcito a la colaboraci¨®n ciudadana para lograr que los festejos se desarrollen sin abusos ni atropellos sexuales como los que se juzgan en este caso.
Al igual que en lo relativo a la violencia de g¨¦nero intentamos superar los clich¨¦s del pasado que terminaban por amparar o disculpar socialmente grav¨ªsimos cr¨ªmenes ¡ªafirmaciones como, por ejemplo, ¡°son cosas de pareja¡±¡ª, en el caso de la violencia sexual intentamos superar tambi¨¦n tiempos infaustos donde los comentarios, incluso, desgraciadamente, sentencias judiciales, elaboraban indignantes teor¨ªas exculpatorias basadas en la no resistencia de las v¨ªctimas, lo incitador de sus vestimentas o lo seductor de sus comportamientos.
En ese contexto, que la mayor¨ªa de la sociedad espa?ola se haya escandalizado por la pretensi¨®n de las defensas de algunos de los acusados de construir el camino para la exculpaci¨®n de sus clientes sobre una estrategia de desacreditar a la v¨ªctima bas¨¢ndose en sus comportamientos anteriores o posteriores a los hechos, sea en las redes sociales o en su vida social, est¨¢ del todo punto justificado. Pretender abrir un potencial camino de exculpaci¨®n o relativizaci¨®n de la importancia de una agresi¨®n sexual en funci¨®n de estos par¨¢metros nos retrotrae a ¨¦pocas oscuras que deber¨ªan estar m¨¢s que superadas. La libertad personal y sexual es intr¨ªnseca a una sociedad moderna: que algunos la consideren como un atenuante para la comisi¨®n de delitos tan graves es tan execrable como retr¨®grado.
No cuestionamos el derecho a la defensa de los acusados. Tampoco la obligaci¨®n de los tribunales de operar desde el principio de presunci¨®n de inocencia y conceder las m¨¢ximas garant¨ªas procesales a los acusados. Es a los jueces a quien corresponde decidir de qu¨¦ manera se garantiza un juicio justo e imparcial y qu¨¦ pruebas se admiten o inadmiten y con qu¨¦ valor probatorio. S¨ª que lamentamos, si es el caso, que la estrategia procesal de algunas de las defensas tenga como objeto, en lugar de refutar los hechos, desacreditar y humillar a la v¨ªctima. Porque lo que la sociedad espera de la justicia no es que se juzgue el comportamiento y la moral de las personas, sino que establezcan de forma rigurosa y fehaciente los hechos ocurridos aquel 7 de julio, qui¨¦nes fueron sus responsables y la calificaci¨®n penal que corresponde. Para tranquilidad de todos y por un elemental deber de justicia hacia la v¨ªctima.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.